Con poco más de dos días de descanso, el Real Madrid Femenino se presentó al Di Stéfano con la firme intención de continuar su escalada en la Primera Iberdrola. Después de un comienzo desastroso, habían logrado encadenar cuatro victorias en los últimos cinco encuentros, tres de ellas consecutivas. Al frente, el Deportivo Alavés, situado en el séptimo puesto a cuatro puntos de distancia. El conjunto vasco llegaba con un desempeño irregular, al coleccionar dos victorias, dos empates y una derrota en sus últimos cinco partidos. Sin duda, una oportunidad clara de seguir ascendiendo y descontar puntos a los equipos que estaban por delante.
El técnico, David Aznar, optó por un once con Misa, Teresa, Ivana, Olga, Oroz, Lucía, Esther, Nahikari, Lorena Navarro, Rocío y Zornoza. Dos cambios en relación con la alineación del pasado encuentro en Champions. Salieron Kenti Robles y Caroline Møller de la lista inicial, para que aparecieran Lucía y Lorena Navarro.
Nada más comenzar el partido, las cosas se les pusieron complicadas a las merengues con un gol de Alba, apenas al segundo minuto de juego. Sin embargo el Madrid no se amilanó y sus ataques incesantes, si bien es cierto tardaron en fructificar, consiguieron la igualdad en el 32’. La jugadora del País Vasco, Nahikari García fue la responsable de culminar la jugada con asistencia de Zornoza.
El segundo tiempo tuvo la misma tónica. Un conjunto blanco lanzado al ataque, mientras que el Alavés se defendía y buscaba el contragolpe. Los cambios introducidos por Aznar no cambiaron el objetivo de buscar constantemente el arco contrario. En el 55’, ingresaron Athenea y Møller, en lugar de Teresa y Lorena, en una clara apuesta para aumentar la presión. Luego, en el 72’, apareció Kenti Robles sustituyendo a Lucía.
Dos minutos más tarde, Esther ‘reventaba’ el travesaño y el remate de Møller llegaba directo a manos de la portera. Kenti fue la que inició la jugada y la esperanza de la remontada seguía asomándose en el Di Stéfano. En el 79’, entró Kaci en lugar de Oroz, continuando con su puesta a punto después de la lesión sufrida.
Para la afición madridista presente en el Di Stéfano, o siguiendo el encuentro por la transmisión televisiva, debía de ser angustiante que casi todos los ataques merengues terminaban en manos de la portera Cris. Pareciera que el balón y sus manos se atrajeran mutuamente. Los últimos minutos mostraron a un Alavés más decidido al ataque, aunque no por ello el Madrid desistía de intentar los suyos. En el 88’, un fuera de juego muy dudoso impidió el gol de la victoria blanca en las botas de Esther. Luego, en el 90’, Athenea estrelló otro balón en el travesaño.
Los cuatro minutos de añadido presenciaron el asedio del Madrid sobre la portería del Alavés, pero el marcador no se movió. El Madrid dominó, lo intentó y dejó todo en el campo. Lamentablemente, el travesaño, en dos oportunidades, y un fuera de juego que solo vio la asistente le negaron la victoria. Las sensaciones que quedan son positivas y, a la luz de lo acontecido, solo se puede justificar la ausencia de Caroline Møller por un tema de administración de esfuerzos. La danesa volvió a revolucionar con su entrada y reclama su presencia de arranque.