El Manchester City se ha impuesto por 2-1 ante el Brighton en la novena jornada de la Premier League. En un partido que tuvo dos caras muy distintas. Una clara superioridad local en el primer período y una segunda parte muy disputada.
Primera parte
El encuentro comenzó con el conjunto de Guardiola intentando llevar la iniciativa en el juego a través de la posesión. Mientras que en la trinchera contraria, los seagulls saltaron al césped del Etihad con el propósito de recuperar el balón a gran altura y transitar, incomodando a su adversario con una presión intensa sobre su primera línea. Tal guión deparó un choque muy intenso y dinámico, en los primeros minutos de juego, con llegadas de ambos equipos. Aunque fue el equipo local el que demostraría un mayor acierto cuando Julián Álvarez anotó el primer gol de la tarde. En una acción colectiva en la que Doku desequilibró por banda izquierda frente a Milner, que sería uno de los grandes «matchball» ganados por el City, y le sirvió un centro raso al atacante argentino para que rematase a placer con la izquierda.
Tras el 1-0, el Manchester City inclinó su juego hacia un plan más reactivo de presionar alto y replegar en bloque medio, si este seguimiento no surtía efecto, para esperar al error del contrario y transitar. Un plan muy típico de los «celestes» en sus compromisos frente al cuadro costero. Mientras tanto, este último asumió un mayor protagonismo con el esférico, si bien no pudo generar ninguna opción de remate, al margen del ingenio individual de Mitoma. En la vorágine de ida y vuelta, Haaland consolidó la ventaja del vigente campeón con un latigazo desde la frontal que le servía para romper su sequía.
El segundo tanto desequilibró totalmente el reparto de fuerzas entre ambos conjuntos y desbocó totalmente a los skyblues. Que además de haber controlado el encuentro desde el principio, comenzaron a monopolizar el cuero y a dar rienda suelta a su caudal ofensivo, con una gran insistencia en el perfil izquierdo. Donde Doku estaba superando con claridad a Milner. El cuadro de Roberto de Zerbi se dedicó a capear el temporal. Resistió las constantes embestidas locales, gracias a la audacia de sus centrales, e intentó salir jugando, aunque sus acciones se veían interrumpidas en el segundo tercio de campo por un gran Kyle Walker.
Segunda parte
Los segundos 45 minutos se iniciaron con el mismo escenario previo al descanso. El Manchester City siguió siendo dueño y señor del juego, aunque es cierto que rebajó tímidamente su velocidad en la circulación. Por su parte, el equipo visitante volvió de los vestuarios con la entrada de Joel Veltman por Milner. Un cambio muy ilustrativo de lo que había sufrido el veterano jugador inglés, en el duelo particular frente a Jeremy Doku. Asimismo, hizo lo posible por alcanzar una mayor continuidad con la pelota en su poder y así poder aproximarse al área defendida por Stefan Ortega, sin gran resultado.
El partido transcurría con un ritmo más pausado al del comienzo. A pesar de que los anfitriones seguían intimidando al contrario con su exasperante presión alta, que provocó más de un susto en la tibia zaga del Brighton. Quien quiso «agitar el árbol» dando entrada a Gilmour y Ansu Fati. Las gaviotas le pusieron una marcha más a su circulación y gracias a ello, consiguieron romper el partido implantando una dinámica de ida y vuelta, con varias aproximaciones consecutivas sobre la meta local. Esto no provocaría una gran reacción en el conjunto dirigido por Pep Guardiola, quien parecía estar con la cabeza puesta en los siguientes compromisos y que perdía «fuelle» en ataque, con el paso de los minutos.
A un cuarto de hora para el final, Ansu Fati anotó el 2-1 con un remate raso desde el interior del área, después de recoger un rechace. Este gol despertó de su letargo a los Cityzens, que vieron alterado su once con las entradas de Grealish y Ruben Dias. Unas sustituciones que tuvieron una clara intención de defender más cerca de su área y de retener el balón. Esto pretendió ser un muro de contención frente a un Brighton pujante, que olió la sangre. Dio un paso hacia delante atesorando más posesión y arrinconando a los de Manchester en varios momentos. Finalmente, el duelo llegó a su fin con la desafortunada lesión de Solly March, quien cayó al suelo aquejado de la rodilla y una expulsión sorprendente de Manuel Akanji, quien protestó ostensiblemente una infracción suya por un agarrón.
Con este resultado, el Manchester City recupera el liderato de la Premier League momentáneamente con 21 puntos. En su próximo compromiso deberá de visitar al Young Boys suizo, en la fase de grupos de la Champions League. Mientras que el Brighton permanece en el séptimo puesto con 16 puntos, antes de recibir al Ajax en la Europa League.