Vicent Kompany está en boca de todos tras recriminar la actitud de uno de sus jugadores que intentó provocar a la hinchada rival tras la victoria de su equipo.
Tras un período de tiempo desaparecido una vez colgó las botas, la leyenda del Manchester City y de la selección de Bélgica empieza a postularse como uno de los entrenadores a tener en cuenta de cara a las próximas campañas y ya empieza a acumular ofertas de trabajo en la Premier League. Su equipo, el Burnley, ya certificó el ascenso la primera división inglesa varias jornadas antes de la finalización del campeonato.
Volviendo el mencionado acto que se ha llevado el aplauso de toda Inglaterra, Kompany y sus chicos se enfrentaron al Blackburn Rovers. Pese a haber certificado el ascenso, en dicho partido, de hacerse con la victoria, también asegurarían ser los campeones de la Championship. Y dicho y hecho, los de Vincent Kompany vencieron por 0-1 gracias a un solitario tanto de Manuel Benson y, al término del encuentro pudieron celebrar el título liguero.
Sin embargo, yendo al meollo del asunto, en plena celebración sobre el césped, Josh Brownhill, capitán del Burnley, se dejó llevar por la euforia y, portando una réplica del trofeo, lo alzó repetidamente mientras varios de sus compañeros le alentaban. El problema es que lo hizo dirigiéndose a la hinchada local y eso no gustó ni a los propios aficionados ni a Kompany. El belga se acercó a la zona y no solo frenó a su jugador sino que además pidió perdón a la grada, protagonizando un gesto aplaudido por toda Inglaterra en el post-partido.