La Final de la Copa Del Rey trajo consigo un espectáculo de fútbol donde, para sorpresa de los espectadores, el FC Barcelona no consiguió imponerse al juego del Valencia CF. El equipo ché se sobrepuso al conjunto blaugrana por dos goles a uno, en un encuentro donde destacó su solidez defensiva y sus contraataques, dando una gran imagen del bloque conseguido por Marcelino a lo largo de este 2019.
En el estadio Benito Villamarín se reunieron 53.698 aficionados de sendos equipos y una pequeña parte de púbico general. Aproximadamente, unas 6.000 butacas quedaron libres en la noche de ayer, mientras que el mayor registro de audiencia logrado esta temporada ha sido el de 57.123 personas, casualmente también con el Valencia presente, en la semifinales de la Copa Del Rey. Unos 3.500 asientos ocupados de diferencia entre el partido disputado por el club verdiblanco y la Final de la Copa.
Los 57.000 espectadores demuestran la gran afición del club verdiblanco, quienes semanalmente van al estadio, sin importar la situación del equipo. Ganen o pierdan, los béticos no fallan en sus citas con la entidad sevillana y, además de no fallar nunca, destacan por el ambiente que logran crear en el Villamarín, donde todo aficionado se deja la garganta en cada choque del Real Betis Balompié.