En una temporada muy controversial, y con un calendario muy apretado, los filiales de cada club están siendo de mucha ayuda para paliar las múltiples lesiones que están aconteciendo, sumadas a las bajas por Covid y a la precaria situación económica que atraviesan las entidades.
En cuanto al primer factor, al haber finalizado más tarde la temporada pasada, después de dos meses sin rodar el balón, provocó que la presente campaña se juegue en unas condiciones anómalas.Los periodos de recuperación son más cortos, la carga de partidos es mayor y los problemas físicos, tras una pretemporada excesivamente corta, desembocan en múltiples lesiones que han llenado las enfermerías de todos los clubes. También las bajas por coronavirus, han reducido más todavía los efectivos con los que los entrenadores podían o pueden contar.
La precaria situación económica que, de cara al mercado de fichajes ha sido demoledora, resulta otro factor determinante para que, ante la imposibilidad de fichar, se busquen alternativas. Todo ello hace que los clubes hayan apostado por los jóvenes de la cantera, para completar sus plantillas, e incluso tener papeles protagonistas algunos de ellos en las mismas.
En LaLiga Santander muchos son los ejemplos que hemos podido apreciar en la primera mitad de la temporada. En el Barcelona Ansu Fati, Pedri, Araujo o Moriba han sido gratas sorpresas para los culés en un año muy complicado a nivel institucional y deportivo. En el Villarreal Fer Nino o Yeremi Pino le están aportando al equipo de Emery amplitud entre Liga y competición europea. En los equipos vascos también se ha visto un resurgir de la cantera más si cabe, además de la gran tradición en Bilbao de apostar sólo por gente de la tierra, encontrando muchos jugadores a destacar: Zubimendi, Gorosabel o Barrenetxea, por parte de los txuri-urdin, o Berenguer y Vencedor por parte de los leones.
Todos los nombrados están aportando a sus clubes muchísimos registros que les permiten a los entrenadores contar con “nuevos fichajes”, ya que no les ha quedado más remedio (bendito remedio) que aprovechar jugadores de sus categorías inferiores y, en muchos casos, con acierto. Estos elementos, junto con la ausencia de público, están haciendo de esta temporada una de las más duras que se recuerda pero, por el lado positivo, los canteranos y las canteras pueden ser fundamentales para afrontar este y los próximos años con objetividad y pasar a ser, por encima de los grandes desembolsos del mercado, la mejor opción y, presumiblemente, la más efectiva.