Otamendi marca las diferencias en un clásico de alta tensión

En la sexta jornada de las eliminatorias CONMEBOL, Argentina se ha impuesto por 0-1 frente a Brasil en Maracaná. En un duelo que estuvo influido por los graves acontecimientos que se produjeron en las gradas y que futbolísticamente estuvo marcado por la igualdad y el rigor táctico.

La crispación dio paso al tacticismo

Después de unos graves incidentes en uno de los fondos de Maracaná. En los que se vieron involucrados ambas aficiones, los jugadores visitantes intercedieron y la policía tuvo que intervenir, el partido comenzó con media hora de retraso. De un modo accidentado, en un ambiente muy cargado, donde cualquier suceso podía desencadenar una nueva trifulca. Con una atención médica más alargada a Rodrigo de Paul, tras una sucesión de faltas que parecían marcar la dinámica de lo que iba a ser el encuentro. El ritmo de juego no era tremendamente elevado. A causa de que ambos equipos se esforzaban en elaborar sus acciones sosegadamente, sin asumir excesivos riesgos en la entrega. Argentina atesoraba cotas más altas de posesión, aunque Brasil conseguía intimidar con su presión sobre la salida de pelota.

Una vez atravesado el tramo inicial, los locales conseguirían afianzar su presión y concentrar la mayor parte de la acción, en la mitad de campo albiceleste. Esto se debió a su rigor en el marcaje, pese a que no lograba apoderarse de la posesión con continuidad. Ante tal escenario de encuentro, donde la igualdad primaba y todo se dirimía en los balones divididos. Las ocasiones brillaron por su ausencia y las interrupciones en forma de falta fueron una constante.

En los últimos estertores del primer tiempo, los visitantes trataron de provocar algún desajuste en el contrario. La vigente campeona del mundo descompuso en fase ofensiva el rígido 4-4-2. Esparciendo a McAllister y Lo Celso por el interior, en estas lides, para que Messi pudiese adquirir más protagonismo en la elaboración del juego. Mientras que la canarinha, en contraste, mantuvo su esquema de 4-4-2 en todas las fases del juego y moderó su presión sobre el primer pase del adversario, para enfocarse en la medular. En la que provocaron varias imprecisiones saltando sobre De Paul, que permanecía inicialmente libre de marca.

Argentina mostró su cara más competitiva

Los segundos 45 minutos se iniciaron con una selección brasileña mucho más enérgica. Que aumentó su intensidad y atisbó la meta defendida por Emiliano Martínez en varias ocasiones, recuperando el esférico en zona de tres cuartos y transitando. Enfrente, la vigente campeona de América hizo lo posible por aplicar su propuesta de buscar la meta rival atacando en estático, sin éxito.

Con el paso de los minutos, el entusiasmo de los dirigidos por Fernando Diniz en la presión se diluyó y el enfrentamiento se rompió. Esto le ofreció pingües espacios a los argentinos para atacar entrelíneas. Messi emergió a cuentagotas, marcando los tiempos entrelíneas y Julián Álvarez fantaseó con la idea del gol, moviéndose a la espalda de los mediocentros rivales. Pero careció de la «maldad» necesaria en el último cuarto.

Pese a todo, Otamendi adelantó al cuadro de Scaloni con un soberbio testarazo, a la salida de un córner botado por Lo Celso. A tenor del 0-1, la tricampeona del mundo disfrutó de varios minutos de euforia. Sondeó nuevamente el área defendida por Alisson aprovechando el letargo post-gol de la verdeamarela. Sin embargo, esta no tardó en despertar y en volcarse al ataque por ráfagas, aupado por los jugadores entrados desde el banquillo como Endrick, con envíos laterales sin un destinatario claro.

Con la cercanía del pitido final y ante un botín tan tentador como una victoria como visitante ante tu eterno rival, el bloque argentino experimentó un retroceso y puso en práctica el manual de supervivencia. Con un plan de mínimos con el cuero que buscaba más el roce y la desesperación de su contrincante, que la búsqueda de un segundo tanto exponiéndose defensivamente. Como consecuencia de ello, el recién entrado, Joelinton, vio la roja directa por un encontronazo con Rodrigo de Paul. La superioridad numérica espoleó a la albiceleste, que controló la situación a su antojo en el ocaso del duelo, tanto con la pelota, como sin ella. Frente a una canarinha impotente que no supo hacer frente a la desventaja en el electrónico, ni al bloque bajo con el que se topó en la media hora final.

Con este resultado, Argentina mantiene el primer puesto del grupo, con 15 puntos. En la próxima jornada de las eliminatorias CONMEBOL, recibirá a Chile. Mientras que Brasil no se repone de su bache. Ocupa la sexta posición, con siete puntos, antes de medirse con Ecuador como local en la fase de clasificación para el Mundial de 2026.

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