Ante el incierto panorama actual, todo ingreso monetario es bien recibido por los clubes, dado que la ola del COVID-19 ha trastornado la hoja de ruta de las planificaciones presupuestarias de las directivas. Asimismo, el Real Betis ha recibido un daño colateral, en términos económicos, tras la eliminación ayer del FC Barcelona.
Tras la venta de Junior Firpo al conjunto azulgrana el pasado verano, la dirección verdiblanca incluyó una cláusula que arrojaría 1’5 millones de euros, si el Barça se proclamaba campeón de la Champions League.
Pero tras confirmarse ayer su eliminación, las aspiraciones verdiblancas por percibir dicho ingreso se han visto desvanecidas.
Un capital bastante interesante de percibir, ya que los ingresos que recibían habitualmente los clubes como consecuencia de la publicidad, ventas de alimentación o artículos en los recintos deportivos, entre otros, no se han podido embolsar, a raíz del cierre de estadios. Por lo tanto, los clubes tratan de recibir cualquier ingreso que les permita afrontar el mercado con un poco más de liquidez.
No obstante, la temporada de Junior Firpo en ‘Can Barça’ está siendo bastante insípida, lastrada, seguramente, por la falta de minutos. El lateral culé ha jugado 23 partidos de 51 posibles esta temporada anotando un gol y ofreciendo dos asistencias. Unos números bastante pobres en su primera temporada en la capital catalana, factor que podría propiciar su venta a otro club.