En la quinta jornada de la fase de grupos de la Champions League, la Lazio ha derrotado al Celtic por 2-0. En un encuentro muy disputado, donde los italianos tuvieron que sufrir para sacar los tres puntos ante un rival muy combativo.
Los visitantes consiguieron hacerse respetar
El choque se inició con el conjunto escocés queriendo llevar la iniciativa, a través de la posesión y con una salida de pelota vertical que se orientaba a los costados. Mientras tanto, los biancocelesti plantearon un bloque medio que trataba de taponar la circulación por el interior y orientaron la presión hacia el lado más débil, para tener la opción de recuperar y transitar. Las ocasiones no fueron abundantes en los primeros minutos, aunque los locales estaban consiguiendo intimidar a la zaga contraria, llevando a cabo varios robos que finalizaron en remate. El error defensivo parecía flotar en el ambiente.
Con el paso de los minutos, los de Maurizio Sarri intensificaron su presión. Gracias a su mayor agresividad en el marcaje pudieron recuperar muchos balones en la salida del contrario o forzando reinicios en este. De este modo, las águilas consiguieron inclinar toda la acción sobre el arco de Joe Hart, llevando a cabo varias ofensivas peligrosas atacando con muchos hombres. Frente a un cuadro verdiblanco que se veía desbordado en su elaboración y veía neutralizadas todas sus opciones de pase. Teniendo que confiar en la capacidad de sus atacantes para ganar duelos aéreos y conservar el esférico, a la espera de que llegasen refuerzos desde segunda línea.
En las postrimerías del primer tiempo, las fuerzas se equilibraron. Pues a pesar de que la Lazio se adueñó del cuero, se topó con el paso hacia delante que dio el equipo de Brendan Rodgers. Quien dispuso a sus dos atacantes en la zona del mediocentro local, para enturbiar la elaboración de la jugada desde su origen. Como consecuencia de ello, el peso de las ocasiones siguió recayendo sobre el anfitrión. Si bien su caudal ofensivo quedó reducido a las ofensivas por bandas y a las acciones a balón parado. En las que a pesar del caos que se podía sembrar, los visitantes se defendían como gato panza arriba.
La Lazio encontró el camino del gol cuando el partido parecía sentenciado
El partido se reanudó con el conjunto romano decidido a buscar el gol, como resultado del dominio del juego. Así pues, recuperó el dinamismo, que mostró en varios momentos del primer período, para presionar alto y, con la redonda en su poder, se volcó al ataque en bloque, tanto por el exterior como por el interior, gracias a la mayor movilidad entrelíneas que se percibía por parte de Castellanos y, posteriormente, de Immobile. En la otra cara de la moneda, la escuadra insular volvió de los vestuarios más prudente. Restringió sus veleidades de sacar la pelota jugada constantemente y se ordenó en campo propio, para contener lo que se preveía como un ataque constante de los italianos. Que finalmente no terminó siendo tal.
Con el paso de los minutos, los Celtas perdieron el miedo, adelantaron el bloque y empezaron a estirar sus secuencias de pases, no solamente para cortar el ritmo de su oponente, si no para poner su mira en la meta de Provedel. Asimismo, en fase defensiva se decidieron a cortocircuitar la circulación por los carriles interiores, con una gran agresividad en los marcajes. Este cambio de perspectiva provocó un giro de guión en el choque. Pues les permitió recuperar la pelota en zonas desde las que podía emprender una transición sin desfondarse. Del mismo modo que la Lazio encontró la posibilidad de progresar por los costados. Donde los interiores llevaban varios minutos escorándose, para generar situaciones de superioridad.
Después de un tramo de alternancia, donde se produjeron llegadas sobre ambas porterías, fruto de las imprecisiones en salida, que quedaban inconclusas, Immobile abrió la lata para los capitalinos. El legendario atacante italiano introdujo la pelota en la red, tras recoger un disparo rechazado de Isaksen. Acto seguido, en medio de la locura colectiva que provocó el primer gol, el internacional italiano amplió la renta para los locales. Resolvió con gran clase una acción individual dentro del área, para garantizar el triunfo laziale a cinco minutos del final. Después de un envite tremendamente complicado.
Con este resultado, la Lazio se coloca como líder provisional del grupo E de la Champions League, con 10 puntos. En la próxima jornada visitará el estadio Metropolitano, para medirse al Atlético de Madrid. Mientras que el Celtic queda definitivamente relegado al cuarto puesto del grupo, con un punto, antes de recibir al Feyenoord.