La Fiscalía está acusando al técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti, por un posible fraude fiscal de un millón de euros durante su etapa como entrenador blanco entre los años 2014 y 2015. El entrenador italiano se enfrenta a una sentencia solicitada de cuatro años y nueve meses de prisión. A Carlo Ancelotti se le acusa de dos delitos contra la Hacienda Pública, debido a que, aunque reafirmó su estado de residente en España a efectos fiscales y de que reflejó que su domicilio se encontraba en la capital, escondió unos beneficios relacionados con la explotación de sus derechos de imagen.
Este problema comienza con su fichaje por el Real Madrid el 4 de julio de 2013 firmando un contrato hasta el final de la temporada 2016. Pese a ello, su relación con el conjunto blanco finalizó antes de lo previsto, terminando al final de la campaña 2015. Sin embargo, la residencia fiscal del entrenador italiano no cambió hasta octubre de ese mismo año por lo que según la fiscalía «España fue su centro principal de relaciones personales e intereses económicos».
Según la Fiscalía Provincial de Madrid «con el fin de eludir la tributación por los rendimientos de dichos derechos de imagen» el técnico italiano habría intentado simular la cesión de sus derechos de imagen a empresas «carentes de actividad real« que poseían su sede fuera de España «persiguiendo así la opacidad de cara a la Hacienda Pública española y a la ocultación del beneficiario real de los rendimientos procedentes de sus derechos de imagen, de manera que ni él mismo ni ninguna de dichas sociedades tuviesen que tributar por las cuantiosas cantidades percibidas en España o fuera de nuestro país».
El foco del problema
Ancelotti está siendo acusado de haber firmado un contrato privado con una empresa llamada Vapia Limited hasta 2023, es decir, diez años a una valuación de 25.000.000 de euros. Apenas unas horas después, Carletto se convirtió en apoderado de la entidad «otorgándole los máximos poderes de actuación para gestionar sus derechos de imagen». Un tiempo después y sin especificar la fecha, un anexo del contrato modificaba el plazo de duración a tres años cambiando la valuación a 1.000.000 de euros.
Según la Fiscalía, Ancelotti «omitió todo rendimiento correspondiente a la explotación de sus derechos de imagen (…) llegando de esta forma a declaraciones con cuotas negativas». Por todo esto, la Agencia Tributaria busca aclarar, por qué ni Carletto ni Vapia Limited han tributado por dichas cantidades.