Ucrania e Italia han empatado a cero en el Bay Arena de Leverkusen, en la última jornada de la fase de clasificación para la Eurocopa. En un partido disputado donde cada selección tuvo su momento de proponer y de apretar los dientes.
Los transalpinos llevaron la batuta y fueron claramente superiores
El duelo se inició con la selección dirigida por Luciano Spalletti tratando de llevar la iniciativa, atesorando un mayor porcentaje de posesión. En contraste, se toparon con un combinado ucraniano que abogó por defender entorno a su área sin excesiva contundencia, en fase defensiva. Así como optaba por contraatacar conectando con sus jugadores de banda, tras una recuperación. Ninguno de los dos contendientes pudo imponer su planteamiento y ello, sumado a las acuciantes necesidades de ambas naciones, propició un choque dinámico y con alternativas. Donde los «sureños» llevaron la voz cantante y atacaron con más ahínco.
Con el paso de los minutos, la vigente campeona de Europa consolidó su dominio. Solidificó su presión en el último tercio de campo y aumentó una marcha más a su circulación de pelota. Pues progresaría desde el exterior (con Chiesa y Zaniolo posicionados en amplitud) hacia el interior. Con conducciones de estos o apoyos incesantes entrelíneas, como los que ofrecían Dimarco o Raspadori.
Las situaciones de peligro se concentrarían sobre el arco defendido por Trubin. Debido a que Ucrania quedó arrinconada en pocos metros, sin posibilidades de prosperar con el esférico en su poder, por la escasa presencia de efectivos en ataque. Aunque las aproximaciones de La Nazionale no encontraban posibilidad de remate en área pequeña. Pese a que estas contenían un patrón muy marcado de ruptura de Barella a la espalda de Zabarnyi y Konoplia, que los orientales no alcanzaban a contener.
Hasta el descanso, la selección azzurri siguió cultivando sus ocasiones con paciencia y con un ritmo tremendamente constante y fluido. Desplazando el cuero con gran desparpajo y superando a su adversario, que llegaba un segundo tarde al marcaje, en los duelos. Pero pese a ello, los dirigidos por Serhiy Rebrov intentaron estirar sus líneas tímidamente. Con un Mudryk más activo, quien ofreció opciones de pase que rompían la primera línea de presión italiana. Aunque estas únicamente permitirían al equipo respirar, pero no amenazar.
Italia se acercó a sus orígenes para superar el trance
En los segundos 45 minutos, el partido se reanudó con una inercia muy similar a como se interrumpió. Los transalpinos siguieron llevando la batuta en el juego, aunque el ritmo de sus circulaciones decayó. Una causa de ello sería la mayor intensidad de los ucranianos, que se emplearon con una mayor agresividad en los duelos y buscaron el contraataque con mucha más determinación. Esto provocó una dinámica de ida y vuelta, que fracturó gradualmente el enfrentamiento con una proporción muy equilibrada de llegadas entre ambos equipos.
Con el transcurso del juego y la cercanía del final, el duelo se avivó con un conjunto «auriazul» desbocado, quien no solo se conformó con buscar el gol en medio del caos. Si no que tuvo fases de dominio posicional en las que encadenó posesiones largas y presionó alto. Mientras que el cuadro azzurri buscó la meta contraria con una mayor verticalidad, como consecuencia de la entrada de Scamacca por Raspadori, que les permitió buscar al ariete del Atalanta por arriba. Aunque sin embargo, esta sustitución también le restó facultades a La Nazionale para controlar el juego.
Conforme se acercaba el ocaso, los dirigidos por Spalletti se enfocaron en conservar el empate, que les garantizaba su presencia en la Eurocopa de Alemania. Fruto de ello, dedicaron sus posesiones a dejar correr el cronómetro y a entrecortar el ritmo de juego de su oponente. Quien con el paso de los minutos, mostraba mayores signos de flaqueza y veía su proyección ofensiva mermada. Aún así, la escuadra del norte de Europa conservó el aliento suficiente para un arreón final. Insistió en atacar por los costados para encontrar un rematador por el carril central, tanto dentro del área como en los aledaños. Sin ningún éxito, pues los tetracampeones del mundo se agigantaron defensivamente en los últimos instantes y dejaron atrás los malos recuerdos, a base de oficio.
Con este resultado, Italia obtiene su boleto para la Eurocopa de Alemania, que se disputará en el próximo mes de junio. Se ha clasificado como segunda del grupo con 14 puntos. Mientras que Ucrania cae eliminada.