La breve trayectoria del Athletic de Marcelino comenzó de forma fulgurante, pero en las últimas semanas, aquella intensidad que se mostraba al principio ha desaparecido. Tanto las victorias como el gol de los bilbaínos han ido desapareciendo poco a poco.
Desde la victoria contra el Granada en la jornada 26, que terminó con un 2-1 favorable, los vascos han tenido que disputar siete partidos. No han sido capaces de ganar ninguno de ellos, y han acumulado cinco empates y dos derrotas. Dos derrotas dolorosas para la plantilla y para la afición al darse en las finales de la Copa del Rey.
El gol también ha brillado por su ausencia en este periodo de tiempo, cuando el público estaba acostumbrado a ver que se perforaba la portería rival en el transcurso de cada partido. En este periodo únicamente han anotado en tres ocasiones, ante el Atlético por parte de Muniain ante el Eibar por parte de Yuri Berchiche y ante la Real Sociedad por parte de Asier Villalibre.
El inicio de esta mala dinámica fue en el encuentro jugado contra el Atlético de Madrid, que supuso una derrota mínima con un resultado de 2-1. Curiosamente, el fin de la misma fue ante el actual líder de La Liga, dándose el mismo marcador pero en esta ocasión sería en San Mamés gracias a Berenguer e Iñigo Martínez.
Estando en mitad de la tabla, los vascos están algo alejados de los puestos europeos, a una distancia de nueve puntos, pero con un partido menos. Pese a que las opciones parecen escasas, el equipo quiere terminar lo más arriba posible. Para empezar, tendrán que jugar ante el Valladolid entre semana. En caso de lograr ganar como locales, recortarían la distancia en la tabla a seis puntos.