Desde la llegada de Xavi Hernández se ha ensalzado la figura de Ousmane Dembélé como una figura clave para liderar el proyecto que está formando el nuevo técnico culé. Sin embargo, pese a todas estas alabanzas, la realidad a corto plazo puede ser completamente distinta.
El francés tiene contrato hasta 2022. Pese a todos los intentos que se han realizado en los últimos meses para asegurar su renovación, no se ha sacado ningún resultado positivo. Crece el temor dentro del club al ver que el año ya está acabando y no hay ningún avance. Lo que es peor, a partir del primer día de enero el internacional ya podrá negociar con cualquier equipo sin ningún tipo de repercusión.
El principal escollo para que se estampe la firma de Ousmane en el nuevo contrato es su agente, Moussa Sissoko, que sigue obstaculizando el proceso. El sueldo a la baja no convence a Moussa, y el añadido del interés de varios equipos de la Premier que le ofrecerían un sueldo mucho más elevado han sido los detonantes.
Por el momento, debido a sus continuas lesiones, únicamente ha podido disputar un partido en esta temporada. Se espera que reaparezca nuevamente en el partido contra el Benfica saliendo desde el banquillo tras anunciarse que forma parte de la convocatoria.