Se cumplen cinco años del fallecimiento de Johan Cruyff

Un 24 de marzo de 2016, hace exactamente cinco años, fallecía Johan Cruyff, un fantástico futbolista neerlandés, que también se destacó en los banquillos desempeñando la faceta de entrenador. Sin duda el gran artífice del fútbol moderno.

Ya hace un lustro que nos dejó una de las mayores leyendas de nuestro deporte, a causa de un cáncer de pulmón que terminó por quitarle la vida. Sin embargo, el letargo que nos dejó es digno de hacer memoria.

Nació el 25 de abril de 1947 en Ámsterdam, y desde muy temprana edad, ya se le veían maneras para destacar en el fútbol. Comenzó su carrera profesional en el club más glorioso del país holandés, como es el Ajax. Allí desde el primer momento ya dejó muestras de su calidad, y en los diez años que militó en el club consiguió ganar entre otras cosas, seis ligas y tres copas de Europa, además de lograr el primero de sus tres balones de oro.

En la temporada 1973-74 se produjo su fichaje por el FC Barcelona. Pese que en un primer momento parecía que acabaría siendo jugador del Real Madrid, como muestra de esa rebeldía que tanto lo caracteriza, acabó haciendo todo lo contrario y fichando por el club blaugrana, convirtiéndose en el fichaje más caro de la época (60 millones de pesetas).

En el Barça se le recibió como a un ídolo, ya que el club atravesaba un momento complicado, ocupando la penúltima plaza en la liga. Y sin duda, “El flaco” no defraudó, dando un giro radical a la dinámica del equipo, para acabar conquistando el campeonato ese mismo año, una proeza al alcance de muy pocos. A pesar de no conseguir muchos más títulos con el equipo catalán, Johan continuó marcando la diferencia, hasta que finalmente por discrepancias con la directiva acabó abandonando el que puede considerarse el club de su vida. Aunque su despedida, no se consideró como un adiós, sino como un hasta pronto, puesto que después volvería a Can Barça como entrenador.

Su carrera como futbolista fue en detrimento desde entonces, aunque su fútbol no dejaba de brillar. Tras un breve periplo en Estados Unidos, volvió a su tierra natal, y fichó de nuevo por el Ajax, dónde no le renovaron el contrato, y una vez más haciendo valer su rebeldía fichó por el eterno rival, el Feyenoord de Róterdam. Allí disputó su última temporada como profesional, con 37 años, consiguiendo ganar la liga y la copa.

Respecto al combinado nacional, a pesar de ser un fijo en las convocatorias, tan solo consiguió disputar el mundial de Alemania Federal en 1974, dónde la selección holandesa dejó a todo el mundo perplejo con su juego; a pesar de ello, acabaron subcampeones. Y también jugó la Eurocopa de 1976 disputada en Yugoslavia, dónde de nuevo, la apodada como “Naranja Mecánica”, logró desplegar un “fútbol total”, no visto hasta la época, aunque de nuevo se quedó a las puertas del campeonato, quedando en tercera posición.

Poco después de abandonar los terrenos de juego como futbolista, comenzó su andadura por los banquillos. En la temporada 1984-85, empezó como director deportivo del Ajax, de la mano de Leo Beenhakker, aunque pasó a dirigir a las categorías inferiores. Johan tenía muy clara su idea de fútbol, intentando ser lo más ofensivo posible, con una formación de 1-3-4-3 donde corrían riesgos en defensa, pero que proporcionaba un ataque superior. Con esa filosofía impulsó a la cantera del Ajax, sacando a jugadores de la talla de Frank y Ronald de Boer, Edgard Davids o Clarence Seedorf, que después ganarían la Liga de Campeones en 1995.

A pesar de no haber realizado ni el curso de entrenador, el 4 de mayo de 1988, Johan Cruyff fue presentado como entrenador del FC Barcelona, para intentar hacer más grande la huella que ya dejó como jugador de campo. Las primeras temporadas no fueron fáciles en el club azulgrana, ya que Cruyff necesitaba que la entidad poco a poco entendiese su filosofía de juego, que se fue consiguiendo con la llegada de grandes jugadores como Michael Laudrup o Hristo Stoitchkov, logrando desde ese momento varios campeonatos coperos y acabando con la hegemonía madridista en el campeonato doméstico.

Aunque sin duda el momento culmen se logró en la final de Wembley de 1992, donde el FC Barcelona se alzó con su primera Copa de Europa, ganando a la Sampdoria en la prórroga con el mítico gol de Koeman, y apodando a aquel equipo como el histórico “Dream Team”. Tras lograr alcanzar el pico más alto hasta el momento, el nivel del equipo fue descendiendo, aunque seguía siendo alto, ganando alguna liga y llegando de nuevo a una final europea, en la que acabó cayendo ante el Milán.

Con el «Dream Team» ya prácticamente disuelto, comenzó a trabajar con los canteranos que emergían como Josep Guardiola, Guillermo Amor o Albert Ferrer, a los que se les apodó como “La Quinta del Mini” aunque no consiguió ganar ningún título. En el año 1996 se dio por finalizada la época de Johan como entrenador del Barcelona, y a pesar de salir por la puerta de atrás tras las discrepancias con el presidente Josep Lluis Núñez, la huella que dejó Cruyff en el equipo blaugrana permanecerá siempre en los corazones de todos los aficionados del FC Barcelona y del fútbol.

La figura del genio holandés sigue tan vigente que, hasta el recientemente elegido presidente del Barça, Joan Laporta, deja claro en su programa que la filosofía de Cruyff seguirá ligada al club como fuente de inspiración.

 En definitiva, y tras cinco años de su fallecimiento, es imposible olvidar a esa persona tan carismática y rebelde que inventó el fútbol moderno.

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