La Federación Italiana de Fútbol (FIGC) ha tomado una decisión contundente al aprobar una cláusula que prohíbe a los clubes italianos participar en la controvertida Superliga. Esta medida se suma a la postura adoptada por la UEFA y la FIFA, consolidando el compromiso de la FIGC con las competiciones reconocidas a nivel internacional. La cláusula establece de manera inequívoca que los clubes italianos no podrán unirse a ninguna liga o torneo que no esté afiliado a la UEFA, la FIFA o la propia FIGC.
En un movimiento sin precedentes, la FIGC ha dejado claro que aquellos clubes que desafíen esta restricción enfrentarán consecuencias significativas. En particular, cualquier equipo italiano que decida unirse a la Superliga se verá excluido de la prestigiosa Serie A durante la temporada 2024/2025. Esta postura firme refleja la determinación de la FIGC en defender la integridad y la estructura de las competiciones tradicionales respaldadas por las principales entidades futbolísticas internacionales.
Con esta medida, la FIGC envía un mensaje fuerte y claro sobre la importancia de mantener la lealtad a las instituciones establecidas, rechazando cualquier intento de crear competiciones paralelas que amenacen el tejido mismo del fútbol europeo. La cláusula no solo sirve como un recordatorio de la adhesión a los principios del deporte, sino que también establece un precedente significativo para otras federaciones que podrían enfrentarse a dilemas similares en el futuro.