El Inter tumba al Benfica tras una segunda parte indómita

El Inter se ha impuesto por 1-0 en el Giuseppe Meazza frente al Benfica. En un partido correspondiente a la segunda jornada de la Champions League. En la que el equipo de Inzaghi ha mostrado dos caras competitivas y se ha vaciado por completo.

Primera parte

El duelo dio comienzo con un Benfica más convencido de llevar la iniciativa. Se adueñó del balón e hizo todo lo posible por progresar por los carriles interiores conectando con Rafa Silva y Di María, que le cedía la banda al lateral Bah en fase ofensiva. Por su parte, los dirigidos por Simone Inzaghi optaron por defender en bloque medio, sin perseguir con excesiva agresividad al poseedor. Este escenario parecía convenirle a los dos conjuntos, aunque la primera acción de peligro fue protagonizada por Barella, quien no encontró a Mkhitaryan en boca de gol con un centro raso. Sin embargo, la respuesta no se haría esperar, Aursnes quedó habilitado y probó a Sommer con un potente disparo raso, que el suizo rechazó a córner.

El enfrentamiento fue tenso en lo futbolístico, con dos púgiles que no se atacaban a tumba abierta, pero sí se tanteaban a la espera de un error. La iniciativa recaía sobre los portugueses, pero el ritmo de juego iba en aumento y ninguno de los conjuntos conseguía someter al contrario. La batalla estaba siendo muy táctica, Roger Schimdt intentaba acumular a todos sus atacantes por el carril central, para hacer frente a la habitual guadaña defensiva de Inzaghi. Las fuerzas se igualaron y los roles de Inter y Benfica se difuminaron. Debido a que los primeros encontraron un atajo sobre la espalda de Kökçu, para incidir con sus interiores y tantear a Trubin sin peligro. Con apenas un par de aproximaciones, los italianos conseguirían neutralizar la presión alta de los visitantes y provocar un hondo nerviosismo que les diluyó en la fase de elaboración.

En el tramo final, «os encarnados» recuperaron la serenidad inicial en salida de balón, gracias a la aparición de jugadores como Di María para ofrecer más opciones de pase. Ello conseguiría neutralizar la presión que ejercieron los nerazzurri en la frontal del área y les permitió concentrar la acción en la mitad de campo de su oponente. Aunque llegada a tres cuartos de campo, sufrió pocas alteraciones y todas ellas eran fruto del ingenio individual de hombres como David Neres. Las situaciones de peligro se producían a cuentagotas, si bien los lusos se aproximaron con algo más de peligro pese a que no pudieron concretar ninguna jugada.

Segunda parte

Los segundos 45 minutos se iniciaron con un equipo transalpino más agresivo y menos encorsetado que adelantó sus líneas. Encimó a su contrincante y transitó empleando a más efectivos en ataque. Este cambio le permitió disfrutar de varias oportunidades, como un remate ligeramente desviado de Dumfries o un derechazo con el exterior de Lautaro, que impactó en el larguero. El caudal ofensivo interista se cimentó sobre la sociedad entre Barella y Dimarco en banda izquierda, donde supieron aprovechar la entrada de Tomás Araujo por el lesionado Bah y las escasas ayudas de Di María. El fervor del finalista de la pasada edición, que atacaba el área de su oponente en oleadas, contrastaba con la ausencia de respuesta por parte de este. Pues se dedicó únicamente a capear el temporal, ante la imposibilidad para conservar el balón.

El aluvión de los italianos se intensificó con el paso de los minutos y encontró su recompensa. Thuram envió a la red un pase atrás de Dumfries. El 1-0 echó más leña al fuego del anfitrión y en los minutos posteriores siguió arrollando a las «águilas», que no mostraban ninguna capacidad de reacción. En medio de la vorágine, Dimarco anotó un segundo tanto que fue anulado por un claro fuera de juego. No obstante, una entrada de Lautaro sobre Neres, en la que el argentino recibió el impacto de una bota en su rostro, provocó un parón en el partido que cambió la tendencia en el juego y le dio una bombona de oxígeno extra al Benfica. El Inter retrocedió sus líneas y renunció a presionar alto, limitando su actividad a replegar y a enturbiar los primeros pases con el último aliento de Lautaro.

La abnegación del atacante argentino supondría varias balas extra para los transalpinos. Fruto de la astucia del delantero y del nerviosismo de la zaga portuguesa. Mas ambos fueron infructuosos con salvadas en la línea de gol y grandes intervenciones del guardameta Trubin. Tras estas ocasiones, el partido entró en un pequeño lapso de calma antes de la tormenta final, a pesar de estar gobernado por el descontrol desde hace varios minutos. El Benfica produciría alguna situación de remate, sin excesivo peligro. Del mismo modo, que su adversario comenzó a mostrar más interés en conservar el esférico y en estirar sus posesiones en la mitad de campo rival.

Con este resultado, el Inter se coloca segundo del grupo D con cuatro puntos -los mismos que la Real Sociedad-. Su próximo compromiso tendrá lugar el sábado en el Giuseppe Meazza frente al Bologna. Mientras que el Benfica permanece último con el casillero a cero. Antes de visitar al Estoril, el próximo sábado.

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