La temporada del Alavés, que debería estar disfrutando de su centenario, está siendo bastante negativa. Con una mala dinámica, el equipo se sitúa como el farolillo rojo de la competición a falta de nuevo partidos para que finalice la competición.
Los malos resultados hicieron que Abelardo, tras meditarlo, presentase su renuncia al día siguiente de perder el encuentro ante el Celta de Vigo. Durante su corta estancia, solo pudo ganar en una ocasión, contra el Valladolid, y empatar en otras dos en un total de once partidos.
De todos los integrantes de la plantilla, el jugador que más se beneficia de la salida del último técnico babazorro es Lucas Pérez. Por motivos extradeportivos, el delantero no ha contado para el gijonés. Ni siquiera fue convocado para jugar en los dos últimos partidos. En varias ruedas de prensa, el «Pitu» señaló al gallego, alegando que «ha faltado al respeto a mí y a sus compañeros».
Sorprende que un jugador de su calidad haya sido apartado de tal manera. La pasada campaña formó una peligrosa dupla junto a Joselu, que le permitió anotar en once ocasiones y repartir cinco asistencias. Sus goles le convirtieron en uno de los máximos artilleros españoles de la competición. Algo que al equipo le hace falta, puesto que actualmente es el cuarto que menos marca, habiéndolo hecho en 24 ocasiones, casi la mitad de los tantos que ha recibido.
Con la llegada del nuevo entrenador, el delantero ve un atisbo de luz de volver a la titularidad. Su presencia ofensiva será necesaria para que los vitorianos vuelvan a la senda del triunfo que tanto se les resiste, y poder escalar posiciones para salir del descenso.