Ya han pasado 19 años desde que se produjese el debut del portuense con la elástica verdiblanca, 19 años de un momento que cambiaría su vida y sobre todo la de su club y la de su afición.
Sin duda alguna, no nos equivocamos al afirmar que Joaquín Sánchez es todo un referente de la primera plantilla verdiblanca y no es para menos, el portuense, pese a sus 39 años, sigue estando a un gran nivel en el conjunto de Heliópolis, al que llegó en 2015 de la mano del por entonces director deportivo heliopolitano Eduardo Maciá procedente de la Fiorentina, donde ambos coincidieron.
Su debut fue un tres de septiembre del 2000 en Santiago de Compostela, en un partido de Segunda división frente al Compostela y con Fernando Vázquez como técnico del equipo verdiblanco. Era la primera jornada de esa campaña y un joven Joaquín se colaba en una alineación llena de estrellas verdiblancas del momento como Benjamín, Merino o Prats. El partido acabaría con empate a cero y fue sustituido por Cañas en el minuto 70. No fue el mejor partido para el “27” (dorsal que lució esa temporada) pero esa campaña el gaditano brilló con luz propia y gracias a eso el club de La Palmera consiguió el preciado ascenso esa campaña.
Fue el primero de los 424 partidos que el portuense lleva con la camiseta de las trece barras y que lo han colocado como el segundo jugador con más partidos disputados de la historia del Betis, solo por detrás de Esnaola. Desde ese instante, ha vivido muchos momentos increíbles como jugador y como bético, algunos más antiguos como la Copa de su majestad el Rey, ganada al Osasuna en el Vicente Calderón allá por 2005 y otros más recientes como aquella noche en Milán o la “manita” en el Pizjuán.
Por todo lo que genera una cosa ha quedado clara en estos 19 años, y es que Joaquín Sánchez Rodríguez es símbolo de beticismo, además de ser uno de los jugadores que cuenta con más cariño tanto por parte de la afición como de los que forman parte del club.