Derrota en el tercer partido de Champions para el club blanco que necesitaba ganar para no descolgarse del grupo. En busca de su primera victoria en la competeción continental el Real Madrid se enfrentaba en Valdebebas contra el Paris FC todo un «mata gigantes», con quien perdió el último partido por 2-1. Toril recuperaba a jugadoras claves como Toletti o Caicedo.
Intensidad sin goles
Cuarenta y cinco minutos atropellados en los que ningún equipo terminaba de asentarse en el campo. Algo más dominante el Real Madrid con una mayor propuesta de juego y buscando posesiones algo más largas mientras que el club parisino basaba su planteamiento en tres puntos básicos: presión alta, recuperación de balón rápido y juego vertical. Las visitantes no estaba interesadas en tener el balón y tocar durante minutos buscando espacios si no que buscaban plantarse ante Misa en cuanto menos pases mejor.
Tuvo más ocasiones y más claras el Real Madrid. Zonrnoza y Olga Carmona fueron las más activas en el ataque blanco pero se topaban ocasión tras ocasión con la portera del Paris. Eran las locales quienes parecían tener algo más de control, sin embargo, el club francés demostraba que con poco era capaz de hacer mucho daño.
Primera parte intensa con un ritmo muy alto en el que el juego iba, prácticamente, de un área a otra que solo se rebajo en los último minutos. Apretó el Real Madrid en el tramo final teniendo alguna muy buena ocasión pero sin sentenciar las ocasiones, algo que podía acabar pagando caro. A los acercamientos del Madrid respondió el Paris con llegadas peligrosas también. Esa presión alta desencadenó en robos de balón cerca del área de Misa, pero tampoco el club parisino logró el gol.
El Paris FC, mata gigantes
Introdujo cambios en los primeros minutos de la segunda parte Toril sacando toda la artilleria en busca de una victoria. Feller, Caicedo y Toletti entraron en el campo para aportar en ataque al equipo blanco después de varias jornadas sin poder contar con ellas. Los cambios dieron un plus al Real Madrid aunque seguían sin dar con la tecla para adelantarse en el marcador.
El Paris FC seguía con su mismo planteamiento haciendo daño a las locales, llegando no muy seguidamente pero con bastante acierto aunque sin lograr tampoco el gol. Eso si, con mucha menos presión por conseguir la victoria se le notaba cómodo al club parisino que se apoyó mucho en Ribadeira para liderar el ataque en la segunda mitad. Tuvo que salir Misa a salvar al Madrid con una contra que la capitana Thiney casi convierte en gol de no ser por la buena intervención de la canaria. Esa jugada llevó al córner que descadenaría el hudimiento del Real Madrid. Maite Oroz, que acababa de entrar, cometió penalti que la arbitro vió claro y la portera del Madrid no pudo parar poniendo Thiney el 0-1.
Se le complicaba mucho al Madrid la continuidad en Champions tras el gol del Paris. Necesidad absoluta de ganar el encuentro pero falto de ideas y de garra le costaba mucho al conjunto español entrar de nuevo en el partido. Si con el empate el equipo visitante se encontraba cómodo con el gol favorable el Paris ya no tenía ninguna prisa ni necesidad de arriegarse. Apagón total en el Madrid que se vió superado por el resultado y sucumbió a la presión viendo como se le escapaba, otro año más, la continuidad en la competición continental.
Adiós a la Champions
Con esta derrota el club blanco está fuera de la Champions. No ha podido contra Chelsea, Häcken ni Paris. Colista del grupo D con un solo punto se complicó la vida con la derrota ante el club sueco. Más díficil aún se puso la hazaña tras volver a caer, esta vez en Paris. Aunque el Chelsea le tendió una mano con su empate ante el Häcken, no lo aprovecharon las madridistas que se podrían haber renganchado a la competición con una victoria en el partido de hoy.
Duro varapalo para el club blanco que no termina de encontrarse bien esta temporada, además de las bajas. Habrá que ver si la peor racha en la corta vida del club y la eliminación en la Champions son motivos de peso para hacer tambalear la continuidad de Alberto Toril, como ya vienen pidiendo los aficionados madridistas con gritos de «Toril dimisión» resonando en el Di Stefano partido tras partido.