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En el mundo del fútbol es común que los grandes fichajes se hagan en el mercado de verano, por ser un momento en el que los clubes han finalizado sus competiciones y tienen un período considerable de tiempo para elaborar una buena planificación. Esto no quita que los traspasos más determinantes no se puedan dar en el período invernal, como ha demostrado el Celta de Vigo.
El encuentro que enfrentó ayer al cuadro vigués contra el Atlético de Madrid tuvo como desenlace un empate a dos y dos eventos destacados: el doblete de Luis Suárez y el gol en los minutos finales de Facundo Ferreyra. El tanto del delantero argentino ayudó a los suyos a sacar un punto del Wanda Metropolitano, tarea más que difícil en una temporada en la que el conjunto rojiblanco es el líder de la tabla con bastante ventaja sobre sus rivales.
El partido dejó ver la eficacia de los fichajes realizados por el cuadro celeste durante el último período de traspasos. Aarón, que ya venía siendo titular con bastante asiduidad, volvió a jugar los 90 minutos en la posición de lateral izquierdo. Los fichajes argentinos por su parte, fueron la principal baza del Celta para la resolución del partido. El club gallego hizo sus dos únicos cambios en los minutos 70 y 76 para dar entrada a Solari y a Ferreyra, quienes elaboraron una jugada en el último tramo del encuentro que terminó con el gol del empate.
La adaptación a un nuevo equipo no suele ser fácil para la mayoría de los jugadores, pero el caso del Celta parece ser distinto. A pesar del amargo mes que ha sido enero para el club vigués, con derrotas abultadas en liga y la eliminación de la Copa del Rey, estas nuevas llegadas deben ser la chispa de ilusión que devuelva al equipo a los buenos resultados a los que acostumbraba en temporadas anteriores. Aún así, los de Coudet deben centrarse en ganar los próximos choques (llevan sin lograrlo cinco jornadas) y empezar a asegurar una buena posición en la tabla, lejos de los puestos de descenso.