Borja Iglesias llegó al Real Betis Balompié como uno de los fichajes más ansiados por el beticismo, y más tras un buen tiempo de intensas negociaciones que finalmente llegaron a buen puerto para el conjunto andaluz. Pero lo cierto es que la inversión por el ‘Panda’ no ha dado el resultado esperado y es por eso que procedemos a analizar su situación, comparando el ciclo en el Espanyol con el año que está viviendo en el Betis, para intentar conocer qué factores podrían determinar este bajón de rendimiento.
Antes de adentrarnos en las claves de sus momentos en el Espanyol y en el Betis, vamos con el ‘entrante’, y hablemos de estadísticas en LaLiga, vía Sofascore.
En el Espanyol, en la temporada 2018/19, jugó 37 partidos promediando 83 minutos por cada aparición. A raíz de esto, logra anotar 17 goles, con 1,9 disparos por partido. Además, reúne 32,7 toques por partido y 13 ocasiones claras falladas, además de ofrecer 1,1 pases claves por encuentro.
En el Betis, en la temporada 2019/20, y sin contar el último partido frente al Levante, son hasta el momento 28 partidos, con 58 minutos de media y marcando tres tantos. 17,1 toques por partido y dos ocasiones claras falladas, junto a 0,5 pases claves por choque.
Por último, hay una estadística bastante relevante que también influye en este análisis. Respecto al fuera de juego, Borja es un delantero al que le gusta jugar en el límite. Pues bien, en el Betis apenas se le ha visto en fuera de juego 0,5 veces por partido, por las 1,2 veces que se le vio en el Espanyol.
A raíz de estos datos se puede sacar una primera conclusión: además de que, por supuesto, el nivel de Borja se ha visto mermado por el clima que se está viviendo en Heliópolis, lo cierto es que tampoco está recibiendo la misma cantidad de balones o no los encuentra, y tampoco está teniendo ocasiones especialmente favorables, fijándonos con la estadística de ocasiones claras erradas.
Contexto Espanyol
En el Espanyol de Rubi, un equipo que buscaba la verticalidad y el juego directo como seña de identidad, Borja jugó un papel clave en LaLiga. El equipo estaba hecho a la medida del jugador, y el jugador a medida del equipo, una balanza perfectamente equilibrada.
El técnico catalán buscaba tener la posesión, pero sin exagerar y yendo hacia arriba a buscar los espacios. Ahí el que fue el ‘7’ del cuadro catalán era muy determinante. Su seña de identidad ha sido y es el demarque corto y en ruptura, por potencia y gracias a su físico.
En el Espanyol, estaba acompañado, generalmente, de ‘bandas’ muy interiorizados. Y es que en la gran mayoría de partidos, el punta gallego se asociaba en la 1-4-3-3 con Baptistao y Sergio García, quienes son, prácticamente, delanteros en la banda, lo que le hacia sentir a Borja muy acompañado y siendo más favorable la creación de espacios, encontrar rechaces de sus compañeros y compaginarse con estos.
Y es aquí, en Cornellá, donde mejor se han aprovechado sus virtudes. Durante dicha temporada, Borja se mostró como un jugador con una gran lectura de espacios dentro del área, tanto para seguir la jugada de los compañeros y llegar al rechace, como para recibir la pelota en posiciones favorables y definir, además de sacar jugo de situaciones en las que se encontraba de espaldas a la portería.
Contexto Betis
En el Betis está siendo lo contrario. Borja es más consecuencia que causa en relación con la paupérrima imagen de un Betis capaz de lo mejor y lo peor y que, sobretodo en lo peor, arrastró a Borja en el mismo abismo de nivel futbolístico.
El papel que ha jugado Borja durante todo el curso ha sido muy plano. Muy hundido en el campo, lejos del área y parado en medio campo. Y, como se resalta en el apartado del Espanyol, por mucha ayuda que ofrezca en mediocampo, donde es letal es en el área, no en la medular del terreno de juego. Lo dicho podemos apreciarlo en los mapas de calor del futbolistas en las temporadas 2018/19 y 2019/20.
Por otro lado, los hilos no han sido bien cosidos en la plantilla verdiblanca. Borja necesita coquetear con el fuera de juego, inquietar a la defensa y, más que recibir al pie, recibir al espacio, para aprovechar su desmarque en potencia y marchar al área. Dichos pases no le han llegado, o no en la cantidad que le hubiera gustado al ‘Panda’. Recibir al pie está bien, pero no es el principal argumento del delantero verdiblanco. Aunque también hay que recalcar que cuando ha tenido oportunidades, por muy pocas que haya tenido respecto al pasado curso, tampoco ha terminado de aprovecharlas en su plenitud.
Y por parte de Canales y Fekir, no han beneficiado esta condición. Al cántabro se le ha visto obligado a bajar en muchas ocasiones a oxigenar la salida de balón, distanciándose del punta. Por parte del francés, su individualidad ha salvado al Betis en incontables ocasiones, pero la realidad es que Rubi tampoco consiguió hilar a Fekir en el bloque, y ha jugado en una buena cantidad de momentos aislado. Ambos jugadores se han movido lejos de Borja.
Pero no todo este estudio es negativo, y es turno de exponer la mejor versión que se ha visto de Borja con el Betis. No obstante, hay que recalcar que la mejor versión que se le ha visto no es en su contexto ideal, pues, como veréis a continuación, Borja fue protagonista, aunque principalmente sin balón.
Hablamos del partido frente al Levante. Concretamente, la sexta fecha de la competición doméstica, donde el Betis se llevó los tres puntos ganando por 3-1. Si en el Espanyol acompañaba jugadas, en el cuadro andaluz es quien las oxigena sin balón, quien crea espacios arrastrando marcas. Y eso, ciertamente, aunque mejora al equipo, no le favorece, individualmente hablando.
En primer lugar, en el minuto 33, Borja se sale del ratio de visión del defensor, se coloca a su espalda y hace uno de sus desmarques ‘fetiche’: ruptura corta y en potencia. Luego, llegaría el gol de Loren en el descuento de la primera parte, el delantero gallego sale de su marca al punto de penalti, mete la duda al defensor detrás de Loren, quien da un paso en falso para salir a marcar al ‘9’ verdiblanco, pero que le crea un espacio para que Loren remate cómodamente con la cabeza. En el segundo gol, en el 48’, misma fórmula. Movimiento de arrastre de la marca, no entra al área para rematar y desatasca la cantidad de jugadores dentro de esta zona. El defensor que pretende salir a cubrirle deja un hueco por donde pasa el centro de Joaquín y que es rematado por Loren. El tercer gol, marcado por él, puso la joya a la corona de su partido, debido a que, con una finta (otro de sus movimientos característicos y que pocas veces ha tenido oportunidad de desmotrar), se zafa del defensor y remata a placer a las mallas de la portería.
De hecho, cuando Borja y Loren han estado sobre el césped, se ha visto la mejor versión del experico. Volvemos al punto de los tres delanteros en el Espanyol, y es que Borja juega mejor acompañado de socios que jueguen cerca suya, y se ha visto en momentos cuando ambos arietes verdiblancos compartían césped.
Equilibrio del trabajo con y sin balón, clave para ver al mejor Borja
Pero, ¿qué ofreció en el Espanyol que no pueda ofrecer en Betis? Nada. Borja, como jugador, no cambia respecto al del Espanyol, sino su atmósfera. El contexto es distinto entre ambos clubes, y los jugadores de su alrededor, y esa creo que es la principal causa de su primera temporada, a la que se puede calificar como fracaso, en el club de La Palmera.
Como se ha expuesto, lo que se ha buscado de Borja en el Betis no ha sido lo mismo que se pudo aprovechar de él en el Espanyol. La falta de continuidad en el juego de toda la plantilla y el no haber plasmado correctamente las bases del propio juego durante la temporada le han privado de una oportunidad de oro para destaparse como uno de los delanteros españoles del momento, dando continuidad a lo visto en Cornellá.
Aun así, Borja está en la edad de plenitud de los futbolistas. Todavía con 27 años, le quedan años por delante, y el año que viene puede ser su oportunidad para redimirse, junto a las seis jornadas de liga que restan.
No ha terminado de funcionar en el Betis, eso es completamente cierto. Pero si se encontrase un equilibrio entre el buen trabajo que está haciendo sin balón en el Betis, junto con el que hacía con balón en el Espanyol, se haría de él un argumento muy sólido en el discurso del conjunto heliopolitano de cara a cumplir los objetivos de clasificación a puestos europeos.