Un día más se vuelve a repetir una historia que comienza a cansar al aficionado del Real Betis Balompié. Podríamos estar hablando de ‘El Día de la Mamorta’, pero no. Estamos hablando de unas actuaciones arbitrales que están dejando perplejo a todo seguidor de LaLiga, ya que no solo está siendo sufrida por el Real Betis, sino por otros equipos de la competición, y es que dichas soluciones arbitrales no se sienten con la misma certeza que ofrecen otras ligas como la Premier.
El pasado miércoles tuvo lugar el encuentro entre el Betis y el Villarreal. En el minuto 14’ del choque, Canales botaba un balón parado dirección al área. En el momento, tres futbolistas del Real Betis estaban en fuera de juego, pero sin interferir, aparentemente, en la jugada. La pelota volaría hasta ser mal rechazada a las mallas de la porteria por Anguissa, futbolista del cuadro visitante.
Gol en propia meta que acaba anulado. Una acción en la que el único culpable y protagonista es el futbolista amarillo, quien tiene poder sobre sí mismo para ejecutar un buen o mal rechace, pero que lamentablemente acaba en gol en propia. Por tanto, no termina de ser comprensible que el gol no subiera al marcador.
Y esta es solo la última de una lista de acciones que, tras la vuelta del parón, han salpicado en los encuentros donde participaba el conjunto heliopolitano. Fekir fue protagonista en los tres últimos partidos, frente al Villarreal por un lado, y Levante y Espanyol, en dos situaciones que pudieron ser castigadas con suficiente incidencia en los partidos como para cambiar el rumbo de estos.
Frente al conjunto azulgrana, Nabil recibió un balón en ventaja, perseguido por Postigo, quien acabaría contactando con el francés en el lance de una jugada fronteriza entre un posible penalti o falta del último hombre blaugrana (y por tanto, roja) y con el futbolista verdiblanco cayendo al suelo, sin ninguna penalización para el equipo local. Frente al Espanyol, Adrià Pedrosa chocó con el bético, tocando su rodilla izquierda. La jugada fue castigada como falta en ataque del propio Fekir.
Para más inri, frente al Bilbao hubo un penalti que no se sancionó a favor del Betis, tras un derribo de Córdoba sobre Emerson, en un encuentro que tuvo lugar poco antes del choque entre Madrid y Real Sociedad, donde se pitó pena máxima por un contacto considerablemente más leve sobre Vinicius. Y, en último lugar, en el ‘Gran Derbi’ se señaló penalti en una acción idéntica al codazo que recibió Joaquín dentro del área en la ida y que quedó impune.
El VAR apareció para ayudar a los árbitros en la toma de decisiones, pero parece que el remedio está siendo peor que la enfermedad, con incongruencias y poca unanimidad respecto a varias acciones, donde no aparece esta herramienta con la claridad que se demanda, que no solo influyen al Betis, sino a otros equipos de LaLiga, como el caso de la Real Sociedad, que ya se ha quejado abiertamente de algunas desafortunadas decisiones para los blanquiazules.
Con esto, parece abrirse una herida en LaLiga que deberá subsanar con paciencia y trabajo, mejorando la capacidad de esta nueva herramienta que ha llegado para quedarse, pero que, con el rumbo que ahora mismo tiene, está dejando más enemigos que amigos en su recorrido, juntando posturas dispares en desacuerdo y acuerdo de la nueva tecnología, cuando otros ejemplos, como el de la Premier, están siendo aplaudidos por la trasparencia y claridad del trabajo en el transcurso de los partidos.