El talento de Dembélé es conocido por todos, pero las lesiones y las faltas de disciplina han sido un constante en su etapa en el FC Barcelona. Un jugador exquisito que domina ambas piernas, con un potente golpeo y, una velocidad y regate vertiginosos. Ronald Koeman comenzó la temporada dejándolo en el banquillo, y cuando parecía que la situación no podía mejorar, su situación dio un giro de 360°.
La lesión de Ansu Fati en el mes de noviembre, y el decepcionante rendimiento de Antoine Griezmann, le abrieron las puertas de la titularidad. Desde entonces, el galo se ha convertido en uno de los jugadores más en forma del club blaugrana. Es uno de los culpables de que el conjunto culé se haya metido de lleno en la lucha por LaLiga y esté en la final de la Copa del Rey.
Un futbolista por el que se invirtió mucho en su momento, es el tercer fichaje más caro de la historia del FC Barcelona tras Coutinho y Griezmann. Llegó en verano de 2017, procedente del Borussia Dortmund a cambio de unos 105 millones de euros.
Este curso, es el que más ha jugado y en el que las lesiones más lo han respetado. Dembélé lleva 35 partidos en los que ha marcado nueve goles y ha dado cuatro asistencias repartidas entre todas las competiciones.
Está cerca de igualar su mejor registro en el club catalán, campaña 2018-19, en la que marcó 14 goles y dio ocho asistencias. Este es su año, y todavía queda un mes para que regrese al equipo Ansu Fati. El francés debe aprovechar sus oportunidades, al igual que ha hecho hasta ahora. Un hombre importante en el esquema del técnico neerlandés.
El propio jugador ha reconocido que cuando llegó en 2017 era un jugador débil físicamente y mentalmente. Sin embargo, ahora todo va por el buen camino y el jugador está de dulce. El FC Barcelona está preparando la renovación de Dembélé que finaliza su vinculación contractual el 30 de junio de 2022. Eso sí, la oferta irá acompañada de una rebaja salarial que vivirá todo el equipo.