En los últimos años, la selección española femenina ha emergido como un poderoso faro en el panorama internacional, irradiando talento, pasión y sobre todo buen fútbol. Este ascenso meteórico no ha sido más que un simple logro deportivo; ha sido un testimonio del arduo trabajo, la dedicación y el compromiso de las jugadoras que han marcado un antes y un después en este país y por qué no, en el mundo entero.
A la vista quedan sus logros. Dentro del campo nada más y nada menos que un Mundial y la primera Nations League femenina de la historia, y fuera de este, un legado asombroso sobre el deporte femenino. La destreza técnica, la inteligencia táctica y sobre todo la cohesión del equipo han cautivado a los aficionados de todo el mundo, convirtiendo a España en un referente y siendo catalogada por muchos como el mejor equipo de la historia.
Y es que no es para menos. Su plantel es un firmamento lleno de estrellas. Alexia Putellas (dos Balones de Oro) y Aitana Bonmatí (un Balón de Oro) son tan solo dos nombres que resuenan con fuerza en una escuadra imbatible. Esto mismo refleja que una de las claves del éxito de la selección española femenina ha sido su capacidad para fusionar la experiencia con el talento joven. Jugadoras veteranas con una amplia trayectoria internacional, cómo Jennifer Hermoso o la propia Putellas, han servido como mentores para las prometedoras estrellas emergentes, creando un equilibrio perfecto entre la sabiduría y la frescura.
Con un palmarés de una Copa del Mundo y la recién conseguida Nations League, la selección española no tiene por qué envidiar a ningún otro combinado internacional. Este equipo parece no tener fin y su próxima parada son los Juegos Olímpicos. Al equipo de Montse Tomé todavía tiene una tarea pendiente para «pasarse el fútbol», la Eurocopa. Aunque para esto todavía hay que esperar hasta el 2026, nadie tiene ninguna duda de que son más que capaces que traer el título a España.