Rugir por la herencia de quien más te quiso

A veces uno escupe sentimientos cuando no le salen las palabras. Gracias a quien me dio, sin saberlo, algo más que trece barras verdiblancas.

Te empecé a seguir, casi inconscientemente, desde bien pequeño. Ya desde muy pronto te sentí como algo propio, patrimonio intangible de quienes, como yo, te llevan grabado a sangre.

Muy joven comprendí que serías capaz de darme la miel más dulce y el azúcar más amargo. Fueron los ojos llorosos de Iván los que, reflejados en los míos, me hicieron darme cuenta de cuál era tu verdadero tesoro: la ilusión irracional del que, aun en la derrota, siempre se siente en casa.

En días como hoy uno recuerda, Betis, qué eres realmente. Eres la lucha de Miki, un abuelo que mira desde el cuarto anillo o un padre pobre que deja a su hijo la herencia más grande. Por ellos, y por aquellos locos verdiblancos que, por tus trece barras, peleaban en el barro, dejémonos hoy las gargantas como siempre hicimos: todos juntos.

Ahora, Betis y béticos, ahora llegó el momento de vencer nuestros miedos, de rugir por los que no pueden hacerlo y de disfrutar más que nunca, pero igual que siempre, porque solo sabe el caminante la dificultad del camino. Seamos valientes, afrontemos riesgos y peleemos por una gloria cocinada con paciencia, a fuego lento. Después de años de secuestro, inestabilidad y desencanto, es tiempo de demostrar que estamos libres de complejos y llenos de esa garra y orgullo que preceden a las grandes cosas. Y si flaquean las fuerzas, recuerden: mírense el escudo. No hay nada más bonito en este mundo.

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2 COMENTARIOS

  1. JOSÉ EL VERDERÓN ,,SEÑOR ENTRENADOR,,,,,,ERES MALISIMO,,,,SOLO TE SALVA,,,,LA PEDAZO DE PLANTILLA QUE TIENES, ,DIME QUÉ HISTORIA DE ENTRENADOR TIENES NADA,,NADA,,. MUSHO BETISSSSS

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