El Sevilla avanza a cuartos de final de la Copa del Rey tras superar a un Getafe que no fue capaz de aprovechar sus oportunidades. El equipo local realizó una gran primera parte pero dejando vivo a un Sevilla que, en la segunda parte, asaltaría el Coliseum con dos goles de Isaac Romero.
El Getafe formó con la clásica 4-4-2 con David Soria como portero, por delante Juan Iglesias, Djené (C), Álvarez y Diego Rico en la línea de defensa, pivotes para Luis Milla y Maksimovic dejando las bandas para Greenwood y Mata y como delanteros, la pareja de moda en el sur de Madrid, Latasa y Mayoral.
El Sevilla jugó con una 5-4-1 con el veinteañero portero, Alberto Flores, debido a unas molestias de Dimitrovic en la espalda en el calentamiento, línea de defensas para Juanlu, Nianzou, Badé, Ramos (C) y Pedrosa, línea de cuatro para Soumaré y Sow por el centro y Suso y Ocampos escorados a las bandas para dejar como nueve al jovencísimo Isaac Romero.
Primera parte
El partido comenzó con un ritmo frenético donde el Getafe parecía llevar la voz cantante, pero el primer golpe lo asestó el Sevilla en el minuto 7 cuando Sergio Ramos cabeceó un córner al que David Soria salió a por uvas. El Getafe no tardaría en responder con una brillante vaselina de Jaime Mata en el minuto 22 tras ser habilitado por una peinada de Sergio Ramos. Aún así, la afición del Sevilla se hizo notar con sus dos mil almas dentro del Coliseum ayudando a su equipo con su aliento.
En el minuto 25 llegaría la primera polémica del partido, donde los azulones reclamarían un agarrón de Juanlu sobre Mata dentro del área que ni Muñiz Ruiz ni Iglesias Villanueva en el VAR observaron. La primera parte terminó con el Getafe volcado en ataque teniendo así las mejores ocasiones mientras el Sevilla achicaba agua consiguiendo hacerse fuertes en defensa. Greenwood fue el jugador más peligroso de la primera mitad pero no consiguió ver puerta pese a haberlo merecido.
Segunda parte
Para el comienzo de la segunda mitad Quique Sánchez Flores agito el árbol y dio entrada a Jesús Navas en el lugar de Juanlu y la jugada le funcionó. En el minuto 47 el Sevilla se volvió a adelantar en el marcador tras un gran desmarque de Ocampos que sirvió un centro perfecto para que Isaac Romero se estrenase con la camiseta del primer equipo hispalense, pero esto no acabaría aquí. El Sevilla culminaría una contra de manual en el minuto 55 para que Romero ampliase la diferencia y hacer estallar a la afición sevillista en un aura de pasión y alegría.
Tras esto, José Bordalás dio entrada de inmediato a Enes Ünal y Óscar en el lugar de Jaime Mata y Latasa para intentar una muy difícil remontada. En el minuto 65 ambos conjuntos se pusieron de acuerdo para realizar distintos cambios. El Sevilla movió ficha dando entrada a Rakitic en el lugar de Suso, mientras que Bordalás agotaría sus cambios con el ingreso de Aleñá, Alderete y Jordi Martín en los espacios de Gastón Álvarez, Diego Rico y Maksimovic. Apenas cinco minutos después, el bigoleador del Sevilla, Isaac Romero, salió sustituido por Mariano debido a calambres.
Más corazón que cabeza
La primera amonestación por tarjeta amarilla llegaría en el minuto 73, cuando Nianzou realizó una dura entrada sobre Óscar. Una tarjeta que podía haber llegado bastante antes por la cantidad de faltas realizadas por ambos conjuntos. Llegando al minuto 80, Quique Sánchez Flores daría entrada a Marcao y Agoumé en el lugar del amonestado Nianzou y el acalambrado Sow. Pocos instantes después, todo el Getafe reclamó un posible penalti de Sergio Ramos sobre Ünal que no señaló Muñiz Ruiz.
Alcanzado el minuto 90, el colegiado decidió añadir 8 minutos en los que mientras el balón seguía rodando, la afición del Sevilla se encontraba de fiesta. En el minuto 96 Marcao fue amonestado por perder tiempo, pero el partido ya estaba dictado para sentencia. El Getafe intentaba con más corazón que cabeza encontrar un gol que les diera esperanza, pero sus intentos por obrar el milagro fueron el vano. El partido terminaría con el resultado de 1-3 que clasificaba al Sevilla a los cuartos de final de la Copa del Rey y dejaba al Getafe y a su afición helados en el Coliseum.