Forbes ha publicado una lista con las jugadoras que más dinero ganan de entre todas las que participan en el mundial de Australia y Nueva Zelanda.
No sorprende ver que esta lista este llena de futbolistas estadounidenses ya que allí el futbol femenino es muy mediático, además de ser una selección que ha ganado las últimas dos copas del mundo.
Este ranking suma tanto lo que la futbolista gana en su equipo y selección como lo que recibe de patrocinadores y acciones publicitarias. Por eso, esta lista cuenta con algún nombre que puede sorprender al aficionado de fútbol femenino.
El top tres es para Alex Morgan (7’1 millones), Megan Rapinoe (7 millones) y algo más alejada, Alexia Putellas (4 millones). La dos veces balón de oro es la única española en esta lista y la única no estadounidense entre las diez primeras.
Le sigue Trinity Rodman (2’3 millones) que aunque lleva poco en el futbol profesional ya ha conseguido colarse en este ranking. Crystal Dunn, Julie Ertz y Sophia Smith ganan 2 millones al año. Algo menos recibe Lindsey Horan (1’5 millones), le sigue Rose Lavelle (1’2 millones) y Sofia Huerta (1’2 millones) cierra el top 10.
A partir de aquí empiezan a aparecer algunas jugadoras europeas como Ada Hegerberg (1’2 millones) y la heroína de la Eurocopa para Inglaterra, Chloe Kelly (1’2 millones).
Cierran la lista Sam Kerr (1’2 millones), Kelley O’Hara (1’2 millones) y la portera de la selección estadounidense Alyssa Naeher (1’1 millones).
Estos números puede llamar la atención por lo mucho que se habla acerca del bajo salario de las futbolistas, pero es que muchos de estos nombres generan más dinero con la publicidad que con lo ganan por parte de clubes y selección sumado. Es decir, estas jugadoras viven de su imagen y de las marcas más que del futbol. Por ello, muchas de las jugadoras que pasen de fase de grupos de este mundial ganarán más que en toda la temporada, cerca de 30 mil euros. Aunque el fútbol femenino está creciendo los salarios de las futbolistas no lo hacen al mismo nivel, es por eso, que tiene mayor necesidad de recurrir a explotar su imagen.