El fútbol da muchas vueltas, sobre todo los jugadores. En muchas ocasiones, los futbolistas llegan a un equipo y se revalorizan gracias a su desarrollo profesional, lo que genera dinero en las arcas del club en cuestión. Esta vez tratamos el caso del Sevilla FC, que 3 años después del fichaje de Lenglet tendrá que abonar más dinero al AS Nancy-Lorraine, su club de origen.
Clément Lenglet llegó a Sevilla en enero de 2017 procedente del club francés a cambio de unos cinco millones de euros. Un año y medio más tarde, se marchó al FC Barcelona, tras pagar el club azulgrana su cláusula de rescisión, 35,9 millones de euros. Esta diferencia no pasó desapercibida para el Nancy, que rápidamente señalaron el contrato que firmaron con los sevillistas: además de los cinco millones, deberían recibir el 12% de la plusvalía que generase un hipotético traspaso del futbolista. Y llevaron la reclamación al TAS.
El TAS, órgano de arbitraje que dirime disputas en torno al deporte, ha fallado recientemente la disputa que existía entre el club francés y el Sevilla. En concreto, el club hispalense deberá abonar «3.708.000 euros más intereses de demora y costas procesales», según el máximo organismo jurisdiccional del deporte. En Nervión no reconocían dicha cláusula, al haber sido un traspaso por pago de cláusula de rescisión, lo que no consideraban una venta como tal. Pero el TAS lo ha considerado de otra forma, anunciando que se debe subsanar la deuda en un plazo de 45 días.
Lenglet, que disputó en el Sevilla 52 partidos durante temporada y media, se convirtió en uno de los imprescindibles en el eje de la zaga. Despuntó de tal forma que el Barcelona se fijó en él para apuntalar su defensa, siendo titular en la mayoría de los encuentros de LaLiga durante la presente temporada. Este cambio hizo que se multiplicase su valor de mercado por siete, origen de la disputa entre ambos clubes.