El austriaco está demostrando en esta Eurocopa y en estos últimos años que es capaz de asumir muchas posiciones y roles dentro del campo, y hacerlo a un rendimiento fantástico.
En el último encuentro que ha disputado la selección austriaca en el Eurocopa contra Ucrania, David Alaba (28 años) jugó de lateral izquierdo dentro de una defensa de cuatro, rindiendo a gran nivel. Pero también se le ha visto jugar en la victoria en el primer partido contra Macedonia del Norte como interior (siendo MVP del partido) y como central en la derrota en el segundo encuentro contra Países Bajos. El rendimiento en el segundo partido no fue del todo bueno, pero en el primero y en el último demostró su calidad y su efectividad en el desarrollo del juego, adornando su actuación en dichos choques con una asistencia decisiva.
El rendimiento de Alaba en esta Eurocopa no solo está haciendo un bien para sus combinado nacional en el que es el capitán, sino que también está haciendo que Ancelotti y el madridismo se froten las manos con el que ha sido su primer y único fichaje hasta el momento. Cuando se hizo oficial su fichaje por el conjunto blanco, se le consideraba una oportunidad de mercado tanto en lo económico debido a llegar con la carta de libertad, como en lo deportivo debido a su tremenda versatilidad y polivalencia dentro del verde.
Alaba ha demostrado a lo largo de lo que lleva de carrera que puede ocupar hasta cuatro posiciones distintas en el terreno de juego, donde además muestra un gran rendimiento gracias a sus excepcionales cualidades tanto a nivel futbolístico como a nivel físico: lateral izquierdo (posición en la comenzó su carrera), central, mediocentro defensivo y hasta interior. Su conducción, su gran salida de balón, su desborde, su rapidez, su agresividad en el corte y hasta su disparo, hacen del austriaco un jugador completísimo que puede aportar muchísimo al equipo en el que juegue. Para el Madrid, Alaba es lo que se llamaría un “bendito problema”.