Uno de los jugadores que finaliza contrato al término de esta campaña es el primer capitán Marcelo Vieira. Esta temporada es el jugador número dieciocho del plantel en minutos acumulados, con 551, repartidos en doce encuentros. Una posición incluso menor que el decimoquinto puesto que consiguió en el período anterior.
A sus 33 años, la sombra del retiro se cierne sobre este extraordinario jugador que hizo delirar a los aficionados en la banda izquierda. No pocas discusiones ha desatado el brasileño, con respecto a quien sería el mejor en su posición: él o el gran Roberto Carlos. Así que no es de extrañar, que los distintos medios se interesen en conocer sus opiniones con cierta frecuencia en los últimos meses. En esta oportunidad, Marcelo visitó el programa El Hormiguero, donde su presentador, Pablo Motos, le realizó una distendida entrevista. Ahí, mostró la admiración que siente por su compatriota: “Me quedé mudo cuando le conocí. Me ayudó muchísimo, me llevó a casa en Navidades. Era mi ídolo de pequeño, a lo mejor él no lo sabe, pero para mí fue muy grande”.
Sean más, o menos, los minutos disputados, no cabe duda de la influencia del capitán en el vestuario. No es extraño verle muy activo en el banquillo animando a sus compañeros y, en no pocas oportunidades, los más jóvenes han hecho alusión a la ayuda que siempre les brinda. Al respecto, señaló: “Intentamos ayudar a todos los niños. Cuando yo llegué tenía 18 años y Sergio 19. Me han ayudado y cuidado porque esto es lo que hace el Madrid. Yo intento ayudar con alegría y trabajo, y pasarles algo de mi experiencia en el club. Con el tiempo que llevamos los más veteranos no nos ha ido mal. Si tienes la oportunidad de elegir un ejemplo somos nosotros. Si hablo con un joven que quiere salir, seguro que me va a escuchar”.
Por otro lado, el capitán se mostró cauto con respecto a la obtención del título de LaLiga: “Tenemos que ir partido a partido. LaLiga es muy difícil, quedan un montón de meses. Seguimos trabajando, estamos en la buena línea. Ya hemos visto muchas cosas y hay que respetar a los compañeros de trabajo, porque esto no es cómo empieza, sino cómo termina”.
Recordando tiempos ya lejanos, habló de su fichaje: “Vine con mi agente, en principio para conocer Valdebebas. Mis cosas estaban en el Fluminense. Se lo dije a mi novia. Viajé, vi la Ciudad Deportiva, vi a Beckham, y me mandaron al Bernabéu. Me llevan a una tienda para hacerme un traje a medida, que no me lo había puesto en mi vida, y cuando llego estaba ahí el contrato. No me lo pensé dos veces, firmé, pero fue todo muy rápido. Capello me dijo si me quería quedar hasta Navidades, pero me volví a Brasil porque tenía un poco de miedo”.
Ahondando en lo que significó conocer al jugador inglés, señaló: “Era el que más impresionaba, porque era más que un futbolista, era una estrella. Roberto Carlos, Sergio, Van Nistelrooy, Salgado, Raúl, Casillas… Me costó hablar español al principio, imagínate el inglés, pero Beckham y todos fueron muy simpáticos. Raúl, que era el capitán, me trató muy bien a mí y a mi familia”.
No podía faltar la alusión al máximo torneo continental, la Champions League. No en vano, atesora cuatro trofeos en su vitrina: “La presión de una final de Champions es de otro mundo. Antes de cada una no podía dormir, es una presión muy grande. Luego, en el partido, los nervios se van. Es muy bonito también representar a tu país, soy un brasileño jugando en Europa. En la final contra la Juve, estaba en la mesa con Cristiano, Pepe, Casemiro y Danilo, intentando comer, pero no me entraba y todos estaban callados. Cristiano preguntó y todos dijimos que sí, que no podíamos tragar”.
Hablar de finales de Champions lleva inexorablemente a referirse a la Décima: “Era mi primera final y, además, era la Décima. Era la presión más grande de todas. Encajamos y luego muchos centros y saques de esquina. Cuando centra Luka, yo me pongo en la frontal para el rechace. Miro el balón y al centro, a Ramos, pero él no miraba el balón. Cabecea, el balón bota y entra. Pero en mi cabeza fue todo a cámara lenta. Fue increíble”.
Con respecto a Sergio Ramos, indicó: “Para mí es un hermano mayor. Me ayudó mucho en mi carrera, dentro del club. Recuerdo un día que estaba muy nervioso, después de ganar una Champions, y él me dijo que subiera a poner la bufanda a La Cibeles. No tenía por qué hacerlo, era un momento suyo. Yo dije que no porque estaba cagado, pero al final subí. Esa foto dice mucho, siempre le estaré agradecido. Sería raro que jugara contra nosotros, a lo mejor nos pasamos la pelota”.
Del futuro de Mbappé ligado al Real Madrid no quiso ‘mojarse’: “No lo veo en el Madrid porque no sé el futuro”. Tampoco se mostró partidario de ausencias o lesiones en el PSG de cara a la vuelta de la eliminatoria de Champions. Una pregunta que fácilmente podría catalogarse de incómoda, pero de la que salió elegantemente: “No hay que desear nada malo a nadie. Yo creo que si ganamos tenemos que hacerlo por nosotros, no porque falte alguien de ellos. Por el bien del deporte tienen que estar todos los jugadores. Que gane el mejor”.
Finalmente, en la entrevista también salió el tema acerca de su futuro: “Estoy muy tranquilo, en el club de mi vida. Tengo en mi cabeza jugar hasta que mi hijo crezca y pueda jugar con él. Quiero seguir al alto nivel. Ahora tenemos partidos importantes, soy capitán del mejor equipo del mundo y estoy muy tranquilo. Me siento muy arropado. No pienso más allá, todo tiene un fin, me gustaría seguir y retirarme aquí, pero no soy yo el que decido”.
Decisión complicada para el club y para el jugador. Por un lado está todo lo que le ha dado al equipo desde que llegó con 18 años. Por el otro, el poco protagonismo en las alineaciones no se puede ocultar. También es notorio el cariño que le tiene la afición, tal y como se lo demostró con la ovación recibida hace menos de un mes en el Bernabéu y que agradeció con sus comentarios al final del encuentro: “Estoy muy contento con la ovación recibida. En 15 años que llevo aquí no puedo decir otra cosa que agradecer a la afición del Madrid. Hoy ha sido otra noche muy bonita. He vivido muchas noches aquí, con ovaciones, y el cariño que me tiene la afición aquí es brutal”.
Como quiera que sea, el momento de la decisión se acerca. Cualquiera que esta sea, al menos, no se vislumbra una telenovela como la de su ‘hermano mayor’. Esa, aunque no se mencione, es una de las razones de ese cariño que el madridismo le profesa.