El Fútbol Club Barcelona volvía al Camp Nou después de la contundente derrota por 1-4 ante el PSG. Su rival, un Cádiz que venía de perder cuatro partidos consecutivos, encajando una media de 3,75 goles por encuentro, ha conseguido arañar un punto en uno de los partidos más difíciles de la temporada para los gaditanos.
Los locales salieron con un 1-4-3-3. Koeman volvió a alinear a los mismos once jugadores que el pasado martes en Champions. Ter Stegen en portería; Dest, Piqué, Lenglet y Alba en defensa; Busquets, De Jong y Pedri en el medio; Dembélé, Messi y Griezmann arriba.
Los visitantes, con un 1-4-1-4-1, salieron con Ledesma de cancerbero; Iza, Fali, Mauro y Espino en defensa; Garrido, Salvi, Sobrino, Perea, y Jairo en el medio; Negredo en punta.
Con el pitido inicial de Martínez Munuera, el partido dio comienzo y desde los primeros minutos el Barça se adueñó de la posesión y del control del encuentro. El Cádiz, paciente, lo esperaba replegado atrás con una gran muralla defensiva difícil de penetrar. A los 30 minutos de juego, el asedio del Barça en ataque recogió sus frutos cuando Pedri, el más listo de la clase, logró tocar con la punta de la bota un balón dividido dentro del área, provocando un pisotón de Iza. Acción por la que el árbitro pitó penalti, y Messi, al que no le tembló el pulso, colocó el balón en el fondo de las mallas, lejos del alcance de Ledesma. El partido se fue al descanso con el Barcelona ganando por la mínima.
En la segunda parte, el desarrollo del juego volvió a ser un monólogo del Barça, que continuaba haciendo daño a la defensa gaditana. Ousmane Dembélé, discreto en la primera mitad, fue uno de los más destacados del conjunto blaugrana en los segundos 45 minutos. El francés, con un par de cambios de ritmo, fue el creador de las dos ocasiones más peligrosas de su equipo. Un equipo al que no le acompañó la fortuna de cara a gol. En el ecuador del encuentro, Álvaro Cervera, entrenador del Cádiz, modificó su equipo dando entrada a José Mari, Lozano y Álex, tres cambios consecutivos, con el objetivo de revolucionar el partido sin éxito. Koeman, por su parte, dio entrada a Braithwaite para dar descanso a Griezmann, que hasta hoy lo ha jugado todo, y a Pjanic, que sustituyó a Busquets. Más tarde, el holandés dio minutos a Trincao, modificando el sistema al 1-4-2-3-1. Sin embargo, cuando el Cádiz decidió irse arriba y vio que no tenía nada que perder, Koeman dio entrada a Riqui Puig y a Mingueza, volviendo al 1-4-3-3 para defender. En el minuto 88, en un balón dividido dentro del área blaugrana, Lenglet comete un penalti innecesario por juego peligroso, acción que Martínez Munuera no dudó en pitar y que retrata una vez más a la defensa del Fútbol Club Barcelona.
El partido se fue hasta el 95, después de que el cuarto árbitro añadiera cinco minutos de descuento. Pero el marcador no se movió más, y el Barça, que tenía la oportunidad de engancharse a la liga con una victoria, vuelve a dejarse puntos importantes y se le complica mucho el título.