Álvaro Vadillo y una rodilla que no le deja en paz

Cuando un futbolista acumula problemas desde hace tiempo es normal que su carrera vaya cuesta abajo. No por gusto ni por falta de motivación, si no porque los dolores son constantes, aprendes a convivir con ellos, te frustras porque quieres dar más, pero es imposible. Este es el caso de Álvaro Vadillo y una rodilla que no le deja en paz.

Vadillo en su juventud era de esos jugadores que sabías que podía llegar alto. Canterano del Real Betis aunque nacido en Cádiz, con apenas 17 años debuta en Primera División. Este mismo año, una desafortunada entrada de Sergio Ramos empieza su calvario, se rompe el ligamento cruzado de la pierna derecha. La temporada siguiente vuelve a estar parado más de un mes por problemas en la misma rodilla. Y la siguiente más, rotura de fibras, otro mes y medio alejado de los campos. Una segunda rotura del cruzado y lo que parecía una carrera exitosa se trunca, sale del Betis buscando una oportunidad tras dos temporadas sin apenas pisar el campo.

Llega al Huesca y por fin una temporada sin lesiones, donde demuestra su nivel, jugando a gran nivel en Segunda División. La temporada siguiente, vuelven las lesiones de rodilla, tres meses parado por la maldita rodilla. Sale rumbo al Granada, donde hace una temporada espectacular jugando casi todos los encuentros y logrando el ascenso. Ya en Primera, no encuentra continuidad y se pierde los últimos partidos por una fuerte gastroenteritis. Se marcha al Espanyol y otra vez, la rodilla, siempre la rodilla. Si esa rodilla estuviera sana quizás todo habría sido diferente. Tras media temporada aceptable en Málaga, llega al Eibar, y vuelven las molestias. No puede jugar dos partidos seguidos sin notar molestias. Y aparece la opción del Racing de Ferrol. La última de su carrera como explicó en la rueda de prensa de presentación.

Y esa última luz parece apagarse. Tiene contrato, según las informaciones, hasta 2025. Pero este año solo ha podido disputar 300 minutos. Las molestias no cesan, y ha decidido, con permiso del club, marchar a casa, a su doctor de confianza. Veremos como regresa, es un jugador frágil mentalmente tras tantas lesiones, como él mismo ha indicado en más de una ocasión. Esta es la historia de Álvaro Vadillo y una rodilla que no le deja en paz.

Vía imagen principal: Racing Club Ferrol

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