En la quinta jornada de la fase de grupos de la Champions League, Galatasaray y Manchester United han empatado 3-3 en Turquía. En un partido apasionante, en el que los locales se repusieron tras ir a la zaga en varias ocasiones.
El United demostró solvencia para gestionar el resultado
El encuentro comenzó con un ritmo de juego muy elevado, fruto del contraste entre las propuestas de los dos equipos. Los dirigidos por Okan Buluk trataron de desplegar un proactivo juego de pases que experimentase una aceleración en el último tercio de campo, cuando este propiciase algún desajuste en el contrario. Mientras que el conjunto británico saltó al verde convencido de explorar sus oportunidades desde el pragmatismo. Cedió la iniciativa y ejerció una tímida presión balanceante que trataba de complicar la circulación interior de los anaranjados, con el objetivo de ralentizar el ritmo que estos querían imponer. Mientras que con el esférico en su poder, hacían lo posible por progresar verticalmente apoyándose en sus extremos.
Tras unos primeros minutos cargados de alta tensión y de un mayor despliegue ofensivo por parte de los locales, el Manchester United inauguró el marcador. Garnacho perforó la meta de Muslera, completando una notable acción colectiva de ataque en estático, con el bloque instalado en la mitad de campo del oponente. Poco después, los diablos rojos aprovecharon el desconcierto que provocó el tanto y pusieron tierra de por medio, con un soberbio derechazo de Bruno Fernandes desde la frontal del área. A tenor del 0-2, los campeones de la Carabao Cup experimentaron su mejor momento del choque defendiéndose con holgura de las acometidas del cuadro otomano e intimidándolo con alguna aproximación por medio de Anthony, que a pesar de no haber marcado, estaba siendo el mayor activo visitante en ataque.
Pero cuando más cómodos parecían los de Ten Hag, con una jugosa ventaja en el marcador y manteniendo la situación bajo control, Ziyech recortó distancias para el Galatasaray mediante un libre directo desde la frontal, en el que el esférico hizo un extraño. Con el 1-2, los anfitriones quisieron aprovechar el momento emocional, pero carecieron de la precisión necesaria para asaltar el último cuarto de campo con el cuero controlado. En contraste, el equipo mancunian no se arrugó, defendió su meta con firmeza y aumentó su proyección ofensiva. Estiró sus posesiones adelantando el bloque y maximizó cualquier oportunidad en acciones de estrategia para marcar el tempo del duelo.
Un error de Onana dio vida al Galatasaray
Los segundos 45 minutos empezaron sin un dominador claro en el juego, pese a que el cuadro inglés estaba controlando la situación con una sorprendente madurez. Tanto fue así, que McTominay amplió la renta. Remató un centro de Wan-Bissaka desde la derecha, ante la tibieza defensiva de los de Okan Buruk. Con el cuarto tanto de la tarde, el Manchester United hizo lo posible porque ocurrieran pocas cosas en el enfrentamiento. En defensa fue expeditivo, minimizando cualquier riesgo en salida y en campo contrario hizo todo lo posible por estirar sus acciones a base de oficio. Sin embargo, Ziyech recortó distancias mediante un libre indirecto, donde Onana pudo hacer más.
El 2-3 encendió una mecha en una tierra de grandes pasiones. El Galatasaray se volcó en busca del empate, asumiendo todas las consecuencias. Dispuso sus líneas en un bloque alto que con su presión estranguló a los visitantes y aprovechó cada recuperación para intimidar el arco defendido por Onana. Al que pusieron en grandes aprietos con golpeos desde media distancia. Pero fue Aktürkoglu quien desató la locura en el infierno turco, con un derechazo seco desde la frontal. En una acción en la que fue habilitado por Ziyech al espacio y batió a Onana sin excesiva oposición con una volea.
En el cuarto de hora final, el conjunto turco aprovechó los instantes posteriores al empate para buscar el gol de la victoria. Pero conforme avanzaba el reloj tuvieron que asumir menos riesgos y rebajar sus expectativas después de una recuperación. Conscientes de que la igualada les daba opciones de clasificarse. En contraste, el United alcanzó mayores cotas de posesión y, con ella, se volcó en busca del gol de la victoria. Asumió importantes riesgos, tales como fracturar su bloque en cada transición. Pero pese a ello, gozó de ocasiones más claras, aunque su insistencia no encontró premio.
Con este resultado, el Galatasaray permanece provisionalmente segundo, con cinco puntos. En la última jornada visitará al Coppenhague. Mientras que el equipo británico permanece último del grupo, con cuatro unidades, antes de recibir al Bayern de Múnich.