El Real Betis y el Beticismo se encuentran en uno de los peores momentos de los últimos años. La división entre la afición bética es evidente y se está notando también en el Benito Villamarín.
El pasado encuentro entre Real Betis Balompié y RCD Espanyol se convirtió en un auténtico infierno para jugadores y afición. El malestar del público se notaba en los constantes silbidos al equipo e incluso entre la propia afición, donde sorprendió el recibimiento a la grada de animación después de entrar al descanso del partido como protesta.
El pasado lunes se produjo la segunda asistencia más baja en el estadio esta temporada como ha anunciado @laligaendirecto, solamente acudieron 30.561 personas a causa de la mala racha de resultados que encadena el equipo.
Para encontrarse con una inferior hay que remontarse al encuentro ante el Villarreal hace unas semanas donde el equipo consiguió la victoria por 2-1 en un final trepidante marcado por el penalti parado de Pau López a Cazorla.
Es destacable que, a pesar de ser un lunes, de los más de 50.000 abonados que tiene el Real Betis solo acudieran poco más de la mitad. Y de todos los que estuvieron presentes, la diversidad de opinión estuvo marcada por los aplausos y silbidos a ciertos jugadores y aficionados.
El Beticismo se divide y es evidente como así lo muestran los números. Cada vez más figuras aparecen como culpables de este mal momento, pero lo que está claro es que el Real Betis es lo que es por su afición y su apoyo en los momentos clave, han sido decisivos para salvar a un club que en más de una ocasión podría haber desaparecido.