Alfonso Pérez Muñoz, más conocido entre los verdiblancos como “el Mago de las botas blancas”, pasó el martes 21 de abril por el canal de YouTube de InformaFútbol para realizar una entrevista al medio. Durante esta, el exfutbolista repasó su carrera deportiva desde el Real Madrid, donde se fraguaron sus inicios, hasta sus dos etapas en el Betis, recordando también su paso por la Selección, Barcelona y Marsella. Exactamente, en esta primera parte de la entrevista habló sobre su época como futbolista verdiblanco.
P: En tu llegada al Betis, ¿Cómo fue la adaptación al club y quiénes fueron los jugadores que más te ayudaron a adaptarte?
R: «En cuanto a la adaptación, un poco es aclimarte a lo que es al club, a la ciudad, buscar casa, lo normal en estos casos cuando conoces la ciudad. Y bueno, llegas de nuevas, y al final lo que tienes que hacer es adaptarte lo antes posible a todo. En mi caso, el recibimiento fue francamente bueno por parte de todo el mundo y al final eso es lo que te supone sentirte cómodo y adaptarte lo antes posible. Respecto al tema de los jugadores, la verdad es que no, vas conociendo a todos, hay algunos jugadores que llegaban nuevos y los que estaban. En definitiva, no es que nadie te ayudase más de lo de lo normal, más me ayudó José Manuel Soto a llevarme al hotel cuando llegue en el ave, que no vino nadie a buscarme, y él me llevó al hotel. Eso fue más ayuda quizá que lo de los compañeros».
P: ¿Cuál fue el jugador que más te sorprendió por calidad en tus dos etapas en el Betis?
R: «Yo creo que los jugadores con los que coincidí en el Betis de más calidad, que mejores resultados han dado, son Finidi y Jarni, en la primera etapa en la que coincidí con ellos. Luego, lógicamente, Joaquín, con 20 años, con un cambio de ritmo y una calidad difícilmente comparable con cualquier otro jugador. Quizás, un poco más con Figo, que era un jugador de banda muy desequilibrante. Han sido los tres jugadores que más me han sorprendido, de un nivel superior al resto, de los que coincidí en el Betis».
P: Has podido vivir la cara y la cruz del fútbol en las finales de Copa con el Betis, perdiendo la del 97 y ganando la de 2005, ¿Cómo es la sensación de la derrota y la victoria en ambos casos?
R: «Yo he tenido la suerte y la desgracia de disputar cuatro finales, dos de ellas ganadas y dos perdidas, dos con el Real Madrid y dos con el Betis, y poder ganar un título con cada equipo, es decir, una Copa del Rey con cada equipo. Es un torneo muy bonito, en el que hay un ambiente especial de las dos aficiones, un campo lleno. Las finales quedan siempre en el recuerdo, independientemente, de si ganas o pierdes. Dentro de lo que cabe, he ganado dos finales y he perdido otras dos, pero bueno, esto es lo que tiene jugar finales».
P: En la temporada 1999/2000 se produjo el descenso, con una plantilla en la que había muchos jugadores de calidad que consiguieron llegar a cotas como la final de la Copa del Rey, ¿Cuáles crees que fueron las principales razones del descenso de aquella temporada?
R: «Creo que básicamente fue el estar los últimos diez partidos de liga sin sumar puntos, partidos en los que en muchos de ellos merecimos ganar. Pero parece que estábamos predestinados a bajar ese año. Desgraciadamente así ocurrió, hicimos lo imposible para no descender, con un buen equipo. Creo que teníamos un buen equipo, no como para descender. Pero muchas veces es lo que tiene el fútbol, es decir, cuando tu no ganas y no sumas puntos, desgraciadamente, acabas pagándolo, y en este caso fue lo que nos pasó».
P: Desde el punto de vista de Alfonso Pérez, que ha sido compañero de Joaquín durante su segunda etapa en el Betis, ¿Cómo está viendo su nivel en esta temporada?
R: «Yo creo que Joaquín ha sido uno de los mejores jugadores que ha estado en el Betis a lo largo de su historia. Evidentemente, no es el mismo Joaquín de 20 años, porque la edad no perdona. El Joaquín con el que coincidí era un jugador rapidísimo, de desborde por banda y, hoy por hoy, lógicamente, ya no tiene ese desborde por la edad, pero la calidad no la pierdes. Entonces, cuando tienes esa calidad y sabes aguantar un balón, sabes no perderla, ves el pase, ves el centro, y luego encima tienes gol, pues en muchos partidos, pese a la edad que tiene, ha sido el mejor jugador. Es verdad que Joaquín ahora mismo no tiene tanto desborde como antes, pero sigue siendo un jugador que tiene otras características que le hacen poder seguir jugando en el Betis, está dando un buen resultado, y por lo tanto, ojalá siga así a este nivel».
P: Siendo una época donde todos tenían botas negras ¿Cómo surgió la innovación de las botas blancas?
R: «El tema de las botas blancas fue una apuesta personal con el director general de Joma, nos jugamos una comida a que me las ponía y él decía que no. Me las dieron, me las puse, tuve muchas críticas por parte de mucha gente porque en este país todo se critica. Al final, pues bueno, tuve las narices de ponermelas y se convirtió en un boom, a nivel de marca para Joma y a nivel de moda de botas blancas. A raíz de ahí, todo el mundo conoce todas las botas de todo tipo que hoy en día se están poniendo los jugadores y tiene todo el mundo. Fue a partir de ese momento, cuando yo me atreví a ponerme las botas blancas y a raíz de esas comenzaron a sacar botas de otros colores. Ellos la hicieron como una prueba de un tipo de material y de color. Por aquel entonces, todas las botas eran negras. Entonces, yo aparecí con esas botas blancas, y claro, llamó la atención. Y a partir de ahí, me llamaron “Alfonso el de las botas blancas”, “el Mago de las botas blancas”, todo se quedó así. Y luego empezaron a cambiar a botas verdes, botas rojas, y todas las marcas del mundo comenzaron a cambiar los diseños poco a poco».
P: ¿Qué sentiste cuando pisaste por primera vez el Benito Villamarín?
R: «Creo que fue en la presentación, si no recuerdo mal. Había muchísima gente, la grada de tribuna estaba llena de gente, y para una presentación me llamó mucho la atención, y desde el minuto uno notas el cariño de la gente, desde la presentación hasta que me retiré, siempre ha sido ese afecto y cariño, que a la vez te da esa confianza para jugar bien y, sobre todo, el creerte un jugador importante dentro del equipo. Yo jugaba mejor cuando asumía ese rol de jugador en el que todo el mundo se fijaba en tí por ser el jugador que tenía que resolver, y yo lo asumía, y es más, es que me gustaba. Muchas veces sentirte importante dentro de un equipo te hace jugar mucho mejor, en el Real Madrid era uno más, en el Barcelona era uno más, pero en el Betis era el jugador especial. Y eso a mí me gustaba, porque asumías esa responsabilidad y a mí siempre me ha gustado eso».
P: En la temporada 96/97 llegaste a ser el máximo goleador nacional con 25 goles, ¿Crees que si te hubieran respetado las lesiones, manteniendo ese nivel podrías haber llegado por ejemplo a ser uno de los máximos goleadores de la selección?
R: «O de la selección, o sería el máximo goleador de la historia del Betis. Evidentemente, el hecho de haber estado tanto tiempo lesionado, te ha quitado la opción de marcar goles, tener mejores números a nivel de partidos, a nivel de selección, pues en vez de ser 38 veces internacional hubiesen sido 70. Me perdí el mundial de Estados Unidos por las lesiones, es decir, hubiese tenido mejores números, hubiese jugado mejores partidos. En definitiva, lo que te ha supuesto el estar tanto tiempo lesionado a lo largo de tu carrera, pues ha supuesto tener mejores números con tus equipos».
De esta manera, Alfonso comentó su paso futbolístico por Heliópolis, donde recaló en dos ocasiones, la primera desde el año 1995 hasta el verano del 2000, y la segunda desde el 2002 hasta cerrar su carrera en 2005 con la Copa del Rey. En el Betis, el futbolista madrileño alcanzó su mejor nivel, llegando a ser máximo goleador nacional y segundo de la temporada 96/97, tan solo superado por Ronaldo. Además de esto, con el paso de los años se convirtió en el tercer máximo anotador de la historia del club bético en Primera División, con 69 goles.