El camino transitado por el Juvenil A del Real Madrid, en la Youth League, ha tenido de todo en la primera vuelta. Un empate en Milán, victoria en el Di Stéfano y caída en Kiev han sido los resultados obtenidos.
La derrota contra el Shakhtar llama la atención, por las similitudes que guarda con el desempeño de la primera plantilla, en varios puntos de la naciente temporada. En líneas generales, el equipo fue mejor que el contrario. Una línea de ataque con puntaje alto, pero al mismo tiempo, una línea defensiva que paga muy caros los despistes. Si Ancelotti se ha mostrado preocupado por la solidez al momento de abortar los ataques contrarios, Hernán Pérez no va a estar alejado de esa línea.
El técnico optó por un once conformado por Rubén, en la portería, acompañado por Ferran, Obrador, Carrillo, Marvel, Néstor, Manuel Ángel, Peter, Gonzalo, David González y Julen. En el transcurso del segundo tiempo, ingresaron Villar, Muñoz, Pau, Asencio y Bruno Iglesias, en sustitución de Ferran, Obrador, Marvel, Néstor y Gonzalo, respectivamente.
Un primer tiempo que disfrutó de todos los goles. Apenas diez minutos tardó Peter en inaugurar el marcador, haciendo válido un contragolpe comandado por Julen. Al filo de la media hora, los ucranianos consiguieron el empate y, a partir de ahí, se desató la locura. David adelantó nuevamente a los merengues, en el 41’, y los cinco minutos siguientes presenciaron como el Shakhtar lograba igualar y ponerse por delante en el marcador.
La segunda mitad fue testigo de un Madrid volcado al ataque, con reclamo de pena máxima incluido. Sin embargo, Puzankov se hizo gigante bajo los tres palos y despejó todas las ocasiones blancas.
Es cierto que la tercera posición en la tabla no es la idónea, pero no es menos cierto que los chicos dependen de sí mismos. Además, de los tres encuentros venideros, los más complicados, de acuerdo con los resultados de la primera vuelta, serán en casa. Si de alarmas se trata, se puede decir que han sido disparadas a tiempo. Sin embargo, hay que hacer los correctivos necesarios pues, en Europa, no hay enemigo ni escenario pequeño. A levantarse, aprender y seguir adelante, es la consigna.