El fútbol está siempre en transformación. Se encuentra en una continua evolución que provoca que cada cierto tiempo haya un estilo de juego dominante que es infinitamente diferente al que dominó la temporada anterior y al que triunfará la próxima campaña. Y eso provoca que, de manera involuntaria, haya elementos que se van perdiendo por el camino.
Es inevitable afirmar que hay algunos de sus conceptos que están en peligro de extinción. Al menos en la actualidad, aunque no significa que sea definitivo. Los sistemas de juego predominantes van cambiando y hay una figura que ha perdido su protagonismo y que históricamente ha sido tremendamente valorada, alzada a los cielos, incluso me atrevería a decir que venerada: el ‘10’.
Distintas maneras de nombrarlo, pero la misma connotación
‘Mediapunta’, lo llamamos en España, ‘trequartista’ en Italia o ‘enganche’ en Sudamérica. Yo prefiero este último. Lo llames como lo llames, el futbolista que ocupaba esa posición siempre ha sido el mejor del equipo. El jugador más talentoso, el que poseía una mejor visión de juego, el nexo de unión entre los mediocentros de construcción (o contención) y los atacantes. El deporte rey anda huérfano de genios en esa posición, que parece haber quedado anticuada. O por lo menos en el fútbol español.
A ese tipo de futbolistas les acompañaba una etiqueta, en muchos casos merecida, de jugadores que no defendían, que jugaban a parte del resto del bloque del equipo. El mediapunta clásico participaba prácticamente solo en ataque. Esperaba que el balón le llegara para removerlo todo y tejer conexiones con sus compañeros o buscar una salida en solitario.
Maradona, la encarnación perfecta
Con esa definición, se me vienen a la cabeza muchos nombres de grandes cracks en la historia del fútbol que han desempeñado esa función de ‘enganche’. Es una posición que se puso de moda principalmente a partir de los años 80, con la irrupción de Michel Platini con Francia y la Juventus, y por encima de todos con el dominio mundial de Diego Armando Maradona. El ‘Pelusa’ encarnaba a la perfección ese estilo de futbolista y lo llevó a su máximo esplendor, como todo lo que tocaba.
A partir de ahí, han ido apareciendo grandes talentos que han jugado en esa posición: Roberto Baggio, Michael Laudrup, el ‘Doctor’ Sócrates, su hermano Raí, Zidane (en sus inicios en el Girondins y la Juventus), Francesco Totti… y seguro que me dejo varios. Eran jugadores que estaban destinados a desarrollar ese papel y que, como a un actor de una obra de teatro, cualquier cambio de guion o en el personaje podía trastocar su talento.
El ‘enganche’, en desuso en España
En España, en los últimos años esa posición se ha perdido completamente. El fútbol se ha transformado, se ha vuelto más físico, y esa tendencia casi enfermiza a la preparación táctica ha ido apartando la posición de ‘enganche’ de los esquemas. A pesar de ello, todavía ha habido futbolistas en LaLiga que en los últimos 20 años se han aferrado a ser el ‘trequartista’ clásico en sus equipos. Valerón, Riquelme, Aimar, De la Peña, Yeste, Luis García, Ibagaza, Mata, Silva, Özil o Sneijder son algunos de los ejemplos de jugadores que desempeñaban esa histórica función en sus clubes y que, por su talento, su entrenador debía amoldar el conjunto del equipo a su estilo de fútbol. Salvando las distancias, evidentemente, con los nombrados anteriormente.
Como comentaba al inicio, esa figura se está perdiendo en el fútbol español. Hoy en día no hay un solo futbolista en LaLiga Santander que se le pueda considerar el ‘10’ puro del equipo. Únicamente se me viene uno a la cabeza: Martin Odegaard. El mediapunta noruego juega de ‘enganche’ en la Real, aunque más por instinto individual que por sistema, ya que Imanol suele jugar con un 1-4-3-3 con Zubeldia de mediocentro y Merino y Odegaard por delante.
La formación 1-4-2-3-1, en la que el ‘enganche’ es la pieza clave, es un sistema extinto actualmente en nuestro país (o al menos en Primera División). Hoy en día predomina el 1-4-3-3, el 1-4-4-2 y el 1-5-3-2 con tres centrales que últimamente se está utilizando mucho tanto en LaLiga como en Europa. En ninguno de esos tres sistemas encaja la figura del ‘trequartista’, pero eso no quiere decir que no haya jugadores que todavía puedan desempeñar esa función.
Todavía hay esperanza para los amantes de esa figura
Joao Félix en el Atlético, por ejemplo, sería un futbolista perfecto para ser ese ‘10’ que, sin embargo, no existe en los planes de Simeone. El técnico argentino basa su ideario en un 1-4-4-2 al que el portugués no ha sabido adaptarse todavía. Otro ejemplo claro es el de Isco Alarcón. El Real Madrid de las 3 Champions tuvo como protagonista al malagueño que ha demostrado que a su mejor nivel es perfecto para la posición de mediapunta. En el Málaga dio todo un recital en aquel equipo que estuvo a un tiempo de descuento de eliminar al Dormundt y clasificarse para unas semifinales de Champions. Pero Zidane no acaba de confiar en él y siempre ha preferido utilizar el 1-4-3-3, y más con la irrupción arrolladora de Fede Valverde. Caso aparte es el de James Rodríguez, futbolista ideal para ser el ‘enganche’ de cualquier equipo, pero que con el que el técnico francés no ha contado prácticamente nunca.
Otros han debido adaptar su estilo futbolístico para no extinguir su juego junto con la posición de mediapunta. Ese es el caso de Canales o Parejo. Ambos empezaron sus carreras siendo futbolistas de tres cuartos, con escasa tendencia defensiva y con una gran anarquía en su juego. El paso del tiempo y la evolución hacia un fútbol, en general, mucho más táctico y defensivo, han provocado que hayan tenido que convertirse en dos centrocampistas totales y dominadores de todo el juego de sus equipos. A mí parecer, en su caso el cambio les ha beneficiado indiscutiblemente.
Inglaterra, un ejemplo de transformación
Curiosamente el fútbol está viviendo una bonita paradoja que es lo que le hace ser tan apasionante. El país creador de este deporte, Inglaterra, históricamente ha destacado por desarrollar un juego completamente antagónico a la figura del ‘enganche’. Sin embargo, en los últimos meses han irrumpido con fuerza en la Premier League algunos futbolistas que encarnan a la perfección el significado del ‘10’. James Maddison, en el Leicester; Jack Grealish, en el Aston Villa; Mason Mount, en el Chelsea; Daniel James, en el Manchester United; o Phil Phoden, en el Manchester City, lideran una tendencia al cambio en un fútbol históricamente rígido y que siempre ha preferido lo antiguo.
Esto es una muestra de que, a pesar de que en España no se encuentran equipos ni jugadores que potencien esa posición, puede ser que en un futuro vuelva a recobrar la importancia que durante tanto tiempo ha tenido. El fútbol vive del talento, y eso es lo que hay que potenciar.