Momento para reflexionar

Unidad. Unidad para lograr títulos. Unidad cuando el equipo estaba peleándose con equipos de Segunda en una liga que no le correspondía. Unidad cuando la desestabilidad en el club era insostenible. Unidad para salvar al Real Betis de su muerte. Las mejores páginas en Heliópolis han sucedido cuando la afición y el club han estado unidos.

Una afición que ha llevado en volandas a su equipo en los momentos complicados, que ha llorado en el Benito Villamarín cuando su equipo abandonaba la máxima división del fútbol español. Lágrimas que derramaban en el corazón de todos los béticos cuando el equipo se hundía sin tocar tocar fondo.

Lágrimas que pasaron a convertirse en sonrisas con la llegada de Serra Ferrer guiada por Haro y Catalán. Una felicidad que dejaba atrás todos los malos momentos del Real Betis. Aquellos que, desgraciadamente, han ocupado muchos años de la historia del club y que han servido para mirar al futuro con optimismo.

Serra Ferrer llegaba a Sevilla con la duda de cómo sería su paso. Su mala gestión en el Mallorca generaba ciertas dudas, pero nadie olvidaba que el de La Puebla era una de las trece barras de este equipo. Todas las dudas se disiparon en cuestión de semanas cuando a través de su gestión volvió a ilusionar al beticismo, que exhalaba un suspiro de relajación. Por fin el bético podía estar tranquilo, Serra Ferrer, que ya había traído una Copa del Rey a las vitrinas del Villamarín, volvía a tomar las riendas del equipo, esta vez desde la planta noble y en la dirección deportiva.

Un trabajo que en primera instancia iba a compartir con Miguel Torrecilla, este como director deportivo, pero que finalmente abandonó el club rumbó a Gijón.

Arriba Haro y Catalán. Para transformar a un Betis con desestabilidad económica, deportiva y ejecutiva. Un punto y final a los cambios de presidente constantes en un club que tenía como objetivo volver a situarse entre los grandes. Una labor llevada de la mejor forma en sus más de tres años en el club.

La gestión económica fue uno de sus primeros grandes hitos multiplicando el presupuesto año tras año. La promesa de la renovación de Gol Sur hicieron al bético confiar en su palabra. El Betis de los béticos y la resolución los problemas judiciales. Innumerables acciones que hacían crecer al club en su conjunto pero que necesitaba de la parte más importante, la deportiva.

10 de mayo de 2017. Fecha que marca un antes y un después en la historia reciente del Real Betis. Tras años de debacle deportiva y falta de un proyecto consistente, Serra Ferrer llega a Sevilla para volver a hacer soñar a los béticos. Su único objetivo, brindar a la hinchada lo que necesitaba.

Él conocía mejor que nadie la receta para alegrar a la afición. Y el binomio Serra Ferrer-directiva trajo al Betis un año para volver a sentirse grande. Volver a pasear la elástica verdiblanca por Europa y enseñar al mundo que el Real Betis va más allá de unos colores.

Serra Ferrer, logrando fichajes inesperados como Marc Bartra o Pau López además de los realizados por la directiva como Lo Celso y William Carvalho lograron internacionalizar a un Betis que ya no es el ‘patito feo’ de LaLiga y motivo de burla de algunas aficiones.

Un Betis que competía los derbis y los ganaba. Un Betis que llegaba a unas semifinales de Copa del Rey. Un Betis que respondía en San Siro ante la multitud desplazada. Y un Betis que generaba expectación en todo el mundo con victorias como la del Campo Nou o Santiago Bernabéu.

Serra Ferrer, Ángel Haro y López Catalán eran los principales artífices del despegue del equipo y de la remontada a nivel deportivo a otros clubes que le habían tomado ventaja.

Pero el club necesita seguir creciendo. Seguir ilusionando a la afición. Crear una base para el futuro, para que cuando aquellos ídolos de todos los béticos -entre ellos Serra Ferrer- ya no estén, que el club pueda continuar con el rumbo.

Director deportivo. Una labor que hasta el día de hoy han realizado los tres sin ocupar el cargo ante la vacante en ese puesto. Pero que para un equipo grande requiere de un equipo especializado y que permita llegar hasta todos los rincones del mundo. Un equipo de scouting que permita encontrar a las mejores promesas de la próxima década y anticiparse a los demás equipos. Fichajes que puedan generar plusvalías para mejorar la economía del club.

Un equipo con profesionales capacitados para estos cargos, que han necesitado de una exhaustiva preparación para poder llegar a equipos como el Real Betis y que en ocasiones no pueden porque son ocupados por exjugadores.

Una estructura en cantera para desarrollar una metodología. Para hacer valer la inversión de la nueva ciudad deportiva y que el Betis cuente con numerosos canteranos en su primer equipo. Aquellos que han sido criados con la verdiblanca, que entienden mejor que nadie qué significa el escudo y que encuentren una recompensa a su trabajo.

El Real Betis se encuentra en un momento delicado, con todo pendiendo de un hilo. Haro y Catalán buscan mejorar el área deportiva y quitar responsabilidades a un Serra que no podía realizar todas las tareas a la vez, entre ellas reforzar la cantera.

El club necesita de la unidad de su afición. De aquella que le había salvado en tantas ocasiones y que ha hecho de este club patrimonio de la ciudad. El beticismo les necesita a los tres. Y los tres nos necesitan a nosotros. Si no fuera por los béticos el club estaría desaparecido en los campos de barro de España, aunque nadie duda que no faltaríamos a la cita. Hagamos un Betis grande.

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