Tener que sostener a todo un equipo como el Real Madrid es una tarea que precisamente, no supone una extrema dificultad para Carlos Henrique Casimiro. Cuando hablamos de jugadores determinantes, tendemos a generalizar y aclamar a jugadores cuya destreza con el balón la materializa en goles. Desde una labor más sucia, son jugadores como él, los encargados de cubrir a un equipo y permitir una libertad creativa protegida bajo un seguro de vida.
A los números hay que remitirse, y es que son recientes unos datos que el propio club ha dado a luz en el que nos aclaran una verdad de la que ya algunos eran conscientes. Es el que más balones recupera de La Liga Santander, con la deslumbrante cifra de más de 187.
La evolución de Casemiro
El jugador brasileño estuvo formándose en la fábrica blanca, destacando lo suficiente para ser convocado con el primer equipo. Falto de minutos, viajó a Oporto en busca de más oportunidades. Destacando en el club portugués, regresa a la que es actualmente su casa para irrumpir en el once madridista. Siendo un rol que el Real Madrid necesitaba cubrir, fue Casemiro el que demostró gran solvencia en asuntos defensivos. Con un club más que satisfecho por sus servicios, es renovado hasta en 2 ocasiones, dejando patente que su apuesta por un Casemiro que tendremos para rato.
El brasileño es un portento físico, no exento de brillantez técnica en recursos defensivos. Áspero con el balón, no se concreta como un jugador de gran solvencia e inteligencia en el manejo de juego. Es el pasar de los años, el que día a día ha conseguido mejorar una faceta que le ha llevado a saber manejar de una manera más sutil el balón, siendo no obstante una de sus peores cualidades.
Casemiro es un líder fuera y dentro del verde, y eso Zidane lo sabe. Es el brasileño un indispensable en el once del francés, ya que sin un recambio natural para su puesto, es en plantilla uno de los jugadores con más minutos bajo sus espaldas. Encargado de corregir los desequilibrios del equipo blanco, pilar fundamental para mantener la solidez de un equipo que recae en ocasiones bajo sus espaldas.