En la quinta jornada de la fase de grupos de la Europa League, el Villarreal ha derrotado al Panathinaikos por 3-2. En un duelo donde los de Marcelino demostraron su superioridad técnica, pero pudieron pagar cara su relajación en los instantes finales.
Los locales abrieron la lata con una gran acción de Ilias Akhomach
El partido comenzó con el conjunto de Marcelino llevando la iniciativa en el juego mediante la posesión del balón. Por este medio hicieron lo posible por desentrañar la firme estructura defensiva de los visitantes, que estaban consiguiendo frenar cualquier progresión por el interior. Ninguno de los contendientes estaba efectuando una presión intensa tras pérdida, optando por el repliegue en fase defensiva. Lo cual impregnó el guión del duelo de un ritmo monocorde en el que cada uno buscaba su oportunidad de marcar atacando en estático, con una fase de elaboración en la que se priorizaba evitar los errores.
Después de un tramo inicial donde Villarreal y Panathinaikos midieron sus fuerzas, el cuadro local consiguió inclinar el campo sobre la meta de Brignoli. Tras una serie de transiciones en las que llegó hasta el área contraria y en las que a pesar de que no pudo definir con acierto, sí que pudo meterle el miedo en el cuerpo a los verdes. Baena abrió el marcador con maestría, tras aprovechar un pase de Ilias Akhomach y batir al guardameta con una vaselina.
Después del 1-0, el cuadro castellonense reafirmó su control del juego estirando sus posesiones. Pero en un desajuste del rival, Morales pudo asistir a Comesaña para que este anotase el segundo tanto de la noche. A raíz del 2-0, el equipo español levantó el pie del acelerador. Se ordenó en campo propio y aguardó a que se presentase la opción del contraataque. Mientras tanto, los dirigidos por Ivan Jovanovic quisieron llevar las riendas del juego. Aunque no pudieron crecer a través del cuero, debido a las múltiples errores no forzados que cometían en salida.
El Villarreal pudo pagar muy cara su relajación
Tras el regreso de los vestuarios, Morales anotó el 3-0 para el equipo local. Tras rematar una transición iniciada por una recuperación de Baena. Con el tercer tanto, que dejaba el enfrentamiento visto para sentencia, la tensión competitiva se terminó de desvanecer. El submarino amarillo se replegó definitivamente y con la pelota se dedicó a disfrutar en cada contraataque, dando rienda suelta a su caudal ofensivo. Mientras tanto, el conjunto ateniense, que parecía totalmente entregado, levitaba sobre el terreno de juego concatenando pases y haciendo lo posible por dejar correr el cronómetro. Mladenovic anotó un tanto después de rematar un centro raso de Sebastián Palacios desde la derecha, que fue anulado por fuera de juego.
Aunque pese a todo, la invalidación del tanto reavivó a los griegos. Que abandonaron el piloto automático con el que estaban jugando e intensificaron su presión sobre la salida del contrario. Consiguiendo recuperar muchos balones y delimitar la zona en la que se disputaba el enfrentamiento. Como resultado de ello, se encontraron con una pena máxima cuando Aitor Cantalapiedra fue derribado dentro del área. Ioannidis erró el lanzamiento desde los once metros, pero Sebastián Palacios recortó distancias en el rechace. Con la anotación, los visitantes tuvieron unos minutos de efervescencia, en los que dominaron y gozaron de una ocasión clara para poner en jaque la victoria amarilla, pero Ioannidis no fue capaz de aprovechar el centro de Palacios desde la derecha.
Pese a su evidente relajación, los de Marcelino consiguieron rebajar el entusiasmo del conjunto del trébol, con secuencias de pases más largas y jugando con el cronómetro. No obstante, cuando todo parecía visto para sentencia, Ioannidis puso el 3-2. Atacó con acierto la espalda de la zaga groguet, habilitado por un gran pase de Tony Vilhena, para batir a Reina en el mano a mano. Con el quinto gol de la noche, los de Castellón mantuvieron la inercia de mantener el cuero sin una finalidad concreta y seguir especulando con una ventaja que se había reducido drásticamente. Pese a ello, pudieron gozar de alguna ocasión clara para sentenciar el choque, que solo el arquero Brignoli pudo abortar. Así pues, la gran intervención del meta italiano desató un correcalles en los últimos instantes. Donde los anfitriones tuvieron las ocasiones más claras y el marcador sorprendentemente no se movió.
Con este resultado, el Villarreal se mantiene segundo de grupo, con nueve puntos y se asegura disputar la fase de eliminatorias de la Europa League. Antes de visitar al Rennes, en lo que será la última jornada, deberá de medir sus fuerzas con el Maccabi Haifa en un partido aplazado que le puede aupar a lo más alto del grupo. Mientras que el Panathinaikos permanece tercero, con cuatro puntos y en el último compromiso, recibirá al Maccabi Haifa.