El Real Madrid Femenino comenzó, de la mejor manera posible, su aventura en la Fase de Grupos de la Champions. Después de eliminar al todopoderoso Manchester City, en la segunda ronda, las dirigidas por David Aznar lograron un importantísimo triunfo en Ucrania.
Si se quiere continuar haciendo historia, esta es la manera. Atrás quedaron las tristezas y los sinsabores, producto de un mes sin conocer la victoria, desde aquella lejana clasificación frente a las ‘citizens’. Un empate y cuatro derrotas ya eran demasiado para estas jugadoras.
Enfrente estaba el Kharkiv de Ucrania. Un conjunto de gran poderío físico, que ha ganado la liga de su país en ocho oportunidades, durante los últimos once años. El Madrid comenzó con Misa Rodríguez en la portería, acompañada por Rocío, Ivana, Peter, Lucía, Claudia Florentino, Zornoza, Athenea, Nahikari, Olga y Lorena. Las ucranianas salieron con Yaman, Aleksanyan, Apavaschenko, Shmatko, Voronina, Petryk, Khavanska, Shevchuk, Boychenko, Ovdiychuk y Sadikoglu.
El conjunto merengue se mostró dominador en el primer tiempo. Es cierto que, en un principio, no se mostraron cómodas con el esquema 1-3-5-2, y las líneas lucían muy separadas. El equipo estaba partido, las delanteras tenían que bajar constantemente a buscar el balón, pero con el correr de los minutos, se fueron asentando sobre el terreno de juego. Con presiones altas y explotando la velocidad de Athenea y Olga, el equipo consiguió su acomodo. Nahikari y Lorena estaban muy activas en el ataque y Claudia Florentino hacía de ‘Casemiro’ con gran solvencia. La recompensa llegó en el minuto 33, con el gol de Lorena Navarro.
Las cifras del primer tiempo avalaron lo visto en el campo. Una posesión avasalladora, con un 72% favorable al Madrid. El doble de disparos a portería, nueve frente a cuatro, además de tres saques de esquina a favor y ninguno en contra lucían demoledores.
La duda era si, con la acumulación de partidos, las jugadoras de Aznar podían sostener el ritmo en el segundo tiempo. El planteamiento valiente del primer período, con presión alta y rigidez defensiva, ante el evidente mayor poderío físico de las ucranianas, para cortar constantemente sus intentonas, podía tener su efecto contraproducente en la complementaria. No hay que dejar a un lado, que el Kharkiv gozaba de más descanso, pues la liga local les aplazó dos encuentros para que pudieran enfocarse en la Champions. Así pareció ser, y salió dispuesto a igualar las acciones.
Ya lo había asomado la alemana, Peter Babett, en la previa del encuentro: “Hay que trabajar todas juntas, luchar en el campo contra un buen equipo y centrarnos en nuestras fortalezas. Esas son las claves”. Y así lo hicieron. Supieron sufrir y aguantar cuando les tocó hacerlo, pero también mostraron su garra y sus intenciones de no dejar escapar el partido. Las entradas de Caroline Møller y Kenti Robles en los minutos finales, en lugar de Athenea y Olga Carmona, eran la prueba del esfuerzo realizado por las dos gacelas merengues.
Un encuentro donde, sin pecar de injustos con la plantilla, las no habituales, Claudia Florentino en defensa y Lorena Navarro en ataque, marcaron la pauta y se merecen el podio del encuentro, junto a las incansables Olga y Athenea. Las estadísticas finales, mostraron un 70% de posesión; el triple de intentos en tiros a puerta, dieciséis frente a cinco; nueve a uno en los saques de esquina, y cuatro a cero en disparos bajo los tres palos. En el horizonte, ya asoma el segundo encuentro, en casa, en apenas una semana, contra el Breiðablik de Islandia. En medio, el compromiso liguero contra el Eibar. La rueda no para, pero los nubarrones, al menos por el momento, se disipan.