La segunda mitad de la Fase de Grupos en la Youth League comenzó para el Juvenil A del Real Madrid, en el Alfredo Di Stéfano, enfrentando al Shakhtar Donetsk. El partido anterior entre ambos conjuntos regaló un primer tiempo con cinco goles y un marcador final de tres a dos, favorable a los ucranianos.
Con el triunfo ya conocido del Inter de Milán, que le consolidaba en el primer lugar del grupo, la victoria era el único camino posible para el conjunto dirigido por Hernán Pérez. Ganar le daría el segundo puesto, a falta de los encuentros contra el Sheriff y el líder provisional. Además, les mantendría dependiendo de sí mismos para obtener el pase a la siguiente ronda como líderes de grupo y no depender del play-off. Si se puede evitar una repesca a un solo partido, mucho mejor.
El técnico optó por un once conformado por Dani, en la portería, acompañado por Obrador, Marvel, Asencio, Carrillo, Néstor, Villar, Bruno, Aranda, Peter y Julen. En el transcurso del segundo tiempo, ingresaron Israel, Villar, Alejandro Jiménez y Gonzalo, en sustitución de Julen, Rodrigo, Bruno y Aranda. Una alineación con cinco cambios, respecto al encuentro anterior, que demostraba a las claras, que el entrenador buscaba cosas diferentes y corregir algunos errores.
El experimento surtió efecto inmediato y el dominio blanco se hizo presente. Las continuas internadas de Aranda y Peter, con caída incluida del primero en el área, al final del primer tiempo, marcaron la primera mitad. El árbitro no atendió los reclamos que pedían la pena máxima. Esa superioridad se consolidó en la segunda parte y en el 53’, faltó poco para abrir el marcador, con una excelente combinación entre ambos.
El premio llegó de manera muy diferente, pero con un mismo protagonista. Viendo que las combinaciones tratando de plantarse con balón dominado dentro del área no surtían efecto, Aranda probó algo diferente. En el 58’, enganchó un disparo potente y cruzado desde afuera del área, que el portero rival, Puzankov, poco pudo hacer.
Si en el primer encuentro la fragilidad defensiva marcó el accionar merengue, en esta ocasión no fue así, pero no por un nombre en particular. La labor de conjunto ante los ataques ucranianos transmitía una sensación de seguridad que no estuvo presente en Kiev. Este trabajo fue fundamental, sobre todo en los últimos 20 minutos, donde el rival se lanzó a buscar el empate visto que el resultado los retrocedía al tercer lugar de la tabla. La rudeza en las acciones de los ucranianos, hicieron saltar las alarmas cuando Carrillo cayó al césped retorciéndose de dolor por una falta cometida por Plyushch, que le hizo acreedor de la tarjeta amarilla.
Los chicos de Hernán Pérez supieron aguantar el resultado, e incluso pudieron aumentar el marcador. En el 82’, a partir de un saque de esquina cobrado por Bruno Iglesias, el recién ingresado Israel Salazar puso en aprietos al portero rival. También lograron mantener el temple y sobreponerse a un arbitraje dudoso, por decir lo menos. El punto álgido vino en el 83’, donde una falta pitada al borde del área, que solo vio el principal, llevó la angustia a los merengues pero terminó siendo rechazada en el cobro.
Los cuatro minutos de añadido no variaron la tónica y el Real Madrid mantuvo el resultado con una disciplina defensiva que se extrañó en el anterior encuentro. La tabla de posiciones les muestra ocupando el segundo lugar, a tres puntos del Inter, pero dependiendo de sí mismos para arrebatarles el liderato.
La próxima cita será fuera de casa el 24/11 contra el Sheriff, que ocupa la última posición del grupo con un desempeño muy diferente al de la primera plantilla. De no haber sorpresas, el siete de diciembre será la finalísima, en el Di Stéfano contra el Inter. La defensa del título sigue su curso y el bicampeonato todavía es posible.