Opinión| La rotación manda y el Madrid sigue sumando de a tres

Ciertamente, el Mundial está marcando muchas cosas en la estrategia seguida por Carlo Ancelotti. Una de ellas es la alineación, al menos, la que comienza los partidos. Algo que seguramente alegrará a aquellos que clamaban por rotaciones el curso pasado, pero que luego se escondieron, rendidos ante la evidencia. El Real Madrid ganaba LaLiga y se hacía con la Decimocuarta Champions, además de la Supercopa de España y a los críticos se los tragó la tierra. Ahora, el italiano ha colocado siete alineaciones diferentes en los ocho partidos que han disputado, contando todos por victorias. Ya es un hecho consumado, las rotaciones han aparecido para beneplácito de muchos.

Sin embargo, hay que estar claros en algo y no se le puede achacar nada más al Mundial. Una cosa es rotar con con Bale, Isco y Marcelo; y otra muy diferente, hacerlo con Rüdiger y Tchouameni. Por mucho que hayan aportado los primeros, en algún momento de sus carreras, ya no reunían los pergaminos para integrarse a la alineación del Madrid. Eso se nota y, más aún, en una temporada como esta.

Aparte de la diferencia de nombres, hay también un crecimiento en los rendimientos producto de la evolución de los jugadores. Camavinga ya tiene un año a cuestas que le permite conocer mejor a sus compañeros y ganar en tranquilidad. Ese ímpetu que le ha llevado a ver tarjetas amarillas con muy poco tiempo de reloj, se ha calmado. Por otro lado, jugadores como Valverde y Rodrygo, continúan creciendo a un ritmo exponencial. No dejemos de lado a un Ceballos que goza de una innegable calidad y está siendo cada vez más utilizado.

El renglón de los ‘lunares’ sigue estando presente, aunque con una influencia menor. De Mariano, es la misma historia desde que llegó, independientemente del entrenador que tenga al frente. Marco Asensio había brindado sus mejores aportaciones como revulsivo. Sin embargo, el último mercado y la estrategia que se marcó, parece no haberle dejado muy bien parado. Su papel ha quedado reducido considerablemente, al menos hasta ahora, pero conociendo a Ancelotti, es difícil que no vea minutos. De hecho, ingresó como recambio en el último encuentro frente al Leipzig, tras la ‘pataleta’ del día del Mallorca. La historia se repitió, entró como suplente y anotó uno más para que el Madrid certificara la trabajada victoria. Otra cosa ya es cuando va de inicio.

Para cerrar el capítulo de los lunares, aparecen dos elementos más. Eden Hazard fue probado como ‘nueve’ contra el Celtic, tras la lesión de Benzema, y anotó un gol. Pero, ante el Mallorca, en la siguiente jornada, no tuvo su mejor encuentro. La consecuencia llegó muy rápido y Ancelotti optó por Rodrygo para el segundo partido del Real Madrid en la Champions, contra el Leipzig. Finalmente, el caso Odriozola, que no quiso salir traspasado y es, hoy en día, el tercer lateral derecho, por detrás de Carvajal y Lucas Vázquez.

Con este panorama, las rotaciones que introduce Ancelotti, en las alineaciones del Madrid, arrojan un once que no desluce en los nombres. Luego, el juego es otra cosa, pero es que ahí ya entran otros factores. En el reciente partido frente al Leipzig, no estuvieron presentes ni Éder Militão, ni Ferland Mendy, dos nombres que se pudieran considerar titulares en defensa. En su lugar, aparecieron Nacho y Rüdiger como pareja de centrales, para que Alaba se ubicara por izquierda. Cualquiera que vea una posibilidad de alineación, o la otra, de seguro no se le moverá ni media ceja. Las dos opciones serían titulares en cualquier equipo del mundo.

Pasando al centro del campo, encontramos que en el mismo enfrentamiento comenzó Camavinga para acompañar a Modrić y Tchouameni. Pero, es que si hubiese aparecido Ceballos y/o Kroos, pues todos los madridistas estarían igual de tranquilos. Por si esto fuera poco, dependiendo del rival, la opción de Tchouameni la podrían ocupar el alemán, o el francés que opta al Golden Boy. Estando claros en que cada uno aporta lo suyo y son diferentes, el tema está en que no hay combinación de nombres que desluzca en este Real Madrid.

En la delantera es, tal vez, donde alguna duda puede haber, pues el nombre Benzema es demasiado influyente. Sin embargo, Vinicius y Rodrygo están a un nivel superlativo. Y si a esto le sumamos una ‘bestialidad’ de jugador como Valverde, pues la sonrisa del Madrid vuelve a aparecer. Antes de que algún crítico asome, me permito decir que incluí al uruguayo aquí pensando en él como extremo. Pero, pude hacer lo mismo incluyéndolo en los centrocampistas. Donde quiera que le coloque, siempre habrá algún inconforme y es que la movilidad de este chico, que se ubica en un lado u otro del campo, así lo invita.

La conclusión es muy sencilla. Con solo dos fichajes y unas cuántas salidas incómodas, estamos en presencia de un once más completo que el de la temporada pasada. Si un Hazard cumple con la promesa hecha en Cibeles, de meterse en dinámica, sería la guinda del pastel. Pero, aunque no lo haga, hay que tener mucho cuidado con este Real Madrid.

Igual no descartemos la aparición de los críticos de oficio, los fans de las palancas, además de los expertos en fichajes y tesorería. Todos ellos siempre estarán pero, mientras tanto, Ancelotti y su gente continúan a lo suyo. Y como bien dijo el italiano: “En este momento de la temporada, lo que debo pedirle a mis jugadores es que jueguen con inteligencia y saquen los puntos”. Palabras muy sabias, que si las aderezamos con administración de esfuerzos, hacen que este Real Madrid luzca, al menos, muy competitivo en todas las instancias. Así que aquellos que no le otorgaron favoritismo alguno y osaron colocarles en el quinto lugar de las preferencias para ganar la Champions, sería bueno que pusieran ‘las barbas en remojo’.

Opinión| Nuevo curso del Madrid, analistas apocalípticos de vuelta

Aún tengo frescos en mi memoria los recuerdos de los ‘análisis’ de propios y extraños, hace un año atrás. La funesta temporada que se le avecinaba al Real Madrid era poco menos que apocalíptica y con el correr de los primeros partidos, más se despachaban los ‘expertos’ a gusto. Una de las mejores que recuerdo es que el equipo se fundía y no pasaba de enero. Esto porque la sumatoria de esfuerzos y edad de los jugadores así lo vaticinaba y garantizaba.

Mientras más vuelo tomaba el equipo, más cerca estaba el apocalipsis. Se ganó la Supercopa de España, pero eso no hizo sino acrecentar los malos augurios. A fin de cuentas, se iba a pagar el esfuerzo y, como para darle más alas, el Real Madrid quedó eliminado en la Copa del Rey.

Lo más llamativo del asunto es que una buena parte de los vaticinios provenían de un importante sector de la afición. Ni que hablar del periodismo supuestamente afín al club. Como reza el dicho popular, “con amigos así, para que quiero enemigos”.

Pues resulta que al sol de hoy, todos sabemos cómo terminó la historia. Sin embargo, para lo que les voy a comentar después, parece que es menester recordarlo. La Supercopa de España en el bolsillo del Madrid, precisamente en enero. Luego, llegó LaLiga N°35, cerrada con trece puntos de ventaja sobre el más inmediato seguidor. Esto, sin olvidar que pudieron ser unos cuantos más, de no haber regulado esfuerzos. Finalmente, la Decimocuarta Champions, en una ruta épica que la catapultó a una de las mejores de la historia, o la mejor, según el cristal con el que se mire.

En esa Decimocuarta cayeron, uno tras otro, todos aquellos que, para los mismos ‘analistas’, representaban el nuevo orden mundial del fútbol. El París Saint-Germain con ‘el mejor tridente del mundo’. Luego, el hasta ese momento vigente campeón europeo, el Chelsea. Después, el club que dirige el inventor del fútbol, el Manchester City. Finalmente, ‘la orquesta’ dirigida por el que debió ser el entrenador del Real Madrid, el todopoderoso Liverpool. Un club que, dicho sea de paso, reactivó el mantra de la ‘venganza’, por la supuesta afrenta de un defensa central que, haciendo su trabajo, osó “lesionar a propósito” a su delantero estrella.

A pesar de que esta historia está ahí, a la vista de todos y vivida con pelos y señales, parece ser que no se ha aprendido la lección. Los últimos días, el asunto ha ido en aumento, y se ha visto aderezado por otros ‘análisis’ donde hacen su aparición las tristemente célebres palancas. Y no las llamo así por un asunto de preferencias futbolísticas. Lo hago por no compartir, ni el relato, ni la propaganda, ni el concepto.

Para no ahondar mucho en el tema, lo pondré así. Los inventores del axioma aquél, de que la cantera era la base, no solo de su equipo, sino del mundo fútbol, incluida la selección, cambiaron de opinión. Resultó que el asunto no era tan así. Hacían falta fichajes con nombre, no importa su edad, sino que tengan eso, nombre. Pero, como para ello no había dinero, sino deudas, había que vender patrimonio. Es decir, la cantera no es tal y hay que vender los activos, porque en la vereda del frente ya tienen 14 Champions y 35 Ligas. No importa si mañana no hay pan, o si viene una hecatombe parecida a la reciente pandemia que sumada a una gestión nefasta les arruinó. Lo que importa es el hoy y, del futuro, que se encargue la siguiente directiva.

Pero volvamos ahora, a las predicciones astrológicas de ciertos sectores para el Real Madrid, con un ejercicio de memoria. La temporada pasada, se consolidó una corriente en cierto sector de aficionados que clamaba por un ‘volantazo’. Para ellos, Camavinga y Valverde eran los llamados a desplazar al tridente que Carlo Ancelotti llamó hace poco el “Triángulo de las Bermudas”. Pero, no solo el centro del campo estaba en entredicho.

Más de uno pidió la cabeza de Dani Carvajal y de su suplente, Lucas Vázquez. Al primero de ellos, incluso le llegaron a achacar una supuesta falta de nivel para estar en el Real Madrid. Ni se diga del extremo gallego reconvertido a lateral. Los ‘directores deportivos’ de sillón clamaron al unísono por traer otros activos ‘de nivel’. Esto sin contar las críticas feroces por la pasada venta de Achraf Hakimi.

De la delantera, ni que decir. Una buena parte dudaba de Vinícius, Rodrygo, Benzema, Hazard y paremos de contar. El colofón del asunto fue el ya mencionado al comienzo, el Madrid no aguantaba y en enero se derrumbaba. Entre la edad y el físico, nada había que hacer. A esas alturas, las predicciones apuntaban a que Ancelotti era poco menos que tonto y Antonio Pintus era un recién llegado al tema de la preparación física.

Los triunfos alcanzados, traducidos en tres trofeos en las principales competiciones calmaron las aguas, pero solo por pocos días. No se habían enfriado aún las celebraciones cuando volvieron a aparecer los temas. Con la confirmación de la llegada de Antonio Rüdiger y Aurélien Tchouaméni ya se vislumbraban de nuevo esos ‘vientecillos’ en el ambiente. Pero cuando el Real Madrid empezó a disputar los encuentros del Soccer Champions Tour, se alcanzó punto de ebullición. Ya Casemiro no hace falta y Mendy sobra. Tenemos a Rüdiger y al francés hay que venderlo, además “se lesiona mucho”. El tridente del mediocampo debe quedarse en el hangar porque Tchouaméni, Camavinga y Valverde son los nuevos iluminados. Eso sí, que nadie se olvide de fichar delanteros.

El que les escribe no pretende hacer un tratado de psicología para analizar las reacciones de un importante sector de aficionados y analistas, año tras año. No, no es la idea. Pero si de algo quisiera que sirviera este escrito es para hacer un llamado a la calma. Principalmente, porque los resultados avalan a esta segunda etapa de Ancelotti y enésima de los suyos que, por más que se diga, no se cansan de ganar títulos.

El potencial de la segunda unidad del Real Madrid es innegable y, como en la vida, llegará el momento en el que los más veteranos cedan el testigo a los más jóvenes. Es ley de vida, más aún en el deporte, pero no nos apresuremos. Más de uno ya hubiese sentado a un tal Luka Modrić, con tan solo consultar su DNI, próximo a cumplir 37 veranillos y ahí está el croata con la ambición y la fortaleza que ya quisieran muchos jovencitos de 18.

Y para terminar, algo más delicado y que tiene que ver con la salud de cada quien. Si a alguno de nosotros nos echan de nuestro trabajo, por razones médicas, de seguro elevaríamos las voces y bien alto. Estamos más que conscientes que en el deporte el físico priva y mucho. Pero, si cada vez que alguien tiene un problema, lo apartamos y prescindimos de él ¿a dónde vamos a llegar? Que Dani Carvajal y Ferland Mendy vivieron momentos malos de salud, está fuera de discusión, pero ¿quién de nosotros no los ha sufrido? Ahora bien ¿alguien se atreve a dudar de sus cualidades? Yo no lo haría, ni los daría por muertos y si no, pregúntenle al flamante nuevo delantero del Liverpool que no vio luz en la final, gracias al de Leganés. O a aquél del Manchester City que vio frustrado su gol sobre la línea de meta.

Los mismos argumentos son válidos para un tal Hazard. Nadie discute que su llegada al Madrid no fue lo mejor en lo físico, rayando incluso en lo no profesional. Pero, a partir de ahí, el calvario con el bendito tobillo no es para deseárselo ni al peor enemigo. Un tema donde se juntaron el hambre con las ganas de comer. Decisiones médicas y personales para tomar una vía u otra, tratamiento conservador o agresivo, es decir, como diría aquel escritor, ‘to be or not to be’. Seguramente algunas de ellas no fueron correctas, como corresponde  a toda gestión donde intervienen humanos. Hay errores y aciertos. Ahora, supongamos por un momento que al fin se dio con la tecla y el belga por fin se ha recuperado ¿no merece una oportunidad? No pensemos que se llama Hazard, pensemos que puede ser cualquiera de nosotros, en cualquiera que sea nuestro ámbito laboral.

A todas estas, la conclusión que quiero compartir con ustedes es que sí, es cierto, tenemos ‘Unidad B’… pero, por favor, no perdamos la cabeza. Tiempo al tiempo y démosle a los más veteranos ese respeto que muy bien se lo han ganado en el campo. Un respeto que viene dado, no solo por los títulos, sino por el profesionalismo y entrega demostradas.

En cuanto al resto de equipos y, en particular ‘el apalancado’, que sean ellos los que hablen y cuelguen pancartas. Que su preocupación sea la de inventar cánticos para celebrar la no llegada de Mbappé. Una situación que, por cierto, quien les escribe ha llegado a agradecer. Sí, porque aunque me hubiese gustado verle de blanco y defender el escudo merengue, visto lo visto, creo que no reúne algo que va más allá del excelso manejo del balón.

Sin valores, ni respeto, la calidad ya no importa. Y de eso, tienen y en abundancia, la plantilla del Real Madrid, apartando un par de casos que todos sabemos y no hace falta nombrar. Su ausencia nos dará la oportunidad de ver otros activos que ya tenemos, que a veces no apreciamos, ni valoramos lo suficiente. Unos que, por cierto, formaron parte de remontadas y salvaron goles en contra. Unos que, con el complemento de la ‘Unidad B’, seguirán sumando éxitos. Calma, paciencia, que los fichajes lleguen cuando deban de llegar, con una buena gestión. Esa misma que ahorró en tiempos de vacas gordas, que le dio tiempo a crecer a lo que había y que, cuando llegaron las vacas flacas, siguió sumando conforme a su historia. Esto es lo que creo y que pase, lo que tenga que pasar.

Opinión| Mayoral demuestra elegancia en el debate de la delantera

La delantera del Real Madrid lleva tiempo dando de qué hablar y, en las últimas semanas, el tema se ha acrecentado. El club viene de una temporada de ensueño, con LaLiga 35, la Decimocuarta Champions y otra Supercopa de España. Pero, el golpe que significó el recular de Mbappé, dejó huella. El aficionado clama por un ‘nueve’ que pueda servir para dar descanso a un Benzema que se enfrenta a una temporada congestionada. Su regreso a la selección francesa ha ocasionado que su carga de partidos se vea incrementada y, además, hay un Mundial de por medio. En pleno debate, la figura de Borja Mayoral asoma con la típica fuerza de un canterano de La Fábrica.

Desde el club y, en particular, su técnico Ancelotti, han dado la plantilla por cerrada. Algo a lo que el aficionado se resiste, al menos, en el apartado de la delantera. El italiano planteó la figura de Eden Hazard, como falso ‘nueve’, para darle descanso a su estrella. Sin embargo, por mucha fe que se le tenga al resurgir del belga, el sentimiento de muchos es que no es suficiente.

En la posición natural de ‘killer’, el Madrid contaba con Luka Jović, Mariano Díaz, Borja Mayoral y el juvenil Juanmi Latasa. Con el serbio ya se consumó su traspaso a la Fiorentina. Sin embargo, el tema Mariano sigue como todos los años. Ni sí, ni no, sino todo lo contrario. Así anda el tema y, para todos los que seguimos la actualidad del club, sería una sorpresa su salida. Cierto es que el dominicano tiene un contrato y está en su derecho de cumplirlo. Pero en su caso, la actitud demostrada camina por esa delgada línea entre lo legal y lo moral. Ofertas no le han faltado, pero las negociaciones no han llegado a buen puerto y ha jugado con los tiempos para seguir enquistado en una plantilla donde no ha logrado convencer a ningún entrenador.

El caso de Latasa es otro, pues se trata de un juvenil con un perfil del que carece el Madrid y que es del gusto del entrenador. Alto, de 1,92m, que va muy bien de cabeza, pero que también tiene un buen manejo con los pies. El típico perfil para hacer frente a minutos finales de partidos complicados, donde abundan los ‘centros a la olla’.

Finalmente, tenemos el caso de Borja Mayoral. Una situación que es digna de mención. Si algo ha demostrado este chico, es que su paso por prácticamente todas las categorías de La Fábrica, desde el Alevín B, en 2007, ha calado en él y muy bien. Su deseo de quedarse en el Madrid y su amor por la entidad siempre han estado sobre la mesa. Eso sí, en ningún momento ha demostrado actitudes ‘tipo Mariano’, o ‘tipo Bale’. Todo lo contrario.

En enero, rompió su cesión con la Roma y recaló en el Getafe. Ahí, cerca de su lugar de origen, Parla, comenzó su particular renovación de energías, tras un primer año muy bueno en la Roma, que se vio truncado con la llegada de Mourinho. Luego, en el mes de abril, habló de su posible retorno a la disciplina madridista. En ese entonces, manifestó: “Ese tren no se me ha escapado aún, ni mucho menos. Me queda un año de contrato con el Real Madrid. Ya me he asentado en la élite y he cumplido muchos sueños. Pero me quedan muchos por cumplir y tengo mucho tiempo para demostrar cosas. Jugar en el Madrid es uno de esos sueños y puede suceder en algún momento. Me tienen en cuenta. Me cabreo a veces con tanta cesión, pero quiere decir que no me dejan escapar fácil”.

Ciertamente fueron unas cuantas cesiones: Wolfsburgo, Levante, Roma y Getafe. Lamentablemente, para él, en las posibilidades de quedarse y asentarse, al menos como suplente, siempre hubo circunstancias que alteraron los planes. Cuando más cerca estuvo, en la época de Zidane, sorprendentemente se fue cedido y, al poco tiempo, también salió Jović, su principal oponente. Ahora, el serbio salió primero, pero la figura de Mariano y el eterno culebrón de su salida se interponen.

A Borja Mayoral no le faltan ofertas, especialmente desde la Serie A, el Celta y el Getafe, siendo este último uno de los mejor posicionados. Sin embargo, en recientes declaraciones a la COPE, su agente, Alejandro Camaño, señaló: “El mejor colocado es el Madrid, que es la ilusión de Borja. No hemos cerrado nada de nada y seguimos escuchando cosas que pasan en el mercado […] La situación de Borja es especial y la realidad es que seguimos escuchando a equipos, pero siempre contemplando la posibilidad de quedarse en el Madrid”.

Por si esto fuera poco, Camaño agregó: “Borja es un madridista muy convencido. Ha decidido de forma personal jugarse el todo por el todo, para que esta última oportunidad que tiene en su vida se pueda producir y pueda llegar a ser feliz con el Real Madrid. Pero no depende sólo de él, también del Real Madrid. Él ha querido estar en la pretemporada y Ancelotti lo trata espectacularmente bien. El club siempre ha tenido mucho cariño por él y los compañeros le dan mucha confianza. Cuando la pretemporada termine, estará en disposición de tomar una decisión”.

En resumen, el chico no puede ya ser más específico y claro. Su deseo es convencer al entrenador y, por ello, se ha sumado a la pretemporada. Es madridista y quiere quedarse, pero no por ello va a ser un problema. Ofertas tiene y, si debe salir, va a salir. Probablemente el lector piense que afuera hay opciones mejores en el mercado. Pero yo preguntaría si demostrarían el mismo afán y dedicación de un canterano que está haciendo todo lo posible por triunfar y demostrar.

Por otro lado, no hay que olvidar que su primer año de cesión en la Roma fue muy bueno. En ese momento, participó en 45 encuentros: 31 en la Serie A, 13 en la Europa League y uno en la Copa Italia. En esa 20/21, combinó titularidades con suplencias a lo largo de 2.299 minutos, además de 17 goles y siete asistencias. Nada más y nada menos que casi una participación de gol por partido (una cada 96 minutos para ser exactos).

A sus 25 años, y con la experiencia que ha ido adquiriendo, Mayoral tiene todo un mundo y una carrera por delante. Como él mismo dijo, en sus ya mencionadas declaraciones de abril: “Cuando sales cedido siempre te están esperando a ver qué haces. Hay presión siempre. Luego maduras. Yo con la salida al Wolfsburgo y después al Levante ya adquirí experiencia. Dejé de ser un niño o una promesa”.

Si Ancelotti decide darle la oportunidad, lo más probable es que se encuentre con un chico que, a su talento, suma las ganas de triunfar del canterano. El propio Mayoral ha señalado cuál es su filosofía: “Siempre hay que estar alerta porque el fútbol no tiene memoria. La única fórmula es trabajo y humildad”. Así que, el italiano tiene también la oportunidad de incorporar, a sus filas, a un talento que cumple con uno de los aspectos que a él tanto le ha dejado huella en el club: “La diferencia entre el Madrid y los demás es que los jugadores del Madrid son madridistas”.

En cuestión de horas seguirá rodando el balón, en la pretemporada, con el encuentro frente al Club América. Luego, en pocos días, llegará el cruce con la Juventus. Serán oportunidades para que tanto Mayoral, como Ancelotti sigan interactuando y se llegue a la toma de decisiones. En lo que respecta a quien les escribe, ojalá y el chico pueda demostrar y ambos entenderse. Particularmente, me apetece ver a otro canterano dar el todo por el todo en la primera plantilla, sobre todo, en una posición como lo es la delantera.

Opinión| ¿Y si resulta que la solución para el Madrid no está tan lejos?

No habían pasado ni 24 horas de haberse muerto el paciente, y sin estar enterrado o cremado todavía, ya las redes sociales hervían. Las imágenes, algunas más elaboradas que otras, iban y venían. Pero, antes de ahondar en ellas, aclaremos la metáfora.

Cual si se tratara de una penosa enfermedad, los aficionados del fútbol, en especial los madridistas, asistíamos a la evolución del caso Mbappé. Durante un año, se ha seguido la progresión del paciente. Se abrigaron esperanzas de tenerle ‘en casa’, cuando Florentino Pérez puso, sobre la mesa, 200 millones para llevarle a Chamartín. No pudo ser, pues los ‘médicos de turno’ se negaron al traslado. Meses después, un nuevo intento que contó con el sí del involucrado.

El ‘asunto’ es que fue un sí a la antigua usanza. Y es aquí donde hago un paréntesis para dejar clara la tristeza de quien les escribe. Es lamentable el hecho de que algo tan hermoso y tan valiente, como ‘la palabra’ de una persona, se haya convertido en ‘antigua usanza’. Resultó entonces, que el paciente dijo ‘sí’, pero no firmó, y ahí murió todo el asunto. Y como, más tarde, o más temprano, sucede en la vida diaria de todos nosotros, tocó enterrar al fallecido, y seguir adelante.

Aclarada la metáfora, volvamos entonces al tema de las redes sociales y las imágenes que comenzaron a circular. No me refiero a los famosos memes que rodaron a más no poder. Me refiero a un afán, hasta cierto punto infernal, de buscar otro(s) fichaje(s) que ahogara(n) la decepción sufrida. Miles de dibujos con un césped y once jugadores cual de cromos se tratara. Es decir, para ponerlo más claro, repetir un ‘caso Neymar’, cuando el Barcelona se vio de la noche a la mañana con 222 millones de euros. En ese entonces, la directiva culé corrió a tapar la debacle y se gastó más de lo que recibió, para traerse a Coutinho y Dembélé. Y aquí aprovecho para hacer otra aclaratoria, y dejar patente que no es mi intención analizar los resultados de tamaña decisión.

En mi opinión, estas cosas no se deben tomar con prisas y a la ligera. Que el fichaje del francés hubiera significado un salto de calidad, es indudable. Ahora bien, los invito a detenernos por un momento y ver que el próximo fin de semana, el Real Madrid estará disputando la final de la Champions. Un lugar, a donde llegó sin ‘el pretendido’. Además, arribaron con una dupla de ataque que se marcó 65 goles y 35 asistencias entre ambos. Unas cifras por las que se comenzó a suspirar y añorar cuando salió una leyenda llamada Cristiano Ronaldo. Hoy, esos números están y no hay que buscarlos en la calle.

No quiero decir con esto que no se debe mirar hacia el futuro, e ir fabricando los movimientos que se considere necesarios para fortalecer la plantilla. Pero, es que así como está sucediendo con el caso Mbappé, también muchos se han ‘despachado’ de lo lindo con figuras que están dentro del plantel. Un ejemplo de ello es Dani Carvajal. Cierto es que al de Leganés le ha costado encontrar de nuevo su nivel, pero ¿alguien se ha detenido a pensar en el calvario por el que ha pasado? La memoria corta, de la que tanto adolecemos hoy en día, se olvida de que apenas la campaña anterior el equipo terminó destrozado físicamente. Más de 60 lesiones musculares que marcaron un récord en la institución y que, en algunos, dejó más huellas que en otros. Pues eso se pone a un lado, para pedir a gritos la salida del canterano.

Poco a poco, cuerpo técnico y preparadores físicos han llevado, conjuntamente, el caso del lateral. En la medida que ha acumulado partidos, se puede apreciar su evolución positiva. Ahora bien, continuando en ese apartado, podemos apuntar ahora al tema de Eden Hazard. Sí, al belga que unos cuantos olvidan que está en la plantilla. No pocos han pedido también su salida. Cierto es que, en su primera temporada, él no se tomó en serio su estado de forma y, hasta ahí, todos de acuerdo. Pero, volvamos de nuevo a un ejercicio de memoria. Recordemos entonces como su condición física se deterioró después de aquella entrada sufrida a manos de su compatriota, Thomas Meunier. Otro calvario que puede haber llegado a su fin con el reciente retiro de la placa de su tobillo. ¿Por qué no pensar que la próxima temporada pueda al fin demostrar su calidad en la plantilla?

Para aquellos que asocian a Hazard con un nuevo ‘caso Bale’, valdría la pena recordarles que la actitud de uno y otro no se acercan en lo más mínimo. No hay más que ver las imágenes de la celebración de la consecución de LaLiga N°35, donde tuvo gestos afectuosos con la afición. Esto, a pesar de los nervios iniciales que mostró, pues nadie mejor que él para saber cuál fue su aporte al título. Pero, lo importante es que estuvo ahí, se mostró, participó y, sobre todo, aprendió de algo. Así como el galés nunca se repuso con el aficionado, por su tristemente célebre caso “Gales, golf, Real Madrid”, el belga sí supo disculparse por sus risas después de la eliminación a manos del Chelsea. A partir de ahí, no hubo nuevos deslices.

Así como estos dos ejemplos, hay otros en la plantilla, con los que podría llenar cuartillas y cuartillas. No es la idea hacerlo. Pero, el mensaje que sí quisiera transmitir es el de tranquilidad. ¿Recuerdan cuántos criticaron a Ancelotti a poco de comenzar? ¿Cuántos dijeron que el equipo no llegaba? Pues se ganó LaLiga con trece puntos de ventaja, incluyendo cuatro partidos de ‘entrenamiento’ después de obtener el título y el sesteo del Clásico. Además, se trajo a casa la Supercopa de España y el próximo fin de semana estarán en París para disputar la final de la Champions. Todo esto, con esta plantilla, no con los nombres que suenan, sino con los que están.

Que hay que reforzar el primer equipo, no hay duda de ello. Pero, dejemos de pensar en una figura salvadora, en un Mesías. He llegado a leer estos tres nombres: Cristiano, Lewandowski y Dembélé. ¿Hace falta recordar que pensar en los dos primeros es sinónimo de inmediatez? ¿Hay que acordarse que la figura del francés ha estado compitiendo, de tú a tú, en propaganda, con cualquier populismo político? ¿Somos capaces de apuntar qué méritos reúne el extremo del Barcelona para que algunos le vean de blanco?

El club está reforzando posiciones clave con jugadores de alto nivel. Uno de ellos, muy probablemente, será Rüdiger, para terminar de completar una línea defensiva de ensueño. A la par de la evolución de los que ya están, como Valverde y Camavinga, se está trabajando en Aurélien Tchouaméni. Resulte o no el fichaje del mediocentro del Mónaco, todos sabemos que sería un refuerzo de lujo para ayudar a Casemiro. En agenda suena Jude Bellingham, tal vez, para el próximo año. Sean estos nombres, u otros, está claro que se está armando el mediocampo que sustituya al que, tal vez, haya sido el mejor de la historia.

Finalmente, la delantera. ¿Alguien duda hoy en día de lo que aportan Benzema y Vinícius? Sumemos a esto la explosión de Rodrygo y la posible resurrección de Hazard. ¿Hace falta más? Seguro que sí, pero con visión de futuro, a largo plazo. No caer en lo que tanto se ha criticado en los ‘clubes estado’ que, a fuerza de dinero, se dedican a construir un álbum de cromos. Veteranos y noveles con proyección es la receta y, con ella, tan mal no le ha ido al Madrid. Y si queremos a alguien más consolidado, no nos olvidemos, dentro de poco, de un tal Erling Haaland.

El noruego se ha trazado una hoja de ruta que ha pasado desapercibida para muchos. Un plan con salida garantizada que le aparta de dimes, diretes y peleas entre clubes. Comenzó en el Salzburgo y, tras su explosión en la Champions, recaló en el Dortmund. En ese entonces fueron 20 millones de euros, con una cláusula de salida entre 60 y 75. Muchos dijeron que era una ganga ¿pero se detuvieron a pensar que los alemanes triplicaban su inversión? De ahí, al City, con otra cláusula de salida estipulada en 150, es decir, el doble del pago por el traspaso.

Si en estos dos años, Haaland muestra un rendimiento digno del mejor club del mundo, alejando el fantasma de sus lesiones ¿no se convierte en una posibilidad? No olvidemos que, para ese entonces, ya tendremos un Benzema prácticamente de salida. Entonces, un último llamado a la tranquilidad. Por favor, no pidamos replicar un ‘caso Neymar’. Tengamos paciencia, no hagamos críticas a la ligera y seamos más analíticos que emocionales. A fin de cuentas, los números están ahí y ¿hay algún club que los supere?

Foto vía: elperiodico

Opinión: Superliga, origen ,sanciones, reformas y todo lo que debes saber

Bien es cierto, que el hecho de la creación de una nueva competición suscita al debate y a la crítica, por parte de aquellos que se oponen y también los que la defienden. En primer lugar hay que dejar claro de dónde viene el concepto de la Superliga y por qué surge, recalcando que el modelo de competición no es ni mucho menos único y novedoso en el mundo del deporte.  

El formato de la competición es similar al que encontramos en la Euroliga,  donde los principales clubes europeos luchan cada semana enfrentándose a los más poderosos de Europa, generando gran espectáculo. La Euroliga de baloncesto tuvo su origen en el 2000, donde multitud de clubes se opusieron a la firma de un contrato por derechos televisivos y además pedían mayor poder de gestión en las decisiones que se tomaban en la FIBA. 

La discrepancia de la FIBA fue el detonante para que muchos de los clubes decidieran salirse de la Copa de Europa para disputar esta neonata competición. Como era de esperar, el hecho de que los clubes abandonaran las competiciones venía acompañado de multitud de sanciones ejemplares que iban a ejecutarse. Por ejemplo, que si un jugador participaba en la Euroliga los jugadores quedaban al margen de las competiciones internacionales, es el mismo caso que nos acontece. 

Además, otro símil que encontramos en esta competición es el del pádel, donde los jugadores que son los que generan el espectáculo y el negocio se cansaron de pertenecer a un organismo al que ellos consideraban injusto. De esta forma, decidieron crear una competición privada al margen de la ya existente. Se hicieron con patrocinadores que financiaban todos los torneos que iban a disputarse por todo el mundo, como Estrella Damm, Mystica, Padel10…. Así consiguieron realizar un campeonato privado, el famoso World Padel Tour, donde ellos se llevaban el dinero que verdaderamente generaban sin tener que obedecer a los altos cargos de la federación. 

Así como también ha pasado en numerosas ocasiones con la NBA, la Copa Davis y la Laver Cup en el tenis,  el trofeo de las seis naciones en el rugby, salvando las distancias… De esta forma, podemos ver cómo el formato de la Superliga no es nuevo, pero si bastante juicioso. Donde todo el mundo opina, sin informarse acerca de los motivos por los que se crea.

La creación de una liga privada ajena e independiente a la UEFA y la FIFA ha enfurecido a los dirigentes de estas organizaciones y han reaccionado, afirmando que si la creación de la Superliga se lleva adelante los jugadores no podrán disputar competiciones con sus selecciones, podrán ser expulsados de sus ligas locales…. y muchas otras sanciones ejemplares que dificultan y obstaculizan la creación de la competición. 

Pero, ¿Es lícita la expulsión y sanción con la que amenazan dichos órganos?

Estas sanciones “ejemplares” serían meras amenazas a los jugadores ya que tras un episodio muy parecido que aconteció en el patinaje profesional, la Unión Europea emitió un comunicado transmitiendo la imposibilidad de sancionar a los jugadores por participar en una competición privada apelando que va en contra de las normas europeas de competencia y les priva de una posible fuente de ingresos. De esta forma, extrapolado en el ámbito futbolístico el caso sería el mismo, los jugadores no podrían ser sancionados por competir en torneos privados ajenos al control de la UEFA y la FIFA. 

¿Que motivos alimentan la creación?

El factor principal por el que se crea esta nueva competición es que los clubes fundadores ven a la FIFA, como un organismo muy opaco, con poca transparencia, como recalcaba en “El Chiringuito” Florentino Pérez . Buscan crear una competición mucho más transparente, donde todo se sepa, donde el reparto sea más justo y equitativo en relación a los ingresos que se reciben en función con los que se generan. 

Aunque los motivos pueden ser lícitos, quizás la forma en la que se estructura la competición no es la más idónea, ya que que son muchos los clubes fundadores de la competición, 15 clubes son fijos cada año, de forma que las plazas vacantes por ocupar son solo cinco. Cinco equipos de gran caché en toda Europa, son pocos equipos ya que muchos de los más grandes quedarían fuera de la competición y eso es lo que muchos denuncian. 

El hecho de que pase lo que pase, esos conjuntos sigan estando en la siguiente edición de la competición quita emoción al torneo. Lo esencial de este deporte, está en ganarte durante la temporada, por méritos propios el derecho a participar en una competición europea donde enfrentarse ante los mejores. Sin esta premisa, los equipos no tendrían ilusión ninguna en alcanzar los puestos de arriba ya que la recompensa nunca sería jugar con los grandes clubes europeos, sino quedar relegados a un segundo plano como sería la Champions League, que pasaría a ser la segunda competición europea, ocupando el puesto que hoy tiene la Europa League. 

La base del fútbol está en ganarte las cosas partido a partido, punto a punto y jornada a jornada. La creación de la Superliga, no es una mala idea, solamente está mal gestionada la forma en la que los clubes participantes entran en ella, basándose simplemente en el presupuesto y no en el rendimiento. La Superliga nos permitiría ver cada semana partidos “top” mundiales sin dejar de lado las competiciones locales, y que se sigan jugando un Éibar-Madrid en Ipurúa lloviendo a mares, un Athletic-Barça con el aliento de San Mamés, un córner en el Pizjuán en el 90´… que son delicias que deja el fútbol español jornada tras jornada. 

No hay que confundir la creación de la Superliga con la supresión de estos partidos, sino entender que es otro modelo de competición, rompedor y criticado que seguro que con una vuelta de tuerca se vuelve mucho más acertado y aceptado entre los seguidores del deporte rey. 

Aun así, no cabe duda que el fútbol a día de hoy es un negocio y  seguirá siéndolo, pero la esencia está en luchar, jugar y pelear el estar en cualquier competición en el campo, no a través del dinero. 

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