Mbappé y Donnarumma tiran del carro del PSG en Reims

En la duodécima jornada de la Ligue 1, el PSG se ha impuesto por 0-3 frente al Stade de Reims, en el estadio Auguste Delaune. En un encuentro muy intenso, donde los locales pusieron en grandes dificultades al vigente campeón, que debió de sudar para llevarse los tres puntos.

La presión local sorprendió al PSG

El partido comenzó con un golazo intempestivo de Kylian Mbappé. Quien engatilló con el interior de la pierna izquierda, desde una distancia severa, un centro bombeado de Dembélé desde la línea de cal de la banda derecha. A raíz del tanto, los parisinos trataron de controlar el choque a través de la posesión. Mientras que los locales no se animaban completamente a dar un paso hacia delante. Mantenían un planteamiento reactivo a la previsible iniciativa de su oponente, aunque defendían con gran agresividad en campo propio. Ensuciando sus primeros pases y cerrando los carriles interiores con gran agresividad con un 5-2-3.

Con el paso de los minutos y con el tempranero gol asimilado, el choque entró en una espiral de mucha alternancia, donde los dirigidos por Will Still daban un paso hacia atrás y dos hacia delante. Permutaban armónicamente una presión alta vigorosa con el repliegue en bloque bajo. Aunque sin embargo, su juego sin balón estaba siendo más destacado que el que desplegaba tras una recuperación. Pues las pocas ocasiones que generó eran más producto del ingenio individual que de su juego colectivo. Mientras tanto, el vigente campeón insistía en fortalecerse y crecer a través del esférico. Tanto fue así, que cuando traspasaba la primera línea de presión contraria, su circulación experimentaba un potente crescendo que le permitía atisbar la frontal del área sin dificultades.

Sobre la media hora de juego, el cuadro «rojiblanco» asumió las riendas del enfrentamiento desde una espléndida presión alta, que coaguló al Paris Saint-Germain. Provocándole infinidad de pérdidas en el último cuarto de campo, que durante varios minutos le impidió encadenar más de dos pases seguidos. Sin embargo, la ausencia de claridad de los locales, después de un robo, y algunas intervenciones brillantes de Donnarumma, le dieron oxígeno a un conjunto «azulgrana» que encontró una vía de escape en la elaboración, gracias a la participación de los atacantes en el inicio del juego. Sin embargo, esas soluciones no le proporcionaron a los capitalinos una gran munición ofensiva. Si no que le permitieron entrecortar la inercia local de monólogo, cuyo peligro era especialmente virulento en las acciones de pelota parada.

Los goles llegaron antes que el juego para los de Luis Enrique

El segundo período dio comienzo con una sustitución muy ilustrativa de lo que había sido el primer tiempo. Vitinha entró por Gonçalo Ramos, para reforzar la medular. Pese a ello, el duelo no experimentó grandes variaciones. Los dirigidos por Will Still siguieron llevando la iniciativa y siendo superiores con su intenso marcaje en el último tercio de campo. Asimismo, con el cuero en su poder siguieron atacando la meta defendida por Donnarumma, mediante acciones a balón parado y sus derivados, principalmente. Pero pese a ello, los dirigidos por Luis Enrique consiguieron protegerse en campo propio con mayor solvencia, así como pudieron disminuir la frecuencia de las ofensivas de su oponente con circulaciones más largas.

Kylian Mbappé anotó el segundo tanto para su equipo. En una contra bien estructurada, en la que fue asistido por Carlos Soler, que hoy ejercía de lateral derecho. A raíz del 0-2, el PSG entró en su mejor fase del encuentro. Atesoró más posesión y alejó la acción de su área, frente a un Stade de Reims desfallecido por el resultado y por su gran derroche físico, que ya llegaba un segundo más tarde a los balones divididos y que en las transiciones ofensivas languidecía, con un despliegue más depauperado. Con la cercanía del final, la tensión competitiva decayó sustancialmente. Lo que permitió a los visitantes gustarse y granjearse un botín mayor con un Mbappé estelar, que golpearía por tercera vez. El astro francés volvió a perforar la red de Diouf, después de una notable jugada de Barcola en línea de fondo, firmando su hat-trick.

Con este resultado, el equipo parisino alcanza el liderato provisional de la Ligue 1, con 27 puntos. Después del parón, recibirá al Mónaco en el campeonato nacional. Mientras que el Reims permanece cuarto, con 20 puntos. En la próxima jornada visitará al Rennes en la competición doméstica.

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