|Opinión| Zidane, está claro que de las rentas no se vive

Hace ya la friolera de 12 años desde que el entonces Real Madrid de Pellegrini caía estrepitosamente ante un modesto Segunda B como el Alcorcón. Esa noche se consumaba una de las páginas más negras de la historia reciente del club. Parecía imposible volver a dar una imagen tan paupérrima como la de aquel día. Unos cuantos entrenadores y Champions después, el equipo vuelve al precipicio.

El conjunto blanco volvió a fracasar de la manera más cruel posible, cayendo nuevamente ante un Segunda B y en dieciseisavos de final. Esta vez el verdugo fue el Alcoyano, que dio una tremenda lección de fútbol y humildad como pocas veces antes se había visto en un terreno de juego. Pero el Madrid no salió al campo con desconocidos chavales del filial para pasar el trámite, no.

Pudimos ver en El Collao la decadencia y dejadez de algunos jugadores que habían sido partícipes de la etapa más gloriosa del club años atrás. Marcelo e Isco reían justo antes de comenzar la prórroga, lo que puede reflejar el penoso rendimiento de ambos desde hace tiempo. Ese pasotismo y desconexión ejemplifican a la perfección lo que le está pasando al Real de ‘Zizou’.

Incluso el técnico merengue reía en la banda con el segundo gol local, ya fuera irónicamente o síntoma del asombro que le producía dicha situación.

Cabizbajo, deambulando por la banda, sin soluciones, sin jugadores a la altura y sin ideas, el técnico francés veía ante sus ojos lo que posiblemente se traduce en un fin de ciclo irreversible, además de dejar escapar de nuevo el único título que le falta en sus vitrinas. Y de qué manera lo dejó marchar.

Con cuatro cambios todavía disponibles en la prórroga, el equipo trató de tirar de orgullo con prácticamente el once habitual en el verde. Un escenario inédito más propio de una broma macabra que de una eliminatoria de Copa del Rey.

Pero ni con esas. El Alcoyano tumbó con todas las de la ley a un negro Real Madrid titular que se deja dos títulos por el camino en seis días, ¿les suena?

Hace tan sólo dos años, el conjunto blanco se daba de baja de Copa, Champions y Liga por la vía rápida, en una semana. Solari, que por aquel entonces dirigía al equipo, fue destituido fulminantemente. ¿Y Zidane?

Florentino ha dejado claro que el francés tiene el privilegio de decidir por sí mismo cuándo y cómo se va, lo cual puede parecer lógico por el increíble palmarés del técnico en el club. Pero quizás no todo se puede justificar con las tres Champions o la media de un título en 19 partidos que hacían intocable a ‘Zizou’.

Todo tiene un límite y anoche en Alcoy el equipo dijo ‘basta’. Un fin de ciclo tanto de entrenador como de varios jugadores que abre una herida de tremendas dimensiones en Valdebebas, donde el aficionado madridista espera decisiones drásticas más pronto que tarde.

Zidane lleva varios meses caminando sobre el alambre, salvando ‘match balls’ al borde de la destitución en varias ocasiones y siempre cuestionado tanto por la prensa como por el aficionado. Él ha dejado bien claro que nunca va a dimitir.

Quizá es momento de que Florentino saque el orgullo por el equipo y tome decisiones con un técnico que tiene la perfecta excusa de ser quien es para seguir al cargo del equipo. Como en Pamplona, como en Elche, como en Málaga y como en Alcoy, se ha visto a un equipo desgastado que no da para más y que pide a gritos un nuevo proyecto.

Igual la planificación de la plantilla tiene algo que ver. La marcha por falta de minutos de Jóvic y Ødegaard, sumadas a las de Reguilón o Kubo no es más que el reflejo de un entrenador que sólo quiere a sus jugadores, los de las tres Champions, que no quiere arriesgar con los jóvenes talentos que venían asombrando y mucho.

Tuvieron que ser un grupo de chavales los que pusieran en su sitio al Madrid y destapara definitivamente unas carencias insalvables. Florentino tendrá que trabajar mucho para devolver a este conjunto donde le corresponde. Para ello hace falta tiempo, decisiones y fichajes. Todo tiene un límite míster, y contigo también.

Últimas Noticias