La semana previa al Derbi, de Vinicius Júnior, ha sido más agitada de lo que tal vez él desearía. Sin embargo, no se ha apartado de su ‘Norte’, que no es otro que deleitar con su fútbol al aficionado madridista y a todo aquel que ame el fútbol. Y si del deporte rey se trata, la filosofía de este grandísimo jugador es que la alegría va de la mano con su profesión. Para él, como para tantos otros jugadores brasileños, esa emoción no se puede apartar del baile. Y así fue, tal y como ya lo prometió en la previa, su fútbol, su alegría y sus bailes, inundaron al Cívitas Metropolitano. Ello, a pesar de los cánticos racistas recibidos desde antes que rodara el balón.
Vinicius no pudo sentirse más arropado en los días previos. Por un lado, el Real Madrid emitió un comunicado oficial donde anunció acciones legales y protegió a su estrella. De paso, lanzó una advertencia para amparar a toda su plantilla: “El club ha dado instrucciones a sus servicios jurídicos para emprender acciones legales contra cualquiera que vierta expresiones racistas hacia nuestros jugadores”.
El asunto había comenzado con Koke, capitán rojiblanco. Según sus propias palabras, el público no entendería la celebración de Vinicius y agregó: “Habría lío seguro, es lo más normal”. Pero es que a ello, se sumaron las desafortunadas declaraciones del tertuliano, Pedro Bravo, en el programa El Chiringuito de Jugones. Unas donde no se le ocurrió nada mejor que decir que Vinicius “tiene que dejar de hacer el mono”. Más allá del significado de la expresión según el país desde donde se lea, no dejaba de ser de lo más inapropiada para el momento. Más aún, cuando se suma al hecho de que dicho tertuliano ha confesado, en reiteradas oportunidades, sus simpatías por el Atleti.
Afortunadamente, a partir de ahí el mundo del fútbol reaccionó y los apoyos llegaron uno tras otro. Además del propio club; Neymar, Pelé, Ronaldo, Romario, Gabriel Jesús, Iniesta, Raphinha, Dani Alves, Morata, la CBF y el Arsenal solo fueron algunos de ellos. Nombrarlos a todos ocuparía mucho espacio, pero lo cierto es que fue algo generalizado y contundente.
Si el hashtag #BailaViniJr reventó las redes sociales, Vinicius no se quedó atrás. En su comunicado ya había aseverado: “Siempre intento ser un profesional y un ciudadano ejemplar […] No dejaré de bailar”. Y así lo hizo, bailó en el gol de Rodrygo para inaugurar el marcador. Luego, la segunda anotación nació de una escapada suya, donde estrelló el balón en el poste y el rebote fue tomado por Valverde de manera magistral para batir a Oblak. Casi al filo del término del encuentro llegó el descuento rojiblanco que no alteró el nombre del ganador.
No fue el partido más brillante de Vinicius durante noventa minutos. Pero sus chispazos hicieron acto de presencia en el marcador y en la preocupación de los rivales. Ya llegarán enfrentamientos más diáfanos, con menos tensión y menos obstáculos. Pero, mientras tanto, podemos decir que Vinicius bailó en el Cívitas Metropolitano y cumplió su promesa. Ganó el Real Madrid, pero también ganó el fútbol.