Partido disputado en la tarde del domingo, once de septiembre de 2022, a las 14:00h, en el Santiago Bernabéu, correspondiente a la quinta Jornada de LaLiga, entre el Real Madrid y el Mallorca. El encuentro fue dirigido por el árbitro Jorge Figueroa Vázquez, con el apoyo en el VAR del colegiado David Medié Jiménez.
Alineaciones:
Con la dirección del entrenador italiano, Carlo Ancelotti, el Madrid presentó una lista de 21 jugadores, donde Benzema, Odriozola y Militão causaron baja por lesión. Finalmente, Carletto decidió salir de inicio con Courtois, Lucas Vázquez, Rüdiger, Alaba, Mendy, Ceballos, Kroos, Valverde, Rodrygo, Hazard y Vinícius.
El Mallorca, bajo el mando del técnico mexicano, Javier Aguirre, llegó al partido con dos bajas y una convocatoria de 24 jugadores. Greif y Ndiayé quedaron fuera de la lista, por lesión. A partir de ahí, el once inicial quedó integrado por Rajković, Maffeo, Raíllo, Valjent, Nastasić, Jaume Costa, De Galarreta, Battaglia, Dani Rodríguez; Kang-in Lee y Muriqi.
La estadística general muestra que, de 68 partidos oficiales disputados, el Real Madrid ha salido airoso en 41 de ellos, con 12 empates y 15 derrotas. Los últimos enfrentamientos entre ambos conjuntos se produjeron en LaLiga, la pasada campaña y los merengues salieron airosos en ambos. El conjunto blanco ganó con un marcador de seis a uno, en casa, y de cero a tres como visitante.
El partido:
Con el Real Madrid estrenando un once con novedades importantes, incluyendo la de Toni Kroos como capitán, dieron inicio las acciones. No se trataba solo de nombres, sino también de posiciones, pues el alemán haría las veces de Tchouameni. Además; Lucas Vázquez, Ceballos, Rüdiger y Hazard entraron en la alineación, en lugar de los habituales Dani Carvajal, Modrić, Militão y Benzema. Cabe destacar que, los dos últimos, fueron cambios obligados por lesión. También está la novedad de ver, desde el inicio, a Valverde y Rodrygo jugando juntos. Por cierto, aprovecho para disculparme con Ancelotti por usar el término ‘habituales’, que tan poco le agrada al italiano. Viendo este once, de verdad que cuesta decir que semejantes nombres no son de todos los días. Pero, así es y debe ser la nómina de un grande que aspira a todo, con más de 60 partidos por delante en la temporada.
Con, apenas, 30 segundos de juego, un despiste de Rüdiger en la marca provocó la primera parada de Courtois, tras un potente disparo de Muriqui. Tuvo que llegar el minuto 4’, para que el Real Madrid ingresara en campo mallorquín con el balón dominado. Instantes más tarde, Vinícius comenzó con sus habituales regates por la banda izquierda, pero no fue el autor del primer disparo. Dani Ceballos tuvo el honor y puso a prueba al serbio Rajković, que detuvo, en dos tiempos, su disparo desde afuera del área.
Tras los minutos iniciales, con cierto desconcierto, ya el Real Madrid se hacía cargo del dominio de las acciones. El Mallorca se colocó fuerte en defensa y buscaba el vértigo con Muriqui, que ponía a prueba a Rüdiger. En el 9’, Vinicius estuvo a punto de inaugurar el marcador, pero un último control, donde el balón se le adelantó un poco más de la cuenta, se lo impidió.
Al 13’, Kroos intentó otro remate desde afuera del área, al igual que lo había hecho Ceballos, minutos antes. El posicionamiento bermellón invitaba a ello. Para una defensa tan cerrada, los disparos lejanos eran una opción más que apetecible. Al filo del cuarto de hora, Lucas Vázquez sufrió una fortísima falta, en la media luna, que provocó la tarjeta amarilla para Nastasić. Del cobro se encargó Kroos, pero su disparo se estrelló en una barrera kilométrica de nueve efectivos mallorquines, sin contar los incrustados merengues.
Rodrygo se escapó, al 19’, pero la gran jugada no disfrutó de una buena finalización y su disparo se marchó alto. De nuevo, al 21’, Kroos probó, sin éxito, desde afuera del área, tras una habilitación de Lucas Vázquez. Entre Rodrygo y Ceballos, estuvo una nueva oportunidad, al 23’, y ya el Real Madrid merecía su gol. Un minuto después, Mendy veía la amarilla por una falta cometida sobre Maffeo. Algo que ocurrió después de una no pitada sobre Vinicius. El brasileño había hecho un par de caños en la misma jugada, hasta que el tercero lo derribó.
Valverde y Rodrygo combinaron, al 26’, con remate final del brasileño controlado por Rajković. El propio uruguayo ubicó a Ceballos en el medio y el utrerano soltó un fortísimo remate que impactó en el parietal de Battaglia. El jugador mallorquín cayó al césped y, mientras era atendido, el árbitro aprovechó para conceder la pausa de hidratación.
Al 34’, Fede Valverde vio la amarilla por una acción más que discutida. Persiguió la escapada de Maffeo, cortó el balón y segundos después cayó el jugador mallorquín. El árbitro compró, no conforme con ello mostró la tarjeta y, para colmo de males, el cobro de la falta trajo el gol de cabeza del kosovar, Muriqui. Un resultado más que injusto favorecido por el garrafal error arbitral.
Vini cayó en el área rival, al 38’. Raillo se enojó con el brasileño y le empujó, ganándose la amarilla. El propio jugador bermellón cayó instantes más tarde, producto de una falta involuntaria de Hazard. El Bernabéu rugía y animaba a su equipo, con la misma fuerza que abucheaba al Mallorca. Vinicius lanzó un remate fortísimo, nuevamente desde afuera del área, que rozó el palo izquierdo y el brasileño le pedía más ímpetu a la grada. Luego, Hazard cayó en el área, pero el árbitro no consideró falta sancionable.
Finalmente, al 48’, llegó la locura al Bernabéu, acompañada de justicia poética. Fede Valverde, el mismo al que le sancionaron la falta inexistente en el gol mallorquín, devoró toda la cancha. Luego, buscó correrse al centro del área y soltó un zurdazo estruendoso para batir a Rajković. El halcón le devolvía la ilusión al madridismo y marcaba uno de esos goles de vestuario que disparan los ánimos a la estratósfera. No sucedió nada más y la estadística no podía ser más elocuente. El Real Madrid consiguió el 72% de la posesión, además de quince remates frente a tres de los visitantes. Bajo los tres palos, la diferencia fue de cuatro a dos, aunque engañosa. Unos cuantos que rozaron los palos, no cuentan al arco. El único lunar, la igualdad en el marcador, producto de la ceguera arbitral.
El segundo tiempo comenzó con la misma tónica y el dominio del Real Madrid. Al 51’, Bataglia pedía el cambio y Baba ingresó en su lugar. Luego, Ceballos ganó el aplauso del Bernabéu, tras perder un balón y recuperarlo en la misma jugada al borde del rectángulo rival. Llamativo era ver a todo el Mallorca metido en su propia área. En el 54’, se internó Vinicius, pero Rodrygo no logró llegar a su centro con el exterior.
En el 58’, Aguirre y Ancelotti movieron sus banquillos. De un lado, salieron De Galarreta y Dani Rodríguez para que entraran Grenier y Antonio Sánchez. En el otro, Luka Modrić y Nacho Fernández ingresaron en lugar de Eden Hazard y Ferland Mendy. Al 61’, Lucas Vázquez ensayó otro disparo que le sacó astillas al vértice del arco defendido por Rajković.
A nivel posicional, Nacho se ubicó con Rüdiger como pareja de centrales y Alaba pasó al lateral izquierdo. Los recién ingresados, Grenier y Sánchez, tuvieron una oportunidad inmejorable, pero para la fortuna madridista no hubo una buena definición. En la siguiente jugada, cayó Lucas Vázquez en el vértice del área rival. Mientras se preparaba el cobro, Kang-in Lee caía en flagrante simulación y los jugadores del Real Madrid se enojaban por la descarada pérdida de tiempo. Alaba se encargó del cobro, pero sin consecuencias.
El partido caía, por momentos, en la estrategia dilatoria del Mallorca. Ancelotti le reclamaba al árbitro, algo inusual en él durante el partido. Luego, el italiano ingresó a Camavinga, en lugar de Ceballos. Un minuto más tarde, al 70’, Lucas Vázquez se retiró con molestias y entró Dani Carvajal. La reanudación presenció una internada maravillosa de Rodrygo, dejando rivales por el camino. Su pase a Vinicius fue transformado en oro puro por el habilidoso brasileño que dejó un defensa en el camino y definió con maestría. La estrategia del Mallorca volaba por los aires y el Real Madrid, finalmente, dominaba el marcador.
Al 76’, llegó una nueva pausa de hidratación para hacer frente al último cuarto de hora del encuentro. En el 80’, Alaba vio la amarilla, tras sujetar a Grenier. Vinicius cayó hasta tres veces seguidas, primero en el cobro de saques de esquina consecutivos a favor del Mallorca, luego al salir al contragolpe. A partir de ahí, los defensores lo buscaron con mayor insistencia y el brasileño pedía el ánimo de la grada. El Real Madrid había logrado revertir la estrategia bermellona y, para rubricarla, al 88’ llegó Rodrygo. Él solo regateó a todo el que se le cruzó y definió. La samba seguía a lo suyo y el 3-1 brillaba en el marcador, con el Bernabéu entonando el ‘cómo no te voy a querer’.
El único enfadado merengue era Asensio, que no pudo entrar al partido, por la lesión de Lucas Vázquez. Mal lo hace el mallorquín, pues sus méritos son los que lo tienen fuera del campo. Igual, el Real Madrid siguió a lo suyo y, en tiempo añadido, Rüdiger puso el cuarto en el marcador. Así se cerró el encuentro, con el cuatro a uno y los dueños de casa resolviendo, con contundencia, un partido complicadísimo. Septiembre sigue su curso y la próxima parada nos traerá la Champions. Un ritmo de partidos trepidante, provocado por un Mundial fuera de sitio.