En una jornada que debería estar marcada por la alegría, producto del regreso del público al Santiago Bernabéu, después de 560 días sin fútbol, el presidente del conjunto rival ha decidido ser protagonista. Carlos Mouriño, máximo dirigente del Celta de Vigo, no se sentará en el palco para presenciar el partido de su equipo contra el Real Madrid.
De acuerdo con los diarios de la capital española, AS y Marca, la razón tiene su origen en el fichaje, por parte del club merengue, de Bryan Bugarín, canterano del equipo gallego. El chico de 12 años, tuvo una actuación fenomenal, en el pasado mes de mayo, durante la edición XXX de LaLiga Promises. En dicho torneo, fue elegido como MVP, además de ser el máximo goleador de la edición. Habiendo despertado el interés de varios clubes, al final se decantó por el Real Madrid. Además, tal y como de un adulto se tratara, emitió un comunicado a través de sus redes sociales, para agradecer al club por los cuatro años ahí vividos.
El caso, es que la decisión del chico y de su familia le sentó fatal al presidente del Celta. A partir de ahí, sus acciones, un tanto subidas de tono, comenzaron a sucederse una tras otra. Primero, decidió romper relaciones con la agencia de representación del chaval, Intermedia Sport Player. No conforme con ello, citó a todos los padres y madres de los niños que forman parte de las categorías inferiores del club y les comunicó que todos los jugadores representados por dicha agencia no tendrían cabida en el equipo.
El tema se complicó cuando dos jugadores muy importantes de la primera plantilla, representados por la misma entidad, manifestaron su inconformidad. Iago Aspas y Denis Suárez, apoyaron en redes sociales la petición de sus agentes donde solicitaron una rectificación. La razón principal fue que Mouriño los tildó de “subastadores de niños”.
A partir de ahí, el presidente del club gallego enfiló sus baterías hacia ambos jugadores. El primero de ellos, Aspas, cedió y no prosiguió con el tema, pero Denis no lo hizo así. Después de reunirse con ellos, Mouriño declaró: “Con Iago Aspas lo hemos hablado y está todo claro. Con Denis Suárez, al que siempre le agradeceremos el esfuerzo que hizo para venir al Celta, no. Cuando le han afectado sus intereses se ha puesto en contra del club […] Si sigue con ese representante no vamos a negociar una renovación y en el último año de contrato ya sabéis que aquí es muy difícil jugar”.
Denis no se marchó del club en este mercado, dejando la polémica encendida. Además, declaró de manera contundente: “Yo no tomo ningún tipo de decisión (en la agencia de representación). Un niño de 12 años se va porque los padres quieren que se vaya. Si el padre quiere que juegue en el Real Madrid, yo no tengo nada más que decir”.
No conforme con ello, Suárez le dejó un recado a Mouriño, aludiendo a su propia historia, cuando el club lo vendió con 16 años al Manchester City: “Mi primera opción fue quedarme en el Celta, pero no era opción porque querían venderme. Dentro de esas opciones para mí la primera era el Barcelona y la segunda el Manchester City, que es la que el club quería porque les pagaban al contado y necesitaban el dinero y allí me fui con 16 años. Si me hubiesen dado la opción de estar en la primera plantilla del Celta, me hubiese quedado cien por cien”. Ese dinero, según el propio jugador, se usó para pagar los salarios adeudados a la plantilla del Celta en aquel entonces.
A la luz de sus actuaciones, es muy difícil que el presidente del club gallego se calme y cambie su postura. En esta oportunidad no está quedando en buen lugar. A fin de cuentas, los jugadores, como cualquier otro trabajador, tienen el derecho de escoger el lugar donde quieran desarrollar su carrera, de acuerdo con las ofertas que tengan sobre la mesa. De eso se trata la democracia, y el libre mercado. Aquel que no lo entienda, le queda mucho sufrimiento por delante y, actitudes como las asumidas, no le ayudan para nada.