Análisis del Real Betis vs FC Barcelona

Partido complicado con el que se encontró ayer el Real Betis en su propio campo, marcado sobretodo por un jugador, o mejor dicho, un extraterrestre. El partido duró poco más de un cuarto de hora, hasta que Messi decidió acabar con un buen inicio bético.

El argentino decide cómo y cuándo debe acabar el encuentro y resulta imposible frenarlo. Así lo sufrió el Real Betis en uno de sus habituales días de inspiración con dos golazos que dejaron al público atónito ovacionando tal espectáculo con resignación.

El encuentro empezó en la dirección que deseaba el Real Betis, que salía con una defensa de cinco y un tridente arriba formado por Jesé, Lo Celso y Canales; con el canario como única referencia arriba para aprovechar los espacios que dejaban los dos mediapuntas cuando bajaban a recibir el balón.

Alineación titular de ambos equipos

El Betis, conociendo el poco espacio que se encontraría por el carril central con el centro del campo culé formado por cuatro talentosos y trabajadores centrocampistas, intentó desequilibrar por banda.

Tello fue el único capaz de rasgar una defensa que se mostraba sólida y que apenas tuvo que intervenir. Sus jugadas individuales delante de Sergi Roberto, que estuvieron a punto de convertirse en gol, dejaron en evidencia al lateral blaugrana.

Pero fue a los 18 minutos cuando en una falta en la frontal se produjo el desenlace que todos suponían pero nadie deseaba, la pelota terminó en la escuadra de la portería defendida por Pau López que poco pudo hacer ante ese misil teledirigido.

El gol supuso un duro golpe para el Real Betis que veía como los pases no llegaban a su destino y las recuperaciones del Barça impedían llegar hasta la portería rival.

Sin embargo, la presión verdiblanca resultó efectiva y logró recuperar 16 balones en el último tercio de campo por 7 del FC Barcelona. El partido transcurría como quería Quique Setién y logró ganarle la batalla de la posesión al equipo que mejor lleva practicando este juego durante los últimos años.

Una carencia que con el paso de las jornadas se acentúa y está perjudicando gravemente a los de Quique Setién que, aunque son capaces de dominar la mayoría de registros, se muestran débiles en ambas áreas.

Las mejores ocasiones blaugranas llegaban en saques del portero culé que se convirtió en el arquitecto de su juego. El meta alemán realizó 21 pases con un 83% de acierto, asistiendo a Jordi Alba en numerosas ocasiones que ganaba la espalda a Joaquín.

Aunque el partido estaba complicado, el juego estático permitía acercarse a la portería rival con calma aunque con poco acierto a la hora de definir o realizar el último pase. Logró encadenar más pases en el último tercio pero con un acierto de un 68% ante el 90% del Barça. Una carencia que con el paso de las jornadas se acentúa y está perjudicando gravemente a los de Quique Setién que, aunque son capaces de dominar la mayoría de registros, se muestran débiles en ambas áreas.

El impacto más duro llegó en el último instante de la primera mitad tras un pase de fantasía de Luis Suárez, con una espuela certera e inconcebible para cualquier ser humano que Messi se encargó de transformar en el 0-2.

El Betis se iba al descanso con un resultado que no reflejaba lo que se había visto en el terreno de juego. Pero cuando no salen las cosas, y más ante un FC Barcelona a velocidad de crucero para alzarse con el título de Liga, resulta muy complicado sacar algo positivo.

La segunda mitad evidenció el golpe psicológico que le dejó sin capacidad para reaccionar. El nerviosismo de la afición, junto a las pocas esperanzas por encontrar el gol a pesar de haberse encontrado un escenario cómodo en la primera mitad, desencadenaron en el 0-3 a raíz de una maravillosa jugada de Luis Suárez que veía como los jugadores béticos caían desplomados en cada metro que se acercaba a la portería contraria.

Setién dio entrada a jugadores como Lainez y Emerson para que se adaptaran al nivel de LaLiga, aunque el contexto evidentemente no era el idóneo. Ninguno de ellos logró generar apenas peligro, aunque en una jugada aislada, el mexicano asistió a Loren para que anotara un gol que puede marcar un punto de inflexión en su temporada a nivel individual que hasta el momento está siendo decepcionante.

Aún quedaba por servir el caviar, aquel por el que cualquier aficionado pagaría una entrada.

El Betis no renunciaba a su estilo, buscando salir con la pelota desde atrás con tranquilidad hasta encontrar un pasillo que le permitiese acercarse a la portería rival.

Pero aún quedaba por servir el caviar, aquel por el que cualquier aficionado pagaría una entrada. Messi, nuevamente, se inventaba un disparo blando, delicado y preciso que, imitando el movimiento de una parábola perfecta, terminó dentro de la portería bética ante el asombro de los propios futbolistas y aficionados de todo el estadio. Para Messi era otro gol para guardar en su inmensa galería, pero para los béticos un tanto impensable y para el recuerdo, limitándose a aplaudir tal espectáculo futbolístico.

El partido no dio para más, Messi había decidido en este caso cómo acabar y, a pesar de algunos pitos a los futbolistas del Real Betis, poco se les podía reprochar ante un adversario que de momento no se encuentra a su alcance.

Foto vía: Real Betis Balompié

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