En el Stadio Diego Armando Maradona, Nápoles y Milan han empatado a dos, en la décima jornada de la Serie A. En un partido alocado y muy intenso con dos partes muy distintas.
Primera parte
El pitido inicial dio lugar a un choque muy disputado, donde el equipo «partenopeo» elevó la intensidad con una presión alta sobre la zaga contraria. Mientras tanto, los dirigidos por Stefano Pioli saltaron al verde del Diego Armando Maradona con prudencia, sin renegar del esférico, pero evitando cometer errores asumiendo pocos riesgos. Como consecuencia de ello, los rossoneri tuvieron mayores cotas de posesión, aunque estas eran mayoritariamente en campo propio. Las ocasiones no eran numerosas sobre ninguna de las dos porterías, aunque los locales pusieron más ahínco en buscar el gol.
Tras el primer cuarto de hora, la escuadra dirigida por Rudi Garcia moderó su presión y redujo riesgos en la circulación de pelota. Unas directrices que permitieron al Milan asumir un mayor protagonismo en el juego y en zonas más adelantadas del campo. Gracias a ello, Giroud adelantaría a los visitantes con un remate de cabeza, tras un gran envío de Pulisic desde la derecha. El 0-1 no produjo ninguna reacción inmediata en ninguno de los dos equipos. Los azzurri trataron de reaccionar con impulsos individuales de Raspadori y Kvaratskhelia. Del mismo modo que los «milanistas» no alteraron su propuesta y ampliaron su renta. En una acción muy similar, en la que Giroud remató de cabeza un centro de Calabria, para batir por segunda vez a Meret.
El 0-2 dio lugar al mejor momento de los visitantes en el enfrentamiento. Dominaron el balón circulándolo con la mayor fluidez y, además, lo recuperaron con gran efectividad presionando alto. Frente a un Nápoles desquiciado que no presentaba ninguna respuesta. Incapaz de alcanzar ninguna continuidad con el cuero y viéndose obligado a achicar aguas en defensa permanentemente.
Segunda parte
Los segundos 45 minutos se reiniciaron con un gran gol de Matteo Politano. Que batió la meta de Maignan, tras una gran acción individual. A raíz del tanto, que terminó de reactivar a los locales, el duelo entró en una dinámica de ida y vuelta. Los de Rudi Garcia se apoderaron de la posesión y emprendieron una presión constante sobre la zaga de su oponente, que no siempre era eficaz. Mientras que los visitantes redujeron su presión orientándola únicamente a ensuciar los primeros pases del oponente y, tras ello, se replegaban en su área y aguardaban a una imprecisión para salir al contraataque.
Raspadori igualó el duelo en un libre directo donde la defensa del Milan y Maignan parecían algo descolocados. El empate desató la locura en el Diego Armando Maradona. En un envite que, ya de por sí, estaba siendo caótico, tenía alternativas y un ritmo elevadísimo. Lo cual resultaba un privilegio, siempre que no fueras seguidor de uno de los dos clubes. Con la igualada tuvo lugar un breve tramo de pausa, que le resultaba muy conveniente a los semifinalistas de la pasada Champions. Debido a que les sirvió para frenar los impulsos de los locales con secuencias de pases en campo contrario. Antes de lo que se preveía como una «traca final».
En el último cuarto de hora, el conjunto del sur de Italia hizo todo lo posible por aglutinar un mayor porcentaje de posesión, para asediar el arco defendido por Maignan. Pero se estaba topando con un contrincante que no cedía y mantenía las líneas altas para tener continuidad con el cuero. Sin embargo, la expulsión de Natan, por doble amarilla, supuso un giro de guión que espoleó al equipo de Stefano Pioli a buscar el gol de la victoria. Sin resultado, pues la expulsión llegó tarde para sus intereses y los 22 gladiadores se debieron de conformar con repartirse los puntos.
Con este resultado, el Nápoles permanece cuarto con 18 puntos, a la espera del resultado que obtengan mañana Fiorentina y Atalanta. Su próximo compromiso será la visita a la Salernitana, en la Serie A. Mientras que el Milan se mantiene en el tercer puesto con 22 puntos, antes de recibir al Udinese en liga.