El Fulham se ha impuesto por 3-2 frente al Wolverhampton, en la decimotercera jornada de la Premier League. En un encuentro marcado por la concesión de tres penaltis, un elevado nivel de intensidad y la alternancia en el juego durante varios momentos del choque
El gran comienzo de los «cottagers» se vio lastrado por su voluble defensa
El partido comenzó con un elevado ritmo de intensidad. Fomentado por el dinamismo de un conjunto local que saltó al verde resuelto a llevar las riendas del juego. Acaparando grandes porcentajes de posesión y buscando la portería contraria con mucha verticalidad. En contraste, los dirigidos por Gary O´Neil salieron del vestuario con una mayor pasividad. Implantaron un bloque medio con un 1-5-4-1 muy contemplativo ante la circulación del rival. Manteniéndose a la expectativa de como se desarrollasen los acontecimientos. Iwobi inauguró el luminoso, tras rematar de primeras, un centro raso de Robinson desde la izquierda.
A raíz del 1-0, los dirigidos por Marco Silva aprovecharon su momento de efervescencia. Mantuvieron el control del esférico y tantearon tímidamente la espalda de la zaga rival. Mientras tanto, los Wolves encajaron el tanto como un dardo tranquilizante y tardaron algunos minutos en reaccionar. Sin embargo, realizaron un primer aviso con un lanzamiento de Hwang que impactó en travesaño. En una acción donde Lemina recuperó el esférico en campo propio y lanzó al coreano al uno contra uno frente a Ream, para que este terminase probando suerte desde la frontal. Escasos minutos después, Matheus Cunha restableció las tablas tras rematar, en el segundo palo, un centro de Bellegarde desde la derecha. Después de una notable acción individual del francés, que halló a la zaga del conjunto londinense dispersa en los marcajes.
El empate marcó un cambio de tendencia en el juego. El conjunto capitlino perdió el tempo del choque que conservaba a través de la posesión. Del mismo modo que los Wanderers comenzaron a crecer en protagonismo y a ganar terreno a través de la pelota. Si bien no conseguirían traducirlo en ninguna situación de peligro manifiesto. Con la cercanía del descanso, el Fulham se repuso del «shock» post-gol y la posesión quedó muy dividida entre dos púgiles que aguardaban pacientemente a que el oponente cometiera un error. Algo que de tanto en cuanto ocurría, aunque el grado de acierto de los atacantes era aún menor.
El equipo de Marco Silva demostró más ambición por llevarse los tres puntos
La segunda mitad empezó con un anfitrión más enérgico que se volvió a adueñar del cuero. Fruto de ello, intentó atacar el área contraria de un modo pausado, desde la superioridad por los costados para poder proyectar un centro con ventaja. En la otra cara de la moneda, los Wolves volvieron a mostrar su cara más prudente. Se organizaron entorno a su área y asumieron un mínimo protagonismo en el juego. No obstante, el colegiado señaló penalti, a instancias del videoarbitraje, tras un pisotón de Semedo sobre Cairney. Que marcaba la pauta en el juego de los whites y se empezó a prodigar por el perfil izquierdo constantemente junto a Willian. Quien precisamente pondría nuevamente en ventaja a los locales, desde los once metros.
Después del gol, los de Gary O´Neil volvieron a adelantar nuevamente sus líneas y a incomodar la elaboración de juego del Fulham. Mas no llegaron a intimidarlo con acercamientos sobre el área de Leno. Mientras que este aprovechó la coyuntura favorable para alternar fases de posesión y transiciones rápidas. Aprovechando los espacios que empezaban a brotar en la zaga visitante. Con el Wolverhampton más dispuesto para proponer, los de Marco Silva experimentarían sus mejores minutos de juego, con un acertadísimo Tom Cairney.
Pero sin embargo, una desconexión entre Bassey y Ream provocó que este último derribara a Hwang en el área. El atacante surcoreano no perdonó desde los once metros y las tablas volvieron a Craven Cottage, cuando Harry Wilson y Carlos Vinícius entraron en las filas locales. Con el 2-2, los dos conjuntos se turnaron el balón y exploraron sus posibilidades de llevarse el triunfo minimizando los riesgos. Aunque fueron los cottagers quienes acecharon el área opuesta con mayor ahínco, atacando la espalda de Semedo con Robinson y Willian. Pero no encontraban rematador frente a una estructura defensiva sólida. Cuando todo parecía inamovible, el árbitro volvió a decretar un penalti en el descuento, después de una larga revisión del VAR, favorable al cuadro capitalino. Joao Gomes derribó a Harry Wilson y Willian volvió a cumplir desde los once metros desatando el delirio entre el respetable.
Con este resultado, el Fulham se coloca decimocuarto, con 15 puntos. En su próximo compromiso visitará Anfield, para medirse con el Liverpool, en una nueva jornada de la Premier League. Mientras que el Wolverhampton ocupa la undécima posición, con 15 puntos, antes de visitar el Emirates, para medirse al Arsenal en la competición doméstica.